La mujer que no existió

Si tengo que ser sincera, esta novela me pasó desapercibida cuando se debió de publicitar en las novedades y ni siquiera sabía de su existencia hasta que recibí la información por parte de Roca Editorial y al leer la sinopsis (algunas veces sí lo hago, no os penséis) me pareció muy interesante aunque me recordaba vagamente a otras historias, sobre todo de la televisión. Así que cuando la editorial me propuso conocer esta historia ni me lo pensé, para aprovechar la buena racha que llevo con este género ahora que he vuelto a retomarlo y debo decir que he acertado aunque creí que iba a ser una novela bastante más trepidante.
La mujer de la que habla el título se llama Zoe, pero como imagináis este no es su verdadero nombre, sino el que adopta para poder huir de su pasado y desaparecer sin dejar rastro para poder llevar una vida a salvo de consecuencias. Está casada con el encantador y sofisticado Henry, un magnate que sólo va de acto social en acto social cuando su ajetreado trabajo de reuniones interminables se lo permite. Por ello, Zoe pasa mucho tiempo sola y se dedica a colaborar con actos benéficos para matar un poco el rato y hacer algo que merezca la pena con el dinero de su marido. En uno de esos actos, un periodista consigue una foto suya para un artículo pese a la reticencia de Zoe de salir en la prensa y la fachada que se ha construido comienza a desmoronarse cuando su pasado vuelve a por ella.
Zoe es una persona que se adapta a las situaciones con facilidad y que no ha tenido una vida fácil. Ha sido muy sencillo conectar con ella y sus reacciones porque tiene una buena historia personal sustentándola para poder comprender por qué actúa como actúa en el presente. Por otra parte, Henry es algo inaguantable y poco a poco esta cualidad se va desarrollando en la novela porque de lo perfecto que es a mí ya me causa rechazo desde el primer momento en que aparece. El resto de personajes son muy pocos y tampoco necesitan mucha construcción porque son eventuales en la historia personal de Zoe (la mejor amiga, su madre, su padrastro…), aunque hay uno que destaca por encima de los demás porque quizás es más imprescindible que el resto: Cash, el periodista que la ayuda en la investigación de lo que está ocurriendo en su vida, después de que sea él mismo el que crea el problema con la publicación de la foto de Zoe en su periódico. Me ha caído genial y la relación que se establece entre Zoe y él es de las cosas que más he disfrutado porque se desarrolla muy paulatinamente.
La trama es ligera y simple, quizás demasiado simple, pero como se lee muy rápido, apenas hay tiempo de echar en falta algunas subtramas más complejas. Toda la historia es lineal centrada en Zoe, aunque sí que mezcla de vez en cuando hechos del pasado con lo que va ocurriendo en el presente, sin ningún tipo de jaleo para poder enterarnos porque está indicado perfectamente con las fechas en los comienzos de capítulo. al no ser muy complicado, entretiene sin apenas tener que pensar en teorías rebuscadas porque lo que parece suele ser en esta novela, así que aunque no haya mayores sorpresas, se acerca más a un drama de misterio que a un auténtico thriller, más propio de TV movies de sobremesa, con más peso en el aspecto personal de la protagonista que en la investigación central (claro que la investigación es personal para Zoe, pues alguien está intentando matarla).
En conjunto es una buena historia por la narración tan cuidada que tiene la Kate Moretti pero quizás se me ha quedado demasiado sencilla por la trama porque todo el misterio que podía haber sido revelado de forma bastante más abrumadora se va desarrollando de forma muy progresiva sin apenas sobresaltos. Yo me quedo con la autora más que con la historia que ha creado porque quizás cuando llega el final es posible habérselo olido desde la primera página si se tiene algo de intuición. Si tengo ocasión de leer algo más de Moretti, no lo dudaré porque crea los personajes en profundidad y sin limitarse en desarrollo con las prisas, ya sea en los pensamientos o en las descripciones, de forma que la lectura tiene un ritmo muy agradable equilibrando trama (quizás demasiado típica) con personajes (quizás demasiado escasos).
Así que en general es un thriller bastante normalito y entretenido perfecto para pasar unos días leyendo sin pensar porque hay poco que resolver y simplemente ir descubriendo según se va revelando. Se disfruta solo y no aburre en ningún momento porque lleva un buen ritmo desde los primeros capítulos, aunque no haya giros argumentales o no estén tratados con la destreza adecuada para llegar a sorprender. Una buena recomendación para comenzar con el género o para desconectar de otras lecturas más espesas, porque tiene a su favor una narración muy efectiva y un ritmo súper rápido.
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Zoe Whittaker es una mujer de treinta años que está casada desde hace un año con un hombre guapo, rico, atento y amable llamado Henry. Vive en un piso de lujo de Manhattan y se dedica a actividades de beneficiencia. Eso sí, no quiere salir en el papel couché, no permite que se le hagan fotos. Pronto sabremos que es porque no quiere que se le reconozca. Y es que tiene algo que esconder de su pasado o, mejor dicho, tiene que huir de su pasado. Lo que ella no sabe es que el pasado siempre vuelve y, en este caso, amenaza su perfecta vida.

Precisamente, en el último acto de beneficiencia que preside, un fotógrafo le hace una foto y eso supone el detonante de todo lo que va a pasar a continuación. Kate tendrá que enfrentarse a su pasado, no sólo a lo que pasó hace cinco años, antes de ser Zoe Whittaker sino a su pasado más remoto porque, ¿quién es realmente Zoe o como quiera que se llamase antes? ¿De dónde viene? ¿Quiénes son sus padres? Con la ayuda del fotógrafo y a espaldas de su marido, Kate tendrá que enfrentarse a sus miedos y descubrir quién es realmente .

“La mujer que no existió” es un thriller psicológico que nos presenta a una mujer que se ha inventado a sí misma hace cinco años. Tendremos qué averiguar qué le pasó para decidirse a dar ese paso, el de perder su nombre y su vida para construir otra. Es una novela con muy pocos personajes y eso hace que los que aparecen estén bastante bien desarrollados y que, al mismo tiempo, se nos planteen dudas sobre la mayoría de ellos. No es una novela policíaca, no hay una investigación por parte de la policía, un detective o similar. Es la propia Kate y el lector con ella quien va a bucear en su pasado para intentar responder a una serie de preguntas. Y las respuestas, os lo aseguro, os sorprenderán

“La mujer que no existió” me ha parecido una novela entretenidísima. Es cierto que hay alguna cosa que he podido anticipar pero la mayoría no y, especialmente, el final me dejó muy sorprendida ya que sólo lo vi venir cuando estaba a dos pasos de mí. Y es que la novela tiene una serie de giros sorprendentes pero coherentes que te dejan con la boca abierta.

Es la propia Zoe, en primera persona, quien nos va a contar su historia. Eso hace que será un personaje muy cercano con el que conectaremos desde el principio. La historia transcurre en el presente pero Zoe se retrotrae en numerosas ocasiones al pasado para contarnos algunas cosas de su vida. Así, poco a poco, iremos teniendo todas las piezas del puzzle. El estilo de Kate Moretti es el típico de los thrillers: lenguaje sencillo, mucho diálogo, fluidez en la narración, giros y sorpresas, aceleración del ritmo hacia el final… Es un libro “page-turner” que se lee con agrado e interés y que a mí me dejó muy buen sabor de boca.

Me ha gustado ir de la mano de Zoe, narradora protagonista, e ir descubriendo las cosas a medida que ella nos las cuenta y a medida que ella misma va descubriendo algunas. Conoceremos de primera mano sus sentimientos, sus anhelos, sus miedos y, cuando toca, su desesperación y su terror. Porque las cosas se le van a complicar mucho y, lo peor de todo, casi sin saber de dónde lo que hará que dude de todo y todos. Llega un momento en el que el ambiente en el que se mueve Zoe llega a ser opresivo y sentiremos su congoja y su malestar.


Conclusión final

Me ha gustado “La mujer que no existió”. Un thriller psicológico muy entretenido que deja un buen sabor de boca.


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Estando refunfuñando por no tener las ideas claras para regalar en Navidad, me pasé por una librería a fisgonear los libros. Pasear por las estanterías de las bibliotecas o de las librerías siempre ha sido el mejor rato de relax y distración para mí. Me olvido del ruidoso mundo de mi alrededor y me concentro en la búsqueda de nuevos libros.

La mujer que no existió estaba en el centro de un montón de libros y quizás por el color de las flores de la portada me pareció el candidato ideal para una nueva lectura.

De la novela puedo decir que está bien escrita. Se trata de un thriller psicológico con un buen argumento.

La protagonista será la encargada de irnos contando la historia. Estos fragmentos que forman su historia personal los iremos descubriendo paulatinamente.

Debo deciros que al ser un thriller psicológico la narración puede parecer lenta y que incide demasiado en meternos en la mente del personaje, pero es un gran acierto al mostrarnos los miedos y las inseguridades de la protagonista, con la que podemos empatizar y sentir sus emociones, sufriendo incluso con ella cuando intenta buscar un pasado enterrado en un lugar profundo e inaccesible para ella.

Con una narración envolvente que se precipita a la mitad de la novela y con el propósito de irnos conectando a nivel psicológico con la protagonista cuya mente vadea en un mar de dudas e indecisiones, Kate Moretti ha descrito a la perfección una novela colmada de secretos.

¡Cuidado! Hay que estar atentos a las fechas y lugares que se nos muestran al principio de cada capítulo puesto que hay saltos hacia el pasado y el presente.

Las sorpresas y los giros están garantizados al pasar cada página y en cada capítulo, manteniendo el suspense constante y creciente en las páginas finales.

Y un ¡Hurra por los traductores! Porque ellos son también los causantes de que podamos disfrutar de la literatura extranjera. Que haríamos sin ellos…
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