Toledo forma parte de ese conjunto de ciudades donde el embrujo y la historia se cogen de la mano. Comparte mucho parecido con Salamanca o Segovia en cuanto a sensaciones: Las piedras hablan, las calles murmuran y al anochecer, las sombras salen de debajo del sofá para gritar en silencio sus secretos. Pero Toledo, además, es magia y Eloy Moreno un creador de ilusiones, de escenas y sonidos que te acompañan durante la lectura sin que te des cuenta, simplemente están ahí y te envuelven. El de Castellón mucho más terrenal en esta ocasión ficciona realidades cotidianas, de corrupción, de abusos, y de olvidos, el mayor automaltrato que podemos darnos, ignorar nuestra infelicidad. La forma de elaborar sus frases, de retratar sombras y de sacar nuestros fantasmas y secretos a la luz es insultante. Tan real que te aplasta. Aquí te dejo tus miserias, ¡gestiónalas! Sencillo, directo y muy visual, Moreno muerde tus heridas en una novela donde mensaje e historia armonizan mucho más que en "Tierra" y donde el tiempo juega un papel importantísimo. Se detiene. Se atrasa, se adelanta y tristemente siempre desaparece aunque tenga que arrastrar con él todos tus recuerdos. En su simpleza, Lo que encontré bajo el sofá es un cruce de historias y secretos, de luces y sombras, y de recuerdos y olvidos. El grito de libertad de nuestras verdades bajo llave, sean nobles o mezquinas. Un texto que va directo al yo más emocional, para recordarnos lo que somos, nuestras cadenas, y los límites éticos que todos en mayor o menor medida cruzamos. Un libro, en definitiva, lleno de imágenes, ecos y sonidos, donde la culpa, siempre va tras de ti. Cuidado con ser demasiado sincero contigo mismo. + Leer más |