Promethea te ofrece muchas cosas como novela gráfica que es. Te ofrece una experiencia de lectura única gracias a sus ilustraciones, sobre todo las que ocupan dos páginas. También te ofrece un montón de referencias y simbología que puede ser abrumadora a veces. Además, te ofrece un guión cuidadísimo y una historia aún más complicada y mágica que en el primer volumen de la serie. Promethea no es un cómic corriente, ninguno de Alan Moore lo es, pero es que la innovación en este tomo no para se desarrolla al mismo ritmo que la historia y es un gustazo experimentarlo, aunque no comprendas todo lo que el cómic te quiere decir.
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