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Nivel altísimo el que dejan Moore y Bissette en este tomo, que pasa a formar parte de mi top 5 de todos los tiempos, lo cual es palabras mayores. El autor británico realiza un ejercicio de excelente narrativa y te lleva con solvencia por caminos muy, muy complejos, como el terror en estado puro, la pesadilla, y el amor más sutil y delicioso. Algunos capítulos son para enmarcar, para releer, y hacen gala de una psicodelia agradable que, si bien no gustará a todo tipo de lector, resulta embriagadora precisamente por la interpretabilidad que de ella puede hacer el lector, quien se convierte así en parte activa de la novela gráfica. Poco a poco, y sin renunciar al pasado del personaje creado por Wein y Wrightson, Moore se lleva a Swampy a su territorio y lo va dotando de una personalidad y unas habilidades muy definidas y sólidas. Una auténtica obra maestra. Un clásico imperecedero bastante difícil de superar. |
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