Insomnios

“Insomnios” es una obra de teatro punzante sobre los recuerdos y pesadillas de una familia, atrapada en el simulacro de una existencia feliz, que tiene poco que ver con su verdadera vida. La Muestra de Teatro de Alicante la ha publicado con el número 18 de su colección Teatro Español Contemporáneo y en coedición con el Ayuntamiento de Alicante, tras recibir el Premio Arniches en su edición de 2005.
Su autor, David Montero Bautista (Sevilla, 1973), director escénico, actor y dramaturgo, estudió Interpretación en la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla dando sus primeros pasos en el teatro con La Piña. Como autor teatral, David Montero ha sido galardonado, dos años consecutivos, con el accésit del Premio Miguel Romero Esteo para Jóvenes Dramaturgos. Entre sus obras figuran el monólogo “Pijamita de madera” y su primer texto, “Lullaby”, que cuenta como personajes a Autrey Hepburn y Tom Waits, que se estrenó en 2003 en el Teatro Central de Sevilla con dirección de Juan José Villanueva y que fue publicado por el Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía en el mismo año, dentro de la colección Premio Romero Esteo con el número 3.
La obra “Insomnios” cuenta la historia de una familia de clase media. El padre tiene una pequeña empresa y una amante de la edad de sus hijas; la madre no tiene más ocupación que esperar al padre y negar la evidencia de sus infidelidades; la hija mayor es bulímica y se encierra en casa para huir de la vida; la menor bebe demasiado y se refugia en un amor imposible para no ver lo que ocurre en su casa. La amenaza, cristalizada en el temor paterno por el futuro de la empresa, va resquebrajando el débil equilibrio familiar y saca a la luz todas las miserias. En la lucha por mantener un trabajo, un matrimonio y un cierto modelo familiar, los personajes se van destrozando a sí mismos y entre ellos sin poder alcanzar más horizonte que el de la derrota personal. La vida mancha en una casa donde residen la cobardía, el miedo y el silencio. Porque el silencio es otro de los protagonistas de una obra, que el lector tendrá que completar y rehacer en su imaginario y el director en su puesta en escena, como sucede en la dramaturgia de Cunillé o Jornet, este último precisamente integrante del jurado.
Para el prologuista Alfonso Zurro, Montero indaga “en una de las grandes fallas de estos tiempos, la falsificación de nuestras propias vidas, dominados por la mentira, el desengaño y el desamor”.