El Tren nocturno de la Vía Láctea

Para entender estas tres inolvidables historias, o más bien para comprender lo que el maestro Miyazawa Kenji quiso narrarnos, primero deberéis saber de la gran veneración que Kenji sentía hacia el budismo de Nichiren. No estoy familiarizada con los budistas de Nichiren aunque así es como yo lo percibo.

Según dicen hay poder en las palabras. Por lo que entiendo, el canto es como una clave para abrir el camino hacia la iluminación final. Toda la iluminación se esconde en cada uno de nosotros, pero debemos poder acceder a ella. El canto es la manera de abrir esa puerta a la perfección en nosotros mismos.

Nuestro autor no solo tenía fe absoluta, sufría intentando que otros comprendieran ese camino. Fue un gran hombre, era feliz cuando lograba hacer feliz a otros. Me recordó ese cristianismo puro más allá de curas, el de Jesús tendiendo la mano. “El tren nocturno de la vía láctea” es casi una autobiografía personal del propio Kenji.

En sus mundos creados todo está vivo y en comunicación, incluidos animales y elementos de eventos como la tierra y el viento. Todo está en armonía en este viaje encantador. El primer cuento que vamos a leer lleva por título “Gauche, el violonchelista". Sabremos de un chico que toca el violonchelo. le cuesta sacar hermosos sonidos. Pero una noche se presentan en su casa un grupo de animales para instruirle los beneficios de la música. Y es que todos aprendemos cuando nos enseñan, la confianza en uno mismo crece al sentir que lo que hemos aprendido lo hacemos bien.

Le seguirá «Matasaburo, el genio del viento» Lo que sea cierto no es lo importante. Es lo que pensamos que es verdad lo que importa. Esto es lo que guía nuestras acciones y cambia el curso de nuestras vidas. En esta historia, un chico llamado Matasaburo es confundido por sus compañeros de clase en su nueva escuela con el verdadero Matasaburo Dios del viento. Se debe a algunas coincidencias y su aspecto poco convencional. Este detalle no es algo terrible para Matasaburo y la historia sigue las aventuras de él y sus amigos. al final, el lector nunca sabe con certeza si él es realmente el dios del viento o un chico afortunado... pero ¿importa? La historia señala que quizás se puedan pensar en milagros a pesar de sus humildes orígenes.

Llegaremos a la historia que es el verdadero corazón del libro "El tren nocturno de la Vía Láctea" Estamos ante una obra singular por la carga emotiva que le proporcionó el autor, usó episodios de su propia existencia para escribirla.

Despierto, el niño Giovanni soporta la crueldad a manos de sus compañeros de clase. Pero un día trasciende a un lugar de magia y esperanza cuando se duerme durante el Tanabata, o festival de las Estrellas. En su sueño viaja con su única amiga, Campanella. Juntos se embarcan en este viaje épico y simbólico a través de la Vía Láctea. Si bien las emociones y las revelaciones son grandiosas, la historia se cuenta de una manera simple. Esto no diluye el hechizo de esta historia, sino que la mejora. Como adultos cargados con las pruebas de nuestro mundo, este libro es un escape feliz que puede alcanzar nuestras vidas con un brillo que perdura.

Es una hermosa parábola con el sueño de un niño. Miyazawa le da al lector una nueva visión a través de los ojos de esa juventud. La verdad se suaviza con su comprensión y se nos devuelve nuestro mundo con una perspectiva fresca y fantástica.

En realidad este cuento es una obra inacabada, aunque esto lo entenderéis mejor cuando leáis: Claves para “ El tren de la vía láctea”. En esas páginas seréis conscientes de la obra maestra que habéis leído. Entenderéis quién es en realidad Campanella incluso sentiréis ese miedo a ir solos hacia lo desconocido. Algunos momentos en la vida cambian. Viven con nosotros, coloreando el resto de nuestros días. Este libro es uno de esos momentos. Una maravilla en palabras, el resplandor de esta historia iluminará el mundo a través de cada lector que recorra estas páginas.


La sobrecubierta incluye un hermoso mapa estelar.


Una obra única de un autor inolvidable que paso por la vida sin querer hacer ruido pero acabó siendo recordado por su arte y como persona. Eso amigos lectores no se puede decir de muchos.

Kenji Miyazawa pasó gran parte de su vida (corta vida, pues murió con treinta y siete años) dedicado a la agricultura, apegado a la naturaleza a la que veneraba, y eso se deja sentir en toda su obra de ficción. Los tres cuentos que la editorial Satori reunió, y que lleva el título de uno de ellos, (obra inacabada y quizá la que le ha dado más fama) El tren nocturno de la Vía Láctea, son una buena prueba de que la naturaleza tuvo en su vida un significado primordial. En el primero de ellos, Gauche es un violonchelista que aprende, gracias a la intervención de una serie de animales del bosque cercano al que vive, la importancia de afinar bien el instrumento, dedicarle paciencia y tiempo. El segundo nos lleva hasta un pueblo minero a cuya escuela llega un nuevo alumno al que los demás llamarán Matasaburo, el dios del viento, y cuya extraña presencia coincide con ráfagas inusuales de viento. La imaginación infantil y la realidad se entremezclan para narrar las aventuras de una panda de chiquillos durante los días previos a la llegada del otoño. Bañarse en el río, comer fruta directamente de los árboles, canciones infantiles, travesuras... y la naturaleza siempre presente.
Muy distinto es el último relato, El tren nocturno de la Vía Láctea, donde Miyazawa, de manera magnífica, narra el viaje onírico de un niño (Giovanni) a través de la nebulosa que le da título, junto a su amigo (Campanella) encontrando a su paso elementos tan inesperados como un hombre que atrapa pájaros que se convierten en dulces, un indio americano, una rueda climática, y hasta unos pasajeros del Titánic. El sueño del niño tiene lugar el día del Festival del Centauro (Festival de Tanabata) y las alusiones a la astronomía, festivales budistas, o paleontología son evidentes. El relato, aunque se considera un cuento infantil, es tan complejo que al final del libro la editorial ha incorporado un capítulo con las claves del texto para entenderlo mejor.
Miyazawa tuvo una vida muy corta, pero que vivió con intensidad: su entrega a los más desfavorecidos, su poesía y su literatura, le han llevado a ser conocido como "el santo del norte". Un héroe cultural con una enorme calidad humana que queda reflejada en su obra, llena de lirismo e inocencia, quizá por eso no se entienda muy bien y llegue a parecer aburrida, muy alejada del lector actual.

Este libro cuenta con tres relatos, empezando con el primero Gauche es un violonchelista, que nos cuenta la historia de un hombre que toca el violín en una sinfonía y que al parecer no es tan bueno porque siempre lo regañan, una noche que decide practicar hasta cansarse es interrumpido por diversos animales que quieren aprender a tocar o tocar con él, aunque esto lo molesta e irrita y lo lleva a tratar incluso mal a alguno de sus visitantes nocturnos se da cuenta del cambio que sucede en su estilo de música al día siguiente.
El segundo relato Matasaburo, el genio del viento, donde un chico nuevo con un nombre similar al dios del viento es confundido con este, además de diversos sucesos que pasan alrededor de este joven que hace creer a sus compañeros que es el verdadero dios y que bajo con ellos, aunque al final nos deja con esa misma incógnita.
Y terminando con el relato por lo que se lleva el titulo del libro, conocemos a un joven que recibe mucho bullying por parte de sus compañeros y un ex amigo, del que se ha visto separado por los años, que un día se queda dormido cerca del rio y es despertado por su antiguo amigo para que se suba en un tren y así poder viajar por la vía láctea. Este relato esconde muchos significados ocultos y que al paso que los vas leyendo te puedes dar cuenta que muchos de los pasajeros llevan un boleto sin regreso.
Como todo libro de origen asiático muchas de las cosas no son tan fáciles de entender, pero sentí que los mensajes de cada uno de los relatos se pueden apreciar, el sentido de la práctica, el de la imaginación y el de las despedidas.

Este libro corto consta de 3 relatos. En el primero, el que da nombre al titulo Giovanni vive de una manera fantastica y mágica la marcha de su amiga. Comparten un tren donde los personajes con los que se encuentran, los paisajes y las paradas del tren ya nos cuenta que el autor tiene una forma ágil y sublime de crear un mundo de fantasía unico.

El ultimo relato, el violonchelista, el que a pesar de contar con animales que hablan es el que más me ha gustado quizas por ser el más dinámico y pararse menos en descripciones, darle mas fuerza a la trama dándole intensidad

Lectura remendada para todos aquellos que les gustan las mentes desbordantes de imaginacion y creadores de mundos mágicos.

En realidad me han gustado más las historias de Matasaburo y Gauche que la del tren nocturno, pero igualmente son bonitas las tres. al leer Gauche me he acordado del corto de animación que hizo Studio Ghibli y que vi hace tiempo. Una historia corta pero graciosa.