Hay que leerlo para sentir el dolor y la esperanza que guardan sus páginas. Este libro no tiene sinopsis porque a su autor no le gusta adelantar nada (por ese mismo motivo no voy a hacer mi típica reseña), yo solo te diré: si quieres emocionarte, léelo; si quieres reflexionar, léelo; si quieres volver a valorar los pequeños detalles, léelo. Sin duda leer a Eloy es volver a tener el corazón blandito y dispuesto para el achuchón.
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