Un destino propio

Primer libro que leo de la autora y ya os digo de antemano que no será el último.

Nos encontramos ante una historia preciosa, llena de reivindicaciones en defensa de la mujer y de su libertad, donde podemos observar el papel de ésta a finales del siglo XIX, donde abundaban los matrimonios de conveniencia entre familias de bien, el aparentar de las clases sociales y donde sólo unas pocas privilegiadas podían acceder a la educación que, a todas luces, distaba mucho de la que recibían los hombres. Trata también el tema de la falta de libertad de la mujer a elegir su futuro y de como la sociedad tenía asumida la idea de las mujeres como "seres inferiores"

La protagonista, Micaela Moreau Altamira, es una mujer fuerte, de grandes convicciones y defensora de los derechos de la mujer, sobre todo el derecho a la educación del mismo modo que los hombres. Con una gran vocación por ser maestra lucha por sus ideales aunque en ocasiones se doblegue a los cánones de la época en ciertos temas.

El co-protagonista, Héctor Balboa, es un hombre hecho a sí mismo, con un carácter fuerte, un indiano que consiguió su fortuna a base de mucho trabajo y esfuerzo en Cuba y que regresa a su pueblo natal en busca de venganza por un hecho de su infancia que lo marcó.

Una historia con una narrativa muy ligera, que te atrapa, narrada en tercera persona y con unos personajes con los que he empatizado muchísimo.

Un libro con tintes románticos que, sin lugar a dudas, recomiendo

Micaela es una joven maestra que llega a Comillas durante un verano a finales del siglo XIX para pasarlo junto a sus primas.

Micaela no es una mujer de su época, es de esas personas adelantadas a su tiempo pero rodeada de unas reglas sociales bastante encorsetadas para las mujeres, que las dirige hacia la búsqueda de un matrimonio que les de una buena posición social.

Micaela es una joven valiente y con determinación para la que la educación lo es todo y entiende que la mujer debe tener acceso a ella.

Allí va a encontrarse con Héctor, un indiano que acaba de regresar de Cuba con una inmensa fortuna y que vuelve con un determinado fin. Es un hombre educado en las normas de la sociedad al que las ideas de Micaela le parecen algo inapropiadas pero la pasión con la que se mueve ella, le hace muy atractiva a los ojos de Héctor.

Y esto es precisamente lo que más me ha gustado de la novela. No podemos juzgar con nuestros ojos las ideas y comportamientos de otra época, sin embargo el joven indiano es capaz de cambiar sus convicciones cuando se encuentra con alguien como Micaela.

Una novela que defiende el papel de la mujer en su propia educación, el comienzo del feminismo y la fuerza de las primeras mujeres que se atrevieron a alzar la voz.

Me decidí a leer este libro principalmente por la ambientación, porque se desarrolla la mayor parte en Santander, y me apetecía un montón adentrarme en una historia con ese lugar de fonde.
Y tengo que decir, que lo mejor del libro ha sido la ambientación, porque la trama se me ha quedado un poco floja, una historia de romance (demasiado) muy predecible.
La verdad es que es un libro muy agil que a pesar de sus 600 páginas (al cual le quitaba unas 200) lo he leido super rapido, y sin estancarme.
Los protagonistas, Micaela y Hector están muy bien estructurados, aunque no haya podido conectar mucho con ellos, sobretodo con Micaela ( tenia unas cosas de niña pequeña que no soporto) aunque si que me gusto que siempre defendía lo que quería y en lo que creí, pero la historia que se desarrolla de ambos me ha parecido muy muy predecible desde el primer momento.
Desarrolla muy bien la sociedad de la época, como las mujeres tienen que casarse y no trabajar, y si trabajan tienen que ser sitios adecuados para ellas… eso se refleja muy bien en la novela. Además de reflejar como las mujeres empezaban poco a poco a luchar, a luchar por la igualdad.
El final como he dicho es predecible, y para mi gusto queda la historia cerrada, aunque he visto que hay otros dos libros relacionados. Si te gusta la novela histórica con romance te la recomiendo.

Hay que decir que es un libro que es de ágil lectura con capítulos cortos,  y que te muestra la sociedad de la época, la hipocresía que había, los personajes están bien dibujados, y las situaciones como las reuniones sociales campestres también me resultaron muy evocadoras. 

Aunque hacia la mitad de la historia empezó a sobrarme alguna que otra página, desde mi humilde punto de vista, lo que lo compeso como dije antes son los capítulos cortos.

Vamos a los personajes los protagonistas Micaela y Hector están muy bien dibujados y me encanta como defienden lo que creen y como se desarrolla la historia de ellos, por otro lado los personajes que los rodean poseen muchas características de la personas.  

Creo que es un historia que hace un fiel retrato de una sociedad que empezaba a luchar, lo más increible es que todavía arrastremos cosas de alli, después de tantos años

Muchas veces hemos escuchado lo de adaptar una novela a la pantalla; pues en este caso debería ser lo contrario, la adaptación de una “comedia romántica” a la novela. Esto es “Un destino propio” de María Montesinos.

Una historia simpática de tintes románticos, aunque el trasfondo sea la incorporación que la protagonista, con los medios que tiene a su alcance, quiere inculcar en la sociedad de la época (España 1883-1893), de las mujeres a la educación, más allá de la oferta educativa existente que se limitaba al bordado, caligrafía, y unas pocas de operaciones matemáticas, las justas para llevar las cuentas domésticas del hogar.

Su aventura empieza en Comillas donde es enviada a pasar unas semanas del verano en casa de su tía y primas, y donde ella aprovechará para entrar en contacto con una escuela de señoritas de Santander en la que aspira a trabajar como maestra.
A partir de ahí se desarrolla la historia dentro del micro mundo de la aristocracia de Comillas que se entremezcla con la opresión y el analfabetismo del campesinado, y se mezclan sus ansias de cambiar la educación con una trama de intriga, venganzas y amores entrecruzados que sacan unas risas en más de una ocasión.

A pesar de que la desigualdad de género en la educación nos queda afortunadamente muy lejano, es una oda a todas aquellas mujeres que lucharon por buscar su propio camino frente a lo que la sociedad les imponía y, tal y como termina el libro, saber transformarnos como los gusanos de seda en mariposas que vuelen libres (lo que en el mundo actual se llama “resiliencia”, pero mucho más poético la imagen de las mariposas).

Merece la pena leerlo.

En pocas palabras: una maravilla.

Nuestra protagonista, Micaela, es una joven cuya edad se sitúa, según la sociedad, en el grupo de solteras, algo que a ella no parece importarle demasiado. No tiene fortuna aunque sí un apellido con cierto valor, que su madre no duda en usar para buscarle un marido. Ella vive con su madre, cuyo estado de salud delicado preocupa a Micaela, recién terminados sus estudios desea convertirse en profesora y gracias a una amiga consigue una posible entrevista, aunque no en Madrid, donde vive. Aprovechando la invitación de su tía a pasar un tiempo con ella y su familia en Comillas, Micaela se embarca en lo que, para ella, podría ser convertirse en maestra. En comillas conocerá una sociedad crítica, superficial, en la que conocerá a Héctor un indiano recién llegado de Cuba donde ha conseguido amasar una buena fortuna. Ante la perspectiva de que habrá una escuela para los hijos, no hijas, de los aldeanos, Micaela buscará que estas también reciban una educación adecuada.
Ambos sienten algo por el otro, pero también saben que eso está fuera de sus planes. Micaela renunció al matrimonio tras una pérdida dolorosa y no busca un marido, su mayor deseo es conseguir que las niñas puedan recibir la educación que merecen. Hector busca un matrimonio adecuado para sus planes, una joven rica y con un apellido que le sirva a sus propósitos de venganza, y Micaela no cumple esos requisitos.

La historia se desarrolla a un ritmo muy bueno, es fluido y te engancha (me lo leí en dos días, casi uno, el primer día unas 100 páginas, y al día siguiente no pude soltarlo hasta terminar).

El personaje de Micaela me encanta, es fuerte, valiente, segura en sus decisiones y firme en sus ideales. En una sociedad en la que se condena a la mujer por no estar casada, por trabajar o incluso consideran que no necesitan aprender, ella se esfuerza por mostrar a la gente que las mujeres tienen más valor, no son decoración en una casa o trofeo de un hombre. Lucha por lo que considera justo, con y sin la ayuda de nadie.

Otro personaje al que le cogí cariño fue a Ana, su prima más pequeña que muestra interés en aprender más, en descubrir el mundo que la rodea y que no entiende porque una mujer no puede ser alcalde o juez, si Isabel la Católica podía gobernar un país al igual que un hombre.

Me asombra la capacidad de la autora para hilar la trama de los protagonistas con el contexto social del momento, con una mentalidad en la que la mujer sólo debía aportar obediencia, fineza, elegancia, hermosura y una dote en un matrimonio. Donde los caballeros no se sienten atraídos por damas demasiado instruidas.

En críticas que he leído sobre la autora, había comentarios sobre el contenido real, diciendo que era excesivo, personalmente este tipo de contenido me gusta, siempre que no sea denso ni pesado. En este libro no me lo han parecido, si hay algunos fragmentos que en caso de no aparecer no restaría a la historia, pero no son demasiado extensos. No se como sean sus otros dos libros, pero espero poder leerlos dentro de poco.

La autora me ha sorprendido mucho, y deseo continuar con sus obras.
Si lo has leído me encantaría saber tu opinión. En caso contrario te animo a leerlo.

El libro me ha gustado mucho, creo que María Montesinos ha hecho un interesante estudio que la ha llevado a plasmar con maestría la vida de la alta sociedad decimonónica, sus costumbres y también sus personajes más significativos de diferentes ámbitos. Sin embargo, me esperaba que estuviera más centrada en la lucha de las mujeres que empezaban a sobresalir y a mirar más allá de los papeles que le correspondían por el mero hecho de serlo, aunque la realidad es que se centra más en la historia de amor entre Micaela y Héctor y en esa sociedad de la que hablaba antes. Pese a ello, en sumar, creo que es un libro interesante, ameno y bien escrito.

Un destino propio es una novela que nos lleva del viaje al pasado, más concretamente al verano de 1883 en un pueblo de Cantabria.




La historia tiene los ingredientes perfectos que la hacen especial, pero sin duda Micaela destaca.

A finales del siglo XIX el mundo sigue gobernado por y para los hombres. Las mujeres no son más que un complemento entre la clase alta, trabajadoras sin opciones ni futuro entre las clases más bajas.

Sin embargo Micaela es el punto discordante. Ella sueña con el progreso, con un futuro en el que las mujeres puedan alzar la voz y tener voto. Donde sean dueñas, como bien dice el título, de su propio destino, sin tener que dar explicaciones ni pedir permiso.




Con esto en mente se convierte en maestra. Tras la muerte de su padre tanto ella como su madre han quedado en una situación económica bastante precaria. Micaela decide entonces tomar las riendas de su casa y ponerse a trabajar. Pero pronto descubre que su madre y sus tías lo consideran un escándalo, las jóvenes de buena familia no trabajan. Se casan con hombres pudientes.




Pese a todo Micaela decide irse a pasar un verano a Comillas, un pueblo costero de Cantabria en el que viven sus tíos y que queda cerca de una escuela que busca maestras. Todo a escondidas de su familia. Lo que no sabe es que ese verano cambiará su vida para siempre.




Por otro lado tenemos a Héctor Balboa. Para todos Héctor es un nuevo rico, un indiano que hizo su fortuna en Cuba y que ha ascendido por sus negocios y no por su linaje.

Lo que nadie sabe es que Héctor ha regresado a su hogar con el fin de forjarse un nombre y de llevar a cabo la venganza contra el hombre que destruyó su familia cuando él apenas era un niño.




La vida de Micaela y Héctor se cruzan cuando la joven maestra descubre que en el pueblo se está construyendo una escuela sólo para varones. Es entonces cuando comienza una cruzada por su parte para que también se acepten a niñas, para ello tiene que convencer al benefactor de la escuela, Héctor, así como a los padres de las niñas del pueblo.




Poco a poco la relación de ambos será mucho más estrecha. Los dos se resisten a los sentimientos que van naciendo entre ellos y es porque cada uno tiene muy claro sus objetivos. Héctor vengarse cueste lo que cueste y Micaela llevar a cabo sus sueños profesionales.




Un destino propio es una novela que nos habla sobre el comienzo de la lucha de las mujeres para ser tenidas en cuenta en un mundo gobernado por hombres. Mediante la lucha incansable de Micaela nos damos cuenta de todo lo que hemos avanzado y de lo poco que valoramos lo que tantísimas mujeres tuvieron que luchar para que hoy en día disfrutemos de los mismos derechos que los hombres.




En la novela somos partícipes de como madres y padres aceptan que sus hijos varones vayan a la escuela porque deben labrarse un futuro, pero sin embargo no entienden que sus hijas tienen el mismo derecho.

Como jóvenes eran presentadas y "vendidas" al mejor postor entre la alta sociedad, sin que importaran los sentimientos.

Como las escuelas para niñas se dedicaban a enseñar bordado, música y como ser la perfecta anfitriona y esposa. Las ciencias e historias eran cosas de hombres.




Sin duda la autora ha construido una novela maravillosa en la que nos relata con cruda realidad, en ocasiones, como fue el pasado de las mujeres y todo lo que se ha tenido que luchar para conseguir avanzar.

Un destino propio tiene unos personajes fuertes, decididos y luchadores. Unos secundarios con mucho peso, una ambientación maravillosa y una historia de amor preciosa.

Una novela que me leí del tirón y que me dejó con muy buenas sensaciones en cuanto al contenido y al estilo de la autora.




Sin duda no me queda más que recomendar Un destino propio a todos aquellos que quieran disfrutar de una historia romántica envuelta en la lucha incansable por cumplir sueños y reclamar que la voz de las mujeres fuera oída igual que la de los hombres.


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Publicada inicialmente como “El indiano”, el nuevo título está inspirado en Emilia Pardo Bazán.

La acción nos sitúa en el año 1883, una época en que la
mujer era infravalorada a nivel intelectual y se la educaba simplemente para ser ama de casa y sumisa esposa: “Una mujer dulce y educada ennoblece a su marido, a su familia y a su casa”.
Micaela es una joven no tan joven para la época, pobre pero culta ya que su padre le ha dado una educación atípica para aquellos años. A la muerte de éste decidirá trabajar como maestra, algo no bien visto por su familia, y con tal fin se traslada a casa de una de sus tías en Comillas.
Allí conocerá a Héctor Balboa, un indiano recién llegado de Cuba, con el que chocará desde el primer momento, aunque es ya posible imaginarse cómo acabarán.
Me ha gustado mucho cómo refleja los inicios de la lucha por la dignidad y la igualdad de las mujeres, lo difícil que fue porque incluso entre ellas no se apoyaban, ya que también tenemos personajes femeninos que son ricas pero incultas y sobre todo sin ganas de aprender más.
Las escuelas a las que se las permitía asistir no enseñaban nada de cultura: “A los 14 años les enseñamos toda la aritmética que necesitan para llevar las cuentas de su hogar como corresponde a una señorita destinada a dirigir una casa familiar con servicio”. Y contra ésto es contra lo que luchará Micaela con todas sus fuerzas.
Me he visto sumergida en el ambiente desde el minuto 0 y he sufrido, enfadado y combatido con la protagonista, pero para mi gusto algunas páginas finales sobran.

"La vida está hecha de renuncias, grandes y pequeñas. Algunas son necesarias para conseguir tus propósitos; otras son inevitables y deseas proteger lo que más quieres".
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Madrid. Año 1883. Nuestra protagonista, Micaela Moreau Altamira, de 28 años, es muy curiosa, inteligente y soltera.

La muerte de su padre las había dejado, a su madre enferma y a ella, en una situación precaria. Y, debido a su ferviente vocación por la enseñanza, se forma como institutriz y sueña con ser maestra.

Su mejor amiga, Victoria Velarde, hija del duque de Quintanar, se las ingenia para recomendarla en una de las escuelas de niñas más prestigiosas, en #Comillas. Sin embargo, las ganas de Micaela por trabajar y ser independiente -en detrimento de un matrimonio ventajoso- le acarreará más de un problema...

En una época en la que la excelente y avanzada formación que recibían las mujeres pretendía hacer de ellas esposas y madres con la cultura necesaria para ser dignas compañeras de sus maridos y se encargaran de la instrucción de sus hijos, pero en ningún caso pretendía hacer de ellas mujeres independientes, cultas y realizadas, Micaela no se conforma con el destino que le han marcado los hombres o la propia sociedad, y consigue soslayar los convencionalismos de su entorno para crearse una vida propia.

Una obra preciosa y cuya lectura es del todo necesaria aún en pleno siglo XXI, pues, entre otras muchas cosas, nos recuerda lo mucho que batallaron nuestras antecesoras para que hoy podamos disfrutar de los muchos derechos que nos asisten. Ellas los conquistaron, de la misma forma que nosotras tendremos que luchar por otros para la generación de mujeres que vendrá: nuestras hijas y nuestras nietas 💪♀