Las descripciones del paisaje, las sensaciones de los personajes e incluso sus emociones cobran vida a través de las palabras, por lo que es imposible que el lector no se vea afectado un poquito por todo lo que sucede. Lo he pasado un poquito mal con el libro (pero en el buen sentido) porque veía cómo Bertram se centraba demasiado en ciertas cosas y no se preocupaba por otras y las dejaba de lado. Me ha dado mucha pena la forma en que se desarrolla su vida personal y eso me hizo darme cuenta que hay ciertas situaciones que nos buscamos nosotros mismos. Cometer errores es de humanos pero, ¿hasta qué punto estamos ciegos algunas veces y no nos damos cuenta del daño que hacemos a los demás y a nosotros mismos? Aunque una cosa está clara: aquello por lo que pasamos en la vida nos sirve de experiencia y nos define como personas. Son situaciones que nos impulsan a cambiar, a sacar tanto lo mejor y como lo peor de nosotros mismos.
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