Un trabajo muy sucio

Viniendo de que me encantan los libros humorísticos, este ejemplar me atrapó desde el minuto 0, demasiados problemas tenemos en la vida como para tomarla en serio.
Un trabajo muy sucio es un libro que se lee muy rápido, posiblemente un fin de semana de entretenimiento. Os encontrareis situaciones de lo mas variopintas, con un humor bastante peculiar y como siempre este autor (es de mis favoritos) os dará mucho de lo que pensar.
Pese a que podáis pensar que estáis ante un libro simplón, la verdad es que tiene una buena trama.
No quiero entrar en spoilers pero esto es algo que se ve desde el principio, Charlie sufre la gran perdida de su mujer y tiene que batallar con el nacimiento de su hija, le tocará ser padre soltero y se verá envuelto en multitud de situcaciones a cada cual mas interesante y divertida.
Si os gusta la mitología, estáis ante un ejemplar que os gustará, además a Moore le gusta siempre mezclarlo todo con lo sobrenatural pero siempre con ese toquecito de humor.

Charles Asher es el dueño de un edificio en San Francisco así como de la tienda de objetos de segunda mano que se ubica en los bajos de dicho edificio. Es un hombre común y corriente que no destaca por nada, conformista con la vida que lleva, y que está casado con Rachel; una mujer guapa e inteligente que lo quiere por ser un hombre normal.

La pareja acaba de tener una niña, la pequeña Sophie, y como buen padre primerizo se vuelve paranoico con que todo esté perfecto y que su mujer e hija se encuentren bien. Agotada por el parto, Rachel le pide a Charles que se vaya a casa; éste se va pero decide volver para llevarle un cd a su mujer y, cuando entra en la habitación, ve junto a la cama a un hombre vestido de verde menta que se percata de que Charles le puede ver cuando no debería ser así.

A partir de este momento suceden una serie de cosas bastante raras: extrañas sombras sobrevuelan su edificio, ve cuervos gigantes, objetos que refulgen en rojo y la gente empieza a morir a su alrededor y es que la muerte estará muy presente a lo largo de las páginas siendo una protagonista más.

Pese a lo que pueda parecer no es una lectura tétrica ni siniestra más bien es una rocambolesca historia con toques de fantasía y algunos puntos de carácter cómico aunque, personalmente, no me ha hecho reír a mandíbula batiente pero sí me ha entretenido por las situación absurdas que le deparan a Charles.

Un trabajo muy sucio es una novela coral donde vamos a tener a unos personajes de lo más variopinto: el hombre vestido de verde menta, los dos empleados de la tienda de Charles (un ex policía adicto a las páginas de contacto de mujeres asiáticas y una joven gótica), tres arpías que intentarán hacerle la vida imposible a nuestro principal protagonista; Jane, la hermana de Charles, que le roba todos los trajes de hombre y dos vecinas del edificio, la Sra. Korjev (una cosaca obsesionada con los osos) y la Sra. Ling (que animal que ve animal que termina en la cazuela).

Escrita con un lenguaje sencillo y desenfadado, donde abundan los diálogos, hacen que la lectura sea entretenida y nos saque alguna sonrisa con las situaciones disparatadas a las que tendrá que enfrentarse Charles.

No es la quinta esencia literaria ni creo que pretenda serlo pero pasar el rato es más que suficiente para estos calurosos días de verano que tumban al más pintado y me recuerda a los cuentos, un tanto fantástico en este caso, con su buena moraleja pero también es un pequeño homenaje a los enfermos terminales y a todas aquellas personas que los cuidan hasta el final.
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No tenía muchas expectativas sobre este libro, y la verdad, me ha sorprendido. Un trabajo muy sucio es una novela entretenida e irónica. Con una visión chula de la muerta y con algunas idas de olla en algunas partes; muy a lo Christopher Moore.
Si te gustan las novelas sarcásticas, irónicas y donde haya aspectos surrealistas... está es tu novela.

De lo mejorcito que he leído (y he de decir, uno de mis predilectos) y además viene de la mano del autor de 'El ángel más tonto del mundo'; si te gustó la historia, sin duda esta te enganchará. Un libro para pasar un buen rato, siguiendo la misma línea satírica de su anterior novela.
Realmente divertido, plagado de situaciones disparatadas e ingeniosas ocurrencias que se suceden a lo largo de esta crónica con la muerte como trasfondo.
Somos testigos de cómo la vida nos expone situaciones que cuesta asumir, pero que sólo nos queda aceptar... nos guste o no.

Charlie Asher es dueño de un edifico en San Francisco; en la planta baja de éste, tiene una tienda de objetos de segunda mano y está casado con una hermosa mujer, inteligente y práctica, que lo quiere por ser como es: normal e hipocondríaco.
Nuestro protagonista goza de una existencia tranquila, trabajo estable, casa y edificio propios y una estupenda mujer. Nada fuera de lo común, pero particular en muchos detalles.

Entonces su mujer, Rachel, da a luz a su hija Sophie y todo se desbarata. La pequeña es un bebé querido y esperado, ambos padres están deseosos de que ella por fin nazca y les cambie la vida. Pero sin embargo ninguno espera que ese nacimiento le haga a Charlie sufrir extrañas alucinaciones. Justo cuando se dispone en irse a casa a descansar después del nacimiento de la pequeña, vuelve a la habitación del hospital para dejarle un cd a su mujer. Nada más entrar, ve junto a la cama a un extraño y enorme negro vestido en tonos pastel, que asegura no poder ser visto... en teoría. Pero Charlie lo ve.

A partir de ahí, la vida de los Asher cambia radicalmente y, de ahí en adelante, comienza una serie de extraños sucesos: la gente cae muerta a su alrededor –descubriendo poco a poco ser él mismo el desencadenante de este fenómeno-, cuervos gigantes pululan por su edificio, y por si fuera poco, allá donde va oye siniestros susurros procedentes de las alcantarillas...

Nuestro protagonista empezará a encajar las piezas de su desbaratada realidad, comprendiendo que acaba de ser reclutado para llevar a cabo un trabajo realmente indeseado. Las personas se mueren, y a Charlie le ha tocado cargar con el muerto. Se llevan a cabo situaciones bizarras, colmadas de un humor realmente ácido que se puede encontrar en muy pocas novelas. Con textos entretenidos, geniales e inteligentes conversaciones, el libro destila sarcasmo y humor absurdo de principio a fin.

Uno de sus puntos fuertes es que todos los personajes están realmente cuidados; Minty Fresh, el otro 'Mercader de la Muerte' que ayuda a Charlie desde un principio y, aunque le comunica que por seguridad no quiere saber nada de él, acabarán siendo grandes amigos. Jane, la hermana lesbiana de Charlie, uno de los personajes más brutalmente irónicos del libro. Lily, la joven gótica que trabaja con él en la tienda de segunda mano, encantada con que su jefe sea la Muerte (con eme mayúscula). Ray, ex policía que ahora vive cobrando una generosa pensión por invalidez y que también trabaja ayudando a Charlie en la tienda, a cambio de no pagar el alquiler de su apartamento en el cuarto piso del edificio. El Emperador, un vagabundo amigo de Charlie, un personaje surrealista y divertido, siempre acompañado de sus perros y siempre tan atento con Asher, aunque no tiene especial participación en la historia, se le acaba cogiendo cariño. Sophie, la hija de Charlie que según avanza el libro, va ganando protagonismo. Y las señoras Korjev y Ling, residentes también en el edificio, que ayudaban a cuidar de la niña cuando el padre no podía o estaba trabajando; éstas tienen en común varias cosas, aparte de ser viudas e inmigrantes... una es el profundo amor que sienten por la pequeña, otra, un penoso dominio del idioma (lo que lleva a cabo divertidos diálogos en la novela) y la tercera, la gran falta de confianza en la capacidad de Charlie para criar a su hija. Y por supuesto las Morrigan, tres hermosas guerreras que forman parte de una misma reina, la del Inframundo.

En definitiva, un libro con una historia muy original e interesante, bien llevada sin que la trama decaiga en ningún momento, con detalles ingeniosos aún cuando la situación es peligrosa. Y un punto de vista muy curioso de la muerte.

El caso es que sí, Charlie ha sido reclutado para llevar acabo un desagradable pero muy necesario trabajo: la Muerte. Y es un trabajo sucio... pero alguien tiene que hacerlo.

La trama es tal cual lo cuenta la sinopsis, agregando que vemos como Charlie se acostumbra a su nueva vida como la muerte mientras cría a una pequeña Sophie y mantiene su tienda de objetos de segunda mano juntos con sus dos empleados. Todo esto parece mucho ¿no? Pues agreguen que si falla y no recoge un alma las fuerzas de la oscuridad se levantaran de donde están escondidas para apoderarse de todo.
AMO como Christopher Moore cuenta una historia sobre muertes de manera que no puedas parar de reír y encima logra que cada personaje se desarrolle de forma tal que hasta el mas alejado de la trama principal, tiene su momento de gloria.

Charlie, nuestro protagonista, es bastante... particular. No se bien como definirlo; loco, maniático, paranoico, desesperante en algunos casos o simplemente un macho beta.
El típico hombre que una lo considera solo poco un buen amigo, pero es tan magnifico, que una termina entendiendo porque Rachel se casa con el.
Mi única queja, es que el final me pareció algo apresurado. como si hubiera acelerado las cosas de repente.
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Confieso que me daba miedo leerlo porque no estoy acostumbrada a los libros esencialmente humorísticos, pero a las dos o tres páginas se me pasó el prejuicio y me di cuenta de que valen la pena, sobre todo cuando estás sepultada entre libros y papeles que se toman el mundo demasiado en serio. Este no lo hace, por suerte, y le agradezco en parte que haya sido un respiro.

Un trabajo muy sucio es divertido, rápido de leer y tiene un equilibrio envidiable (desde el punto de vista de un escritor, claro está) de situaciones absolutamente bizarras y graciosas y momentos serios que invitan a la reflexión de ciertos temas. El argumento parece simple al principio y después se va complejizando: un treintañero resignado a ser un macho beta (según la teoría que se desarrolla en el libro) y que acaba de ser padre descubre que tiene una misión bastante similar a la de la Muerte. de ahí a que entienda qué tiene que hacer y cuáles son los motivos hay un largo trayecto en donde se suceden hechos ridículos, personajes caricaturescos (Charlie me cayó bien, hace bastante que no me pasa eso con un personaje masculino) y remates de chistes subidos de tono. Una observación sobre esto que no tiene nada que ver con la literatura: me dejó pensando en lo poco cuidadosos que son los adultos cuando hablan de sus asuntos delante de los chicos. Pasa en la vida real, se los aseguro.

Hay que prestarle atención a la mitología y las menciones a las diferentes culturas. Agradezco también que Moore sea antropólogo (eso dice la contratapa y no sé por qué no encontré más datos en internet).

¿Qué es lo que no me convenció? Cuando terminé el libro me di cuenta de que estaba marcado por la velocidad. Algunos hechos de la primera mitad del libro no los pude recordar y tuve que volver atrás varias veces, y siempre con la sensación de que había algún cabo suelto. Fue una impresión mía y puede que me esté equivocando, pero creí que el libro estaba escrito como si se hubiera calculado una adaptación cinematográfica. Y la incorporación de Audrey me pareció un poco forzada. No cuento más detalles para no arruinarle la lectura a nadie. de todas formas, no importa mucho cuáles son los errores desde mi perspectiva. Me encantó leerlo.

Visto el argumento os podéis imaginar un poco de qué va el libro. El pobre Charlie es un tipo un poco pusilánime, un tío al que ligar no se le da bien, ser padre se le hace cuesta arriba y su nuevo empleo como Muerte no es que le facilite las cosas. Además, tiene unos empleados muy curiosos que le hacen complicarse la vida de mala manera. El libro está muy bien escrito y es tremendamente satírico, sarcástico y malhablado. Los personajes son cerrados o evolucionan, son sarcásticos, o bordes o raro...pero son como la gente normal y eso es lo que más te engancha, que todo es tan normal, que hasta las cosas raras del libro te las tomas con relajación.

El estilo de escritura es rápido, interesante, y no te hace perder el hilo del argumento, particularmente me parece que está muy bien narrado e hilado.Yo lo recomiendo, sobre todo para gente que es muy tremendista con el tema de la muerte, para reírse un poco y tomarse con filosofía lo único que no podemos saber cuando vendrá, pero que Charlie si. Es un libro franco y se lee con facilidad porque el lenguaje es muy llano y poco rebuscado. Así que recomiendo para pasar un ratillo entretenido. Quizá no te tires por el suelo a revolcarte de la risa (yo no le he dicho) pero si sonreirás la mayor parte del tiempo.

Aunque el final es un tanto absurdo, no desentona con el resto del libro, simplemente déjate sumergir en la vorágina de la que, para mi, es la mejor obra de Christopher Moore. al menos, de todas las que he leído hasta la fecha.
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El día que Charlie Asher se convierte en padre, es el día que le cambia la vida, no solo porque nace su hija y es el día en que su amada esposa muere, si no porque a partir de ese día, además de ser dueño de una tienda de segunda mano, de convertirse en viudo y padre soltero, se convertirá en un Mercader de almas, alguien que se dedica a recolectar las almas de las personas que mueren.

Un humor absurdo, surrealista, crudo, inteligente, irreverente, se me acaban los adjetivos y me siguen haciendo falta mas para poder describir lo bueno que es este libro.

Me ha encantando, me ha sacado carcajadas en los momentos mas inesperados, no es, en absoluto, un libro que te mantenga con una sonrisa, solo te hace reír en momentos, con chistes o situaciones fuera de tono, chistes de esos con los que no todos se ríen.

No es un libro de humor común y corriente, es meterte en una historia tan ridícula como absurda, pero que es una verdadera genialidad.

Mientras mas se avanza en el libro, mas absurdo, mas loco y mas ridículo se vuelve todo, pero creo que Moore ha logrado algo original sobre un tema muy trillado con ese sentido del humor irreverente, seco y para nada común.

Me había tardado en leer a este escritor y es que en realidad no me gusta mucho el sentido del humor de los norteamericanos, pero tengo que decir que fue una gran revelación y que sin duda continuaré leyendo a Moore.

Si algún día hacen una película de este libro, solo espero que Tim Burton sea el director, solo él sería capaz de llevar esta historia a buen puerto.

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