El medallón de fuego

Han pasado casi 10 años desde que leí la tabla esmeralda, aún hoy reside en mí la afición que dejó esa lectura, no solo mi pasión por las lecturas ambientadas en la IIGM y en concreto por toda la parafernalia y propaganda Nazi (todo un temprano éxito del marketing moderno) sino por la necesidad de conocer algo del idioma alemán para así al menos poder leer con propiedad los vocablos que aparecían en la novela. Después de la impronta que dejó esta novela, no esperaba que hubiera un después, pero ya ves, el resultado está en mis manos, "El medallón de fuego" .
Antes de comenzar lo que aventuro una extensa reseña, adelanto lo que es una pregunta obvia: ¿Hay que leer "La tabla esmeralda" para poder leer "El medallón de fuego"?, la respuesta es: NO, no es necesario ya que en sí no es una continuación, simplemente es un después de alguno de los personajes que sí que van a ser comunes en ambas novelas y además vamos a encontrar numerosas menciones a la investigación que centraba el libro anterior, la autora precisamente ha respondido a todas estas cuestiones haciendo las aclaraciones oportunas a medida que nos las encontramos en el nuevo libro para así no solo responder a los que no leyeron "La tabla esmeralda" sino también para los que lo leímos hace tiempo y no nos acordamos de algunos detalles como en mi caso. Precisamente este punto es el que menos he disfrutado porque a pesar de ser necesario , sin embargo complicaban un poco el entramado y le bajaba ritmo.

Evidentemente si estás pensando leer los 2 libros, cosa que recomiendo, es mejor hacerlo en orden para lo que puedes aprovechar el pack tan chulo que ha salido para celebrar los 10 años y el nuevo estreno.
Nada más comenzar el libro te das cuenta de que sólo con el prólogo ya merece la pena, para mí lo más potente del libro, en apenas 15 páginas la autora te da un paseo por diferentes culturas y momentos históricos que te dejarán como si acabases de bajar de la máquina del tiempo, y todo ello con el mismo nexo común, toda una lección de cómo enganchar al lector.

A medida que avanzas en los capítulos nos encontramos con la parte actual donde Ana, una investigadora de obras de arte y protagonista también de "La tabla esmeralda", tendrá en sus manos una nueva investigación, toda esta parte está narrada en 1ª persona por la protagonista por lo que la implicación la viviremos de forma muy directa.
La otra trama se irá alternando en todo momento con la de Ana y se desarrolla en Berlín de 1945, momento en el que los Rusos toman la ciudad, toda esta parte está narrada en una 3ª persona omnisciente que de manera objetiva te permite conocer las historias de los diferentes y variados personajes que pertenecen a distintos bandos.

Siempre al inicio de los capítulos de la parte de Berlín 1945, la autora nos deja una pequeña introducción donde nos deleita con detalles, curiosidades y anécdotas reales que tiene que ver con lo que acontecerá en ese capítulo.

Al hilo de estas glosas introductorias hay que decir que Carla Montero me parece una mujer que escribe de forma muy inteligente porque es capaz de aportar muchísimos datos en sus historias de una manera muy narrativa, sin salir de lo que es la novela, documentación que enriquece y da mucho realismo a la historia, en este sentido no creo que haya muchos escritores que tengan tal capacidad. Por poner algunos ejemplos me quedo con las historias de los Mensur universitarios y los Schmiss, el Zigarettenwährung (moneda cigarrillo) del mercado negro, los judíos apodados U-Boats, las brigadas Rusas de trofeos para despojar a Alemania de todo lo que pudiera resultar de utilidad a la madre patria, los certificados persilchein, y muchas más...
Sin duda todo un alarde y un disfrute para los aficionados a la temática, ambientación que además de con "La tabla esmeralda" también pude descubrir con el relato que en plena pandemia, la autora tuvo el detalle de regalar a los lectores para así sobrellevar el momento, no es otro que "El pastel de manzana de Nathalie".
Otro de los escenarios que vamos a descubrir en el libro es el de las obras de arte, donde con delicadez y gusto te adentra a través de la historia en este mundo que parece gustar a la autora.

En el libro también tendremos buenos romances y de todo tipo, alguno que se fragua lentamente y otros de primera vista, éstos no han de pasar desapercibidos entre la investigación y la aventura y hacen que la novela sea aún más, incluso también tendremos alguna que otra escena un poco más subida de tono, las cuales sin mucho detalle hacen que al lector le suba la temperatura.

Los ambientes que encontramos no contribuyen solo a centrarnos en una época histórica sino que van creando momentos dónde he sentido muy clara la sensación de estar en casa, en un hogar, como cuando Eric tiene una ensoñación a momentos vividos hace años en la casa de Cornelius. Estas sensaciones también se transmiten claramente en olor a café y pan tostado, o beicon que casi hace que pares de leer y te des un paseo por la cocina.
Los personajes son numerosos y bien desarrollados, con gran personalidad incluso en los casos de los fugaces, por ejemplo en mi caso me ha causado gran impacto el soldado Stepanov, el cual en apenas 4 frases forja un destino que no me consigo quitar de la cabeza.

La variedad de nacionalidades, épocas, bandos...nos deparan personajes para poder elegir, desde la ternura de Seb, un niño con una madurez impropia para su edad que solo es comprensible por la necesidad de la circunstancia, hasta la francotiradora Katia que es capaz de sentir como una persona de gran fondo después de volar la cabeza a un enemigo.

CONCLUSIÓN:

Sin duda un libro que todo aficionado a la IIGM ha de leer, una lectura exigente para el lector pero que la autora es capaz de desengranar hasta llegar a la última de sus conclusiones (en algún momento según avanzaba hacia el final pensé que no iba a cerrarlo, pero sí, para mí queda cerrado y bien hilado).

Un libro histórico, con romance y mucha intriga que te lleva a un momento menos mostrado en la temática como es el instante después de la entrada de los rusos en Berlín, y que en su parte final hace agonizar al lector que no dejará el libro hasta desvelar el cierre.

Yo por mi parte ya estoy pensando cual será mi próximo libro de la autora, afortunadamente aún me queda alguno, que creo que sea El invierno en tu rostro. ¿Lo has leído?
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