Tres abuelas y un cocinero muerto

Bueno, pues no ha sido para nada lo que esperaba... bastante decepcionada. de misterio tiene más bien poco, se limita a contar el día a día en la residencia El Bosque del Crepúsculo. La causa de la muerte de Tero, el cocinero, se pierde entre descripciones de edificios, citando con nombre y apellidos a sus arquitectos, salidas en tranvía (nombres de calles y líneas con sus correspondientes descripciones también) y demencias propias de la edad. Además, todos esos nombres en finlandés tampoco ayudan a agilizar la lectura.
Lo único pasable de la novela es que Siiri, Irma y Anna - Liisa, las tres abuelas, son muy graciosas y tiernas, con muchas ganas de vivir y se rebelan (a su manera) contra el hecho de que la gente no las tome en serio o las considere un estorbo por ser viejas.
Es un libro de 300 páginas que normalmente me acabaría en una tarde, y he tardado casi una semana en poder terminarlo. Se hace lentísimo, aburrido, no cuenta nada nuevo. Tampoco me gustó cómo se resuelve, el final es extraño. Evidentemente, no leeré los otros dos títulos que completan la trilogía y es una pena porque me resultaba tremendamente atractivo el planteamiento de las tres abuelas detectives.