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Me siguen fascinando los personajes de Aster y Charlie por lo diferentes e iguales que son. Para mi en esta parte se debe destacar a la abuela que desde la primera parte tiene relevancia, pero en esta ocasión se nos muestra mucho mas de ella y me ha conquistado, me considero su fan, ya que nos trasmite mucho. Ella lucha por su hermano Mikasi, sin pensar en todo lo que ha podido hacer, al contrario, es capaz de entender todo lo que sufrió y el motivo por el cual llego a donde llego, para ella no es necesario perdonarle, todo lo contrario ella quiere que él la perdone a ella. Este personaje nos hace reflexionar sobre las distintas versiones que puede haber de una misma realidad, y como ninguna es verdadera al 100% pero tampoco es falsa. Debemos saber entender a los demás, poder ponernos en su lugar y empatizar con todo lo que ha tenido que vivir, esto solo se puede hacer si realizamos una escucha activa de lo que nos cuentan los demás y si estamos predispuestos a entender a la otra persona. Esta novela nos sigue transmitiendo muchos valores, sigue recalcándonos que no debemos discriminar a lo diferente por el simple hecho de no seguir la norma, pero no solo eso, sino que debemos normalizar lo diferente porque a fin de cuentas todos somos diferentes entre nosotros. También nos muestra como en muchas ocasiones somos nosotras mismas las encargadas de sacar lo peor de los demás, por lo tanto, de cierta manera la sociedad provoca “el mal” en las personas y que estas intenten hacer “el mal”. |
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