Ana, la de Álamos Ventosos

La cuarta entrega de la saga de Ana de las Tejas Verdes, un libro en el que transcurren tres años en los que Ana se irá a trabajar a Álamos Ventosos antes de casarse.
Este, al igual que el anterior, es un libro en el que no estamos en Tejas Verdes, Ana tiene otra vida y nos la cuenta, pero en concreto en este título más que hablarnos de su vida, Ana es una narradora que nos transmite las aventuras y desventuras de sus nuevos conocidos.
Una gran porción está narrada en formato epistolar y a través de sus páginas conoceremos a su caseras, a sus vecinos, a su compañeros de trabajo, a los niños que la rodean, etc.
Al principio esto no me gustó mucho por que veía muy abandonada la trama central de la protagonista, su relación con Marilla, Avonlea, Diana o Gilbert. Sigo pensándolo, pero no puedo decir que no haya disfrutado la lectura, algunas de las historias eran muy tiernas y muchas de ellas tenían ese genial toque dulce y cómico que Montgomery sabía aportarle a sus escritos. Sin embargo, son historias que se introducen de forma un poco forzada y una vez me acostumbré a sus sistema todo fue bien, pero es que se empieza a hablar de personajes de forma un poco aleatoria y por supuesto, al ser nuevos, no sabemos nada de ellos y a veces me costó un poco ubicar quien era cada persona o de qué los conocía Ana.
Uno de los aspectos que más me ha gustado es que una vez más la presencia de los niños es de lo más particular, desde los traviesos mellizos (no me gustaría nada cuidar a unos niños así) hasta la encantadora y triste Elizabeth, que me ha recordado a la pequeña Ana del primer libro. Para mí es lo que mejor domina la autora, es capaz de plasmar esa manera tan particular de pensar y comportarse que hizo que adorásemos a Ana al conocerla.
Así que es un libro al que le veo cualidades y defectos, me han gustado las historias, también que se atreviese con el formato epistolar, pero es que me resulta muy descarado que se deje de lado todo lo relacionado con la vida de Ana, Gilbert, Marilla y toda Tejas Verdes, lo veo un poco desconectado, un poco como relleno... Es un clásico al que le tengo cariño y percibo que soy benevolente con él, me gusta la narración, los personajes y sus vivencias, pero para mí no ha sido la mejor manera de abordarlo, porque Ana deja de ser la protagonista y pasa a ser simplemente la narradora de las desventuras de personajes desconocidos. Ha sido casi como leer un libro de relatos, yendo de personajes en personajes.
No sé cómo será el siguiente, pero presiento que ahora sí se retomará la trama de Ana puesto ha terminado con aquello que la mantenía en Álamos Ventosos. Me encantaría que Ana volviese a Tejas Verdes y supiésemos más de los habitantes de allí.

Cuarta entrega de la saga de Ana de las tejas verdes.
Después de terminar sus estudios y de admitir sus sentimientos, Ana se ve envuelta en un viaje pues tiene se le ha ofrecido el puesto de directora en Álamos Ventosos, ella acepta este trabajo en lo que Gilbert estudia medicina.
Este libro está escrito en un formato diferente, puesto que está escrito en forma epistolar, ya que al verse separados Ana le cuenta todas sus aventuras a Gilbert, así que podemos ver pedazos de la gente de esta comunidad. Veremos a una Ana que tendrá que mostrar su lado más maduro ante unos estudiantes difíciles, volver a sentir el estigma de la gente por aceptarla, verla ver por los sentimientos de los demás y muchas historias de los habitantes.
No puede evitar pensar en lo grande que se ha convertido Ana, puesto que ahora solo la vemos siendo un adulto con responsabilidades y que ya no puede soñar tanto, pero no puedo evitar sentir que el libro se alejó mucho de la trama central, si bien seguimos viendo a la protagonista, dejamos de ver a muchos personajes, como Marilla, aunque si la mencionan puesto que Ana pasa sus vacaciones en Tejas Verdes, pero sus apariciones son tan pocas como las de Gilbert, aunque casi cada carta está dedicada a él, también como este libro se centró en todos los habitantes fue un poco confuso y cansado porque no eran historias centradas, cada carta representaba una aventura de algún vecino y algunas eran algo cortas y otras no terminaban por contar nada, así que aunque nos contaba algunos chismes los sentía incompletos y algunas historias un tanto forzadas, por lo cual no pude conectar tanto con los personajes. Este libro puede que sea uno de transición para llenar el hueco de los años que Ana y Gilbert se tenían que mantener separados, así que espero que el siguiente sea mejor.

Este es el cuarto libro de Ana, la de Tejas Verdes. La historia de Ana Shirley me tiene enganchada desde la primera novela y ahora continúa con su estancia en Álamos Ventosos en la Calle del Fantasma. Aunque sus vacaciones siguen siendo en Tejas Verdes.

Está dividida en tres partes. Cada parte es un año, un curso en la Escuela de Secundaria de Summerside. Esta entrega tiene como particularidad que Gilbert no está con ella, sino cursando medicina esos años y se pueden leer algunas de las cartas que Ana le escribe. Me hubiera encantado leer también las que les escribe él.

Siguen las aventuras de una Ana más adulta, pero que no ha dejado de vivir, de ser feliz y de soñar en ningún momento. La pasión que muestra ante la vida sigue siendo arrolladora y toda aquella persona que la conoce se contagia de todo eso.

Hay personajes nuevos como las tías viudas, Rebecca Dew, el gato Dusty Miller, Katherine Brook, la pequeña Elizabeth, los Pringle, Hazel Marr... Pero siguen apareciendo Marilla, la señora Lynde, Dora y Davy, Diana...

De los libros que he leído de Ana Shirley, es posible que este sea el que menos he disfrutado leyendo, pero aún así me ha gustado bastante. Es solo que siento que me han faltado cosas con el tema de las cartas.

El siguiente es "Ana y la casa de sus sueños" y pronto comenzaré su lectura.

Nuestra querida Ana Shirley ahora trabaja como maestra, durante tres años, en una escuela secundaria de niñas pudientes.

En Summerside, donde se desarrolla esta aventura, se encuentra viviendo en una pensión con unas viudas a las que les coge mucho cariño y a la casa también. Hasta tiene nombre propio la casa "Álamos Ventosos".

En esa casa Ana vive en la torre. Imaginaos. Solo le faltaba a Ana que su contexto realmente fuese así de novelesco como para que deje volar su imaginación. Que conste, sigue sin tener límites.

Sus modales han mejorado y sabe mejor cómo tratar con la gente; pero sigue siendo Ana.

Este libro es diferente a los demás en algo bastante curioso. Sabemos que a Ana le encanta escribir, pero es que esta novela es sobre todo epistolar.

Casi toda la historia está contada a partir de fragmentos de cartas que dirige a su querido Gilbert Blythe, a quien no deja de extrañar y recordarle que su gran amor mediante cartas de amor jajaj

En esta parte de la vida de Ana podemos ver cómo, más que la vida de Ana en si, va conociendo todo tipo de gente y aprende muchísimo de la vida.

Las niñas que conoce son de todo tipo. No olvidemos mencionar a las Pingle. A vosotros al leer este apellido no os entra antojo de comer papas Pringle? Jaja

La verdad es que ha sido diferente a lo que estoy acostumbrada en otros libros de esta saga inolvidable, me ha gustado menos en ciertas ocasiones. Extrañaba una historia más centrada en Anne y Gilbert. Pero ya imagino que sabremos de esa historia en el siguiente libro.

En este libro acompañamos a Ana durante los tres años en los que trabaja como directora de una escuela de secundaria en Summerside. Más que una continuación de la serie, es una recopilación de anécdotas e historias cortas de esta población en las que Ana llega a tener más o menos implicación según el caso. Algunas de las historias son divertidas, otras surrealistas, otras tremendamente tristes, pero en general, la mayoría de ellas te sacan una sonrisa.

Escrito más de 20 años después de la anterior novela, este cuarto libro de la saga fue un añadido a la serie principal entre el tercer y quinto título... y se nota, porque apenas ocurre nada reseñable en las vidas de Ana, Gilbert y los vecinos de Avonlea. En cuanto al estilo, también difiere algo a los libros anteriores, ya que muchos de los capítulos están escritos en forma de carta, y tiene detalles muy divertidos como cuando se censuran fragmentos o cuando Ana juega a hablar como algunos de los personajes.

En general me lo he pasado muy bien, pero creo que al llegar al tramo final se me han mezclado algunas de las historias, ya que muchas de ellas tienen elementos repetidos, y por eso tengo la impresión de que no va a ser de los libros de la serie que más recuerde. Aun así, como siempre, es un placer leer a L.M. Montgomery.