DEIDAMIA: Monstruo, mas no digo bien, que ofendo tu gentileza, aunque tan rara belleza monstruosidad es también. Deidad de este bosque umbroso, héroe, semidiós u hombre, que no hallo decente nombre que cuadre a tu rostro hermoso; |
DEIDAMIA: Monstruo, mas no digo bien, que ofendo tu gentileza, aunque tan rara belleza monstruosidad es también. Deidad de este bosque umbroso, héroe, semidiós u hombre, que no hallo decente nombre que cuadre a tu rostro hermoso; |
Afréntete aquí escondido, Héctor de acero vestido y tú de cobarde dama. El troyano robador desde los muros responde que el temor es quien te esconde en vil mujer, no el amor. |
Grecia te aguarda, mancebo, y en ti funda su esperanza; profética es la venganza que en ti nos promete Febo. Como el águila te pruebo a los rayos de la fama que contra Troya te llama. |
Basta, no haya más, no llores; preso en tus brazos estoy cante o no cante en mi ofensa quien mi pecho alborotó. Hércules hiló vestido de mujer, mas no perdió por eso la eterna fama que le da nombre de dios, ni yo perderé la mía si, como su imagen soy en el ánima y esfuerzo, lo intento ser en su amor, |
¡Ay nieve, que helada abrasas! ¡Ay fuego, que ardiendo hielas! ¡Ay mano, en fin, que consuelas cuando con flechas traspasas! Por la boca al alma pasas; y cuando mis penas locas envidian penas que tocas, todos mis miembros se holgaran, porque todos te besaran, a ser un Argos de bocas. |
Antes que vuestra belleza nuestra corte y reino honrase y en ella a vistas sacase milagros naturaleza, amaba a Deidamia yo; mas, en viéndoos, mis deseos mejoraron los empleos del alma que se os rindió. |
Discreto, persuasivo, ¿en qué escuelas aprendes retórica amorosa en montes elocuente? Conclúyesme elegante, hermoso me enterneces, compuesto me aseguras y sabio me convences. |
Mas ya que restituyes a la animada nieve la púrpura usurpada que a darla esmaltes vuelve, penetra con los ojos un alma, que entre pieles rendida te idolatra y humilde te obedece. |
PALAMEDES: Con la victoria presente mi fama a ilustrar comienzo, que, pues en ingenio os venzo, más que todos soy valiente. |
No queda en Grecia señor que no parta contra Troya, y esta acción sólo se apoya en el ingenio y valor de Ulises, pues sus ardides, si a sabios se ha de creer, de más provecho han de ser que las hazañas de Alcides. |
Es el primer libro publicado por Carlos Fuentes.