«En un tiempo donde la moral y la decencia eran lujos al alcance de muy pocos». Si te gustó La Tabla Esmeralda, si te enganchan las novelas con documentación histórica de la II Guerra Mundial, si eres adicto a la aventura, la intriga y el misterio, no te puedes perder esta novela. He devorado la novela. No sé si me han gustado más las pequeñas entradas que inician los capítulos ambientados en la Historia, ¿en qué consiste la Orden 270 de 1941? ¿Admitía el ejército rojo a mujeres? ¿Quiénes eran los U-Boats? El final de la familia Románov, Rasputín, el Berlín de la posguerra. «La propaganda nazi había resultado tan eficaz a la hora de amedrentar con la amenaza del terror bolchevique que muchos berlineses se suicidaban». O quizá lo que más me haya atrapado sea la ambientación de aquel Berlín de escombros y muerte, «pero el desdichado superviviente se moría por un cigarrillo, un trago de alcohol, un chute de droga, un poco de sexo. Las mercancías del olvido». Quizá haya sido la búsqueda del Medallón o cómo se van entrelazando las historias de cada personaje para formar esta novela. al final es un todo, por separado y en su conjunto. «Quizá ese miedo a mirar hacia delante era lo que en los últimos días la llevaba a volver la vista atrás. Imágenes desgastadas…, ancla que la sujetaba a tierra firme». Dos detalles destaco. Uno, no todos los alemanes fueron nazis, y dos, me encantó aprender sobre la figura de la mujer en la Segunda Guerra Mundial, no hablo de cómo las mujeres se convierten en el trofeo tras entrar en Berlín, que escribe sobre ello, sino de las guerrilleras, las soldados que participaron en la contienda y desempeñaron un papel difícil de silenciar tras ella, mi querida Katya María Voikon. Mi personaje preferido, como siempre los villanos, magnífico perfil, Peter. «A veces me pregunto si la verdad hubiera salido a mi encuentro tarde o temprano, aunque yo no la buscara». + Leer más |