Me gustó mucho cómo la protagonista es auténtica: al estar viviendo su primer amor se deja llevar por lo cursi de sus sentimientos y por el deseo de resolver el misterio, con todo y que le dé miedo lo que pueda descubrir. Sin embargo, eso mismo me cansó a ratos: las descripciones que hace de lo que siente y de cómo lo siente: "A los dieciséis años pensaba que el amor era una orquídea que tenía que plantar en la mejor tierra; o un aguamarina que custodiar en algún cofre a salvo de ladrones". Me parece que el tema puede llamarles la atención a los pubertos aunque a los varones posiblemente les dé un poco de resistencia los pasajes cursis. |