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"El beso del hihghlander" tiene una premisa muy sencillita. Nuestra protagonista Gwen viaja a Escocia en busca de algo de libertad y de paso encontrar también el amor. Pero en una de sus excursiones solitarias por las hihglands escocesas, se ve atrapada en una cueva subterránea donde descubre el cuerpo de un hombre y que al despertar de una especie de coma afirma que viene del siglo XVI. Gwen lo tomará como a un loco pero Drustan MacKeltar no solo se viste, habla y se comporta como un hombre salido de otra época, sino que también parece conocer cómo se ha producido ese viaje en el tiempo y el lugar al que tiene que volver para regresar a su siglo. Gwen movida por la curiosidad, acompañará a Drustan a ese lugar e iniciarán sin saberlo una relación basada en el poder de la predestinación. Lo que tengo que destacar de este libro es lo bien que me lo he pasado con las escenas de Drustan en el siglo XXI, como el que sintiera fascinación por todo lo que veía y desconocía, y el meterse en líos constantemente por no saber como comportarse en situaciones sociales concretas. Aunque sin duda me quedo con la “aventura” del probador y el pantalón vaquero, me reí a carcajadas con ese momento, y estoy segura de que quien lo haya leído coincidirá conmigo. Pero cuando la trama cambia al pasado para mí la historia pierde fuelle. También tiene su toque de humor pero se centra mucho más en recalcar la pasión que sienten nuestros protagonistas el uno por el otro y hubo momentos en los que tanta tensión y sexual y promesas de amor eterno se me hicieron muy pesadas. En definitiva, “El beso del highlander” no es un libro con una gran trama y personajes, pero que cumple su objetivo de ser puro entretenimiento y pasar un rato divertido con su humor y escenas de cama. |
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