Cuarta Fase

Evolet Lexter es una superviviente de un apocalipsis zombi. Ha conseguido mejorar su calidad de vida gracias a reunir cosas básicas: armas, comida y medicamentos. Evolet ve, en esa lamentable situación, un medio de libertad personal y una cierta felicidad, pues no se llevaba bien con casi nadie por su rebeldía. Un día, un coche queda averiado y Evolet acude a ayudar a Nadia y a su hermana, Alison. Un simple gesto de ayuda hará que cambie el estilo de vida de Evolet. Entre estas dos últimas hay una especie de conexión: saben que se conocen, o tienen esa sensación, pero desconocen el motivo. Una trama de supervivencia en un mundo hostil plagado de zombis y con una historia romántica LGTB+ (aunque sin ser esta La protagonista).

Esta historia tiene un hecho particular que lo hace distinto a otras historias de zombis. Las protagonistas tienen una vida pasada, es decir, que han vivido anteriormente otra vida, concretamente en la época en la que los vikingos llegaron a la Península del Labrador. Se han reencarnado en otro cuerpo y otro tiempo y poco a poco Evolet va recordando ese pasado. Pero no solamente Evolet y Alison son reencarnaciones, sino que en su viaje van a encontrar a otras personas con vidas pasadas relacionadas con ellas.

Así mismo, no se trata solo de una lucha contra los zombis, sino también contra otros humanos (quizás más con estos últimos que con los primeros), pues las protagonistas se van a tener que ir enfrentando ante un catálogo muy extenso de humanos malvados, que han aprovechado este apocalipsis para hacer realidad todos sus sueños sanguinarios. En esto se parece muchísimo a The Walking Dead, al menos a mí me lo ha recordado ya que recientemente me he visto las temporadas. Se nota, y me consta personalmente, que Mira es una enorme apasionada del mundo Z.

En cuanto a la narración, la historia comienza siendo narrada en primera persona por Evolet y posteriormente tendremos otra parte contada por Alison. Esto también ha provocado una falta de profundidad de los personajes secundarios, aunque conoceremos bastante bien a las protagonistas. El tiempo verbal usado es en presente (un tiempo que no me gusta, pues prefiero el pasado, pero es gusto propio). Mira ha conseguido perfectamente mantener en una tensión constante al lector, lo que ayuda a que el libro (bastante grueso) se lea bastante rápido y muy ameno y que el lector quede atrapado hasta el final. Quizás esto también sea un poco negativo, pues las protagonistas no tienen ni un respiro. Cuando salen de una situación mala, al poco entrar en otra mucho peor que la anterior.

En conclusión, una historia centrada en un apocalipsis zombi donde hay que temer más a los humanos que a estos seres. Una trama de lucha y amor con un toque personal: la reencarnación. Un libro extenso pero que mantiene en constante tensión al lector, le atrapa y se hace muy ameno y casi imposible de dejar de leer.
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