Tres flores de invierno

Buscaba lecturas navideñas para esta época del año, esas que te acompañan en el frío de las tardes de invierno en el sofá, con la manta y un buen tazón de café caliente. Una lectura que me transportase y me hiciese olvidar todo lo que sucede más allá de las páginas de un libro. En este caso he encontrado una historia que ha superado las expectativas que me había creado al empezar la lectura.

Mi primera sorpresa ha sido la ambientación, con las nevadas hihglands escocesas y la casa familiar como localizaciones principales en las que se respira la Navidad en cada línea.

Para continuar, los personajes me han parecido muy bien trabajados. Cómo encajan unos personajes tan distintos y se construye un núcleo prácticamente indestructible.

Suzanne quiere que, por fin, sus tres hijas lleguen a coincidir juntas en Navidad, unas fechas complicadas para todas ellas.
Beth pasa por una crisis familiar y personal a la que no sabe bien cómo enfrentarse.
Hannah se esconde en su trabajo para no tener que mirar cara a cara a los fantasmas que arrastra.
Posy cree sentirse a gusto con su situación, pero no puede ignorar las alas que le nacen cuando se permite soñar.

Cada una de ellas muestra una cara a quienes les rodean, pero en su interior las cosas son muy distintas. Ponen sobre la mesa la superación personal, las prioridades, las elecciones propias, el pasado que les persigue y que no pueden ignorar porque, al fin y al cabo, cada una de ellas es como es a causa de la manera en que vivieron los hechos del pasado.

Los capítulos están narrados por las hermanas, de manera que podemos conocer en profundidad la historia y los pensamientos de cada una de ellas, pero reconozco que para mí, Suzanne es una voz con muchísimo peso en el libro, así como las parejas de todas ellas.

Invierno, familia, segundas oportunidades, superación, recuerdos, esperanza, sensibilidad y un ambiente navideño que me ha gustado más de lo que esperaba.


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