Los falsificadores

El coleccionista de libros raros Adam Diehl aparece medio muerto en su casa de Montauk en el litoral del estado de Nova York. le han cortado las dos manos y está rodeado de sus manuscritos y libros autografiados con páginas arrancadas. Tras una búsqueda durante días y semanas de las manos amputadas, se dan por perdidas. Adam sólo sobrevive diez días en cuidados intensivos. Lo más lógico seria pensar que el objetivo del crimen era robar algunas de las joyas literarias de la colección de Diehl, pero cuando la revisan no falta nada de nada.

''A mi entender, una falsificación de semejante calidad está tan imbuida de genio como cualquier original corriente y moliente; la única diferencia es que la creatividad requerida es una variante diametralmente opuesta.''

Un narrador en primera persona, del que no sabemos ni el nombre casi hasta el final, va a ser el encargado de contarnos el asesinato de Adam, su investigación y todo lo que acontece después. Se trata de la pareja de la hermana de Adam, Meghan. Este es un falsificador excelente, introducido en este arte desde pequeño; admirador y especialista en imitar la letra de Sir Arthur Conan Doyle. Cómo buen falsificador nos cuenta su versión, por supuesto, ¿pero es la verdadera? Aquí empieza un juego con el lector para hacerle creer o no lo que cuenta. Pasado un tiempo la pareja comienza a recibir amenazas escritas de la pluma del mismísimo Henry James. Y es aquí cuando resulta cada vez más difícil saber quién es o cual es el original y quién o cual es el falso.

Los falsificadores es una novela de suspense psicológico pausada y reflexiva, plagada de metaliteratura. Conan Doyle, Sherlock Holmes, Henry James y las obras de Yeats entre otros son protagonistas. Con una prosa con escasez de diálogos somos testigos de los esfuerzos del narrador para convencernos de su... (continua)
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La historia me resultó demasiado previsible y no me enganchó demasiado.