Antes de darme la espalda para dormir, murmuró: - Tenemos todo el tiempo del mundo. O quizás no. |
Antes de darme la espalda para dormir, murmuró: - Tenemos todo el tiempo del mundo. O quizás no. |
La fuerza de un amor que aún no era capaz de admitir me impulsaba a ir tras ella, pero mi cuerpo no se movía en el umbral. En mi interior se libraba una batalla que me obligaba a escoger en un instante entre Lucía y la Oscuridad.
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Manolito ...