Túneles

Una novela gráfica que va de menos a más y, así como quien no quiere la cosa, te va ganando hasta dejarte con ganas.
El cómic de autor no suele tener su fuerte en el apartado gráfico, que en este libro es feísta (basta con ver el diseño de personajes en portada para hacernos una idea) pero más que eficaz y con algunos puntos fuertes que son muy de agradecer: las localizaciones, la dinámica, y los personajes, que a pesar de ser muy simplones, son todos fácilmente reconocibles, algo que no ocurre en otras novelas gráficas y llevan a confusión y a pérdida del hilo argumental.
Porque en esta novela de Rutu Modan lo importante es el argumento, y el dibujo ejerce de vehículo perfecto para contar una historia simpática pero con mucho trasfondo.
La protagonista es una mujer fuerte y soñadora que ya, de inicio, se aleja del perfil estándar de mujer que los occidentales nos imaginamos por Siria y Palestina. Un primer tanto a su favor.
Nili se embarca en una aventura en tierra peligrosa en busca del sueño de su padre arqueólogo, ahora impedido con Alzheimer: la búsqueda del arca de la alianza.
Para ello, debe tirar no solo de picaresca y carácter, sino que ha de lidiar con personajes de lo más variopinto, que finalmente unen fuerzas en un cometido común. La extraña aventura acaba tomando un color tintinesco, a veces, y de película de hermanos Marx otras veces, con diálogos muy inteligentes, situaciones inesperadas, un modernismo con mucha crítica social, y un contexto histórico actual que presenta el eterno enfrentamiento entre judíos y palestinos. ¿No será que la verdadera alianza es la que Nili consigue con su extravagante empresa?
En definitiva, una novela gráfica muy recomendable con la que la autora se postula para su tercer premio Eisner.