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Me ha gustado, la verdad. Aunque debo decir que durante el principio y en alguna parte del nudo estaba un tanto desconcertada, no era capaz de intuir por dónde iba a tirar la autora. En ocasiones, sentía que me encontraba en medio de algunas situaciones absurdas, pero no en el sentido peyorativo de la palabra sino cercanas a surrealistas y con su punto humorístico, que no daban muchas pistas de por dónde iba a salir la cosa. No obstante, el broche final, y en cierto modo su mensaje, me gustó tanto que dispersó todas las neblinas que se cernían sobre mi lectura. ¿Cuál es el meollo de esta novela? Pues Begoña y Tom se conocen en un asentamiento hippie y se enamoran. Tras unos cuantos avatares que no vienen al caso, deciden abandonarlo y regresar al lugar de origen de los padres de ella. Ya no viven allí, en realidad se fueron hace muchos años pero Begoña desea, en cierto modo, reencontrarse con su raíces. El pueblo prácticamente está abandonado pero deciden darle una oportunidad, ocupar una casa e iniciar su vida allí. Begoña no sólo dará la cara a su pasado o, siendo más exactos, al de sus padres; sino que descubrirá secretos que han estado escondidos todo este tiempo y que van a influir en su presente. Pero para llegar a eso, deberá ir desentrañando los misterios que Rosa, el espíritu de una niña que anteriormente moraba la casa y visita a Begoña, le pone sobre la mesa. El realismo mágico es el tinte principal y, a pesar de no considerarse novela romántica, es una historia que rebosa amor, amor maternal. ¿Puntos a favor? Ese final... Tal y como comento al principio, la resolución de la historia me ha gustado mucho y me ha dejado un buen sabor de boca y el corazón calentito. Para mí, este punto es lo mejor de la novela. También me ha gustado que haya rescatado el movimiento hippie, aunque le haya faltado profundidad ha cumplido su función: dar sentido al modo de vida de la pareja protagonista y justificar el porqué y el cómo llegan hasta el pueblo en cuestión y comienzan a vivir en él. Creo que es la primera novela que leo que toca este movimiento setentero y tal vez por ello lo he sentido en cierto modo refrescante. A pesar de que el conjunto me ha dejado muy buen sabor de boca y me invita a leer más cositas de Magnolia Moon, no puedo obviar ese principio y partes del nudo de los que ya os hablaba anteriormente y que me tenía un poco a verlas venir. Aunque tal vez esto debiera ser un punto positivo, puesto que ha logrado que la resolución me sorprendiera gratamente, no sé ¿qué creéis vosotros? Concluyendo... Rosa tras el arcoíris ha sido una muestra del tipo de historias que Magnolia Moon puede ofrecerme y, la verdad, me anima a indagar un poco en su obra. Ha sido una lectura de lo más agradable, entretenida y, en cierto modo, diferente. Enlace: http://www.tejiendoideascosi.. |
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