Impías

Impías, más que una novela, quiere ser un manifiesto, una crítica a la opresión que ejerció la religión católica en la mujer; así como al hombre, quien cree que el cuerpo femenino le pertenece, y éste pasa del padre al marido a Dios.
La novela está dividida en tres partes, nos narra la historia de tres mujeres en tres épocas diferentes unidas no sólo por la violencia y opresión de la religión y los hombres hacia las mujeres, sino por un fino hilo de parentesco. La primera parte nos habla de Juana de Leeds, una monja que cuelga los hábitos para convertirse en prostituta; la segunda historia, y la más extensa, es la de Judith, una joven a quien sus padres meten en un convento al quedarse embarazada, de las relaciones que ésta mantiene con una novicia quien también está encerrada ahí forzosamente y de cómo se enfrenta a los representantes de la Iglesia. Por último tenemos a Eleonora, una periodista que investiga sobre los niños robados durante el franquismo.
La verdad es que me ha costado muchísimo empatizar y conectar con los personajes. Como he dicho, Impías quiere exponer la crueldad, violencia e hipocresía del catolicismo, pero la manera de acercase al tema y el vocabulario que en ocasiones utiliza la autora (como palabras arcaicas que no encajan con el momento histórico de la narración, o personajes que utilizan un lenguaje vulgar y que me chirriaba bastante) me han apartado de la lectura en múltiples ocasiones.
Además, hay errores de tipo, de tracking, incluso en la contra podemos leer que “Carla Díaz es una periodista…” cuando el personaje no se llama así, están mezclando las dos mujeres de la última historia.
Aunque entiendo y comparto lo que la autora expone, he leído otras novelas en las que también se expone una temática semejante de una forma más natural y menos agresiva pero que dejan leer entre líneas una violencia atroz. Creo que a veces menos es más, y dejar que el lector imagine esa violencia sin mostrarla constantemente tanto con palabras como con imágenes es más poderoso e impactante.