El misterio religioso

En mi listado de libros leídos existe un número muy bajo de lecturas en formato cómic o novela gráfica. Aprovechando que se acercaba “El día del libro”, pasó por mi cabeza indagar en una nueva lectura, y pensé: ¿por qué no busco algo diferente que mezcle mi género habitual (novela negra, policiaca, misterio…) con un cómic/novela gráfica? Después de mirar un rato por catálogos encontré: El misterio religioso de Grant Morrison y el dibujante Jon J. Muth. Desconocía a los autores, me leí algunas reseñas y busqué quién era. Ya publicado en los 90, regresaba a principios de este año con una edición nueva.

Como dice ECC Comics: “El misterio religioso es un tenso thriller psicológico, un descenso hacia un alucinógeno mundo de culpa y sacrificio, de juicio y castigo”.

La forma del dibujo tan realista me fue cautivando en cada una de las hojas. Pasabas una, y veías la historia en cada trazo, leías, y veías lo sucedido en los ojos del personaje, en el paisaje, en la circunstancia… me encantó el detalle de las viñetas, fuera del habitual cuadrado perfecto, aquí te encontrabas como si fueran trozos de papel troceados… Como base de la historia, el regreso de una celebración antigua para que el pueblo volviese a la vida. Un asesinato, un subinspector con sus propios demonios, un pueblo podrido, y cada personaje con necesidades ocultas.

La línea entre lo real, el fanatismo, las mentiras, los secretos y los dedos acusadores serán el pan y el vino de esta pequeña, pero intensa historia que lleva al lector a pensar en diferentes perspectivas para unir las piezas y crear la imagen de un puzle que nos mostrará el mensaje final de todo el principio, de un “misterio religioso”. Me gusta realizar las reseñas sin dar ningún dato posible porque el lector tiene una gran imaginación y eso conlleva a destrozar una de infinitas sorpresas que podrían llevarse al leer esta historia. Más allá de lo que ya puedes leer en su sinopsis; Un pueblo que ya ha perdido el norte, sospechas, acusaciones a dedo infladas por la cólera de Dios, un investigador que busca su propia verdad, y un cruce de personajes que te harán pensar que esta “historia ficticia, en un pueblo ficticio”, no es muy diferente al mundo que nos rodea cuando cerramos la tapa.

Nunca es tarde para descubrir a un escritor con una carrera enorme y ver que ya habías visto su trabajo bajo la publicación de otros títulos… asombrarte por la capacidad de crear un arte tan real y fantástico como lo que ha hecho el dibujante en esta novela gráfica. Lectura tan corta visualmente a lo lejos, pero tan agónica con necesidad de pausar cada número de páginas, y saborear lo leído.

Me quedo con un comentario que realiza el subinspector Frank Carpenter:

“A veces… a veces miro el mundo y me pregunto si Dios nos puso aquí para ser los instrumentos de su muerte. Como si deseara morir. Él no puede soportar el horror de lo que es y de lo que ha hecho. No puede sentir dolor ni remordimiento. Él… él solo espera y reza porque crezcamos y le hagamos sentir lo que sentimos…”