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Crítica de Lawerson


Lawerson
31 March 2019
La primera vez que me topé con Circe, después de que muchos lectores y lectoras de habla inglesa empezaran a hablar de él, me enamoré de su portada. Luego, su sinopsis me atrapó. ¿Una nueva historia donde la mitología era el pilar central de toda la trama? ¡Sí, por favor! Así que no tardó en estar dentro de mi wishlist. La verdad es que era un libro que no me atrevía a leer en inglés porque, bueno, ya de por sí no estoy aún familiarizada a leer en ese idioma, así que imaginaos si me lanzo dentro de un libro, donde ya de por sí la mitología tiene sus nudos y sus complicaciones, en inglés. No obstante, pronto también llegó la noticia de que, al fin, Circe iba a llegar a España gracias a AdN, ¡y qué ilusión! Así que, cuando me comentaron que estaban interesados en mandarme un ejemplar de promoción, ni lo dudé. Ese libro lo tenía que leer fuera como fuera. En mi cabeza ya tenía una visión de lo que me iba a encontrar: una aventura con acción a raudales, donde Circe tenía que luchar contra aquellos que siempre se han puesto en su contra, rebelándose de su padre y luchando por sí sola para conseguir justicia y libertad, todo al estilo de los libros de Percy Jackson. Desgraciadamente, no ha sido en absoluto así. Más bien un sueño o una fantasía, Circe es, en realidad, una obra histórico/biográfíca que se me ha hecho muy pesada y aburrida. Una completa decepción.

Usando una narración en primera persona sin dejar atrás la vida y visión de Circe, desde el primer momento se nota que es más la historia de la vida de ésta que otra cosa. Es por eso que, en los primeros capítulos, ya tenemos momentos lentos y densos sobre cómo era ella de pequeña, su relación con su madre, sus hermanos y hermanas, incluso con su padre, pasando con ella por una fase de abandono, de dolor y de estar aguantando pullas, insultos y desprecios por todos lados, una chiquilla inocente que, todavía, tiene mucho que aprender. En esos momentos, mi lectura era pausada, el montón de descripciones con el que la autora va adornar cada una de las páginas hacía que ricamente estuviera muy bien ambientado, sí, pero no lograba, aún, dar con algo interesante que me enganchara. Aunque la mitología es algo que va a estar presente en todo momento a raíz de las innumerables historias en las que Circe, indirectamente, se va a ver rodeada después de escucharlas en boca de otros, seguía sin congeniar con una trama que no avanzaba ni daba nada nuevo. Esos héroes mitológicos, los primeros, cobraban vida a raíz de anécdotas que los dioses escuchaban para luego contar entre risas y entre exagerados añadidos. Las primeras doscientas páginas van a ser, simplemente, ésto. Despertar con Circe, andar con ella por la playa, seguir escuchando las malas palabras que le llegaban de todos sitios. Empapándonos de una ambientación muy marcada por las costumbres que siempre han ido de la mano con esa mitología clásica que, de alguna manera, hemos estudiado o leído, donde las mujeres se siguen viendo como unas inútiles creadas solo para engendrar y engendrar a más hijos, sin más propósito que ese, pronto empecé a ver la realidad de un libro que, a esas alturas, se me estaba haciendo muy cuesta arriba por su poco entretenimiento, su nula acción, sin nada que cortase esa monotonía y con repeticiones, una tras otra, que estaban en cada paso que daba Circe por palacio y en su vida.

Si bien es cierto que, en algunos puntos, la autora ha sabido meter historias mitológicas bastante interesantes para que, de alguna manera, aprendas más sobre ello y profundices en sus nombres, criaturas y más, pensaba que, tras ese cambio tan brusco en los acontecimientos en relación a Circe y su vida, la cosa iba a cambiar. Cuán equivocada estaba. Se cambia de escenario, sí. Se deja atrás el palacio de Helios, dejamos de estar rodeados diariamente de esos titanes que no hacen más que poner en ridículo a los humanos entre jarra y jarra y dejamos atrás una familia que nadie desearía tener. Todo eso lo cambiamos por una isla solitaria sin más vida que unos animales salvajes. Sin embargo, todo lo que había antes, esa lentitud, repetición, esa monotonía y pesadez, se traslada con nosotros. Y volvemos a empezar. La lectura de este libro ha sido, para mí, una cuesta muy, pero que muy empinada. No pasa absolutamente nada en las más de cuatrocientas páginas que tiene el libro. Circe crece, pero los capítulos se resumen en andar sobre la hierba, adentrarse en el bosque, recoger plantas, descubrir los poderes mágicos de Circe, estar sola, llegar un barco, tener algo más de actividad, más historias que llegan de la lejanía sobre los siguientes heróes de la mitología, ahora se van otra vez, Circe vuelve a estar sola y se repite el ciclo. Una y otra y otra vez. Hasta el final. de vez en cuando hay alguna sorpresa escondida en la visita de Hermes y sus juegos, oculta tras un parón del exilio de Circe para visitar un reino lejano donde estaremos presente en otro de los grandes mitos que hemos oído por todos lados como es el del Minotauro y su famoso laberinto, o en la llegada de Odiseo. Pero no hay nada más, siempre sigue, el libro, el mismo patrón tedioso que no me ha enganchado en ningún momento. Es más, tal era la cantidad de repeticiones que había que, en más de una ocasión, estaba leyendo sin estar leyendo en realidad, mi mente en otra parte sin hacer caso a algo que, después, ni siquiera era importante para la trama del libro.

Mi principal problema ha sido ese, sobretodo, por pensar que iba a ser una historia épica. Pero la historia de Circe que se muestra en este libro es la misma historia que puedes encontrar si vas a la biblioteca y coges prestado un libro de mitología clásica sobre Circe. Nada novedoso. Eso es algo con lo que tampoco cuenta. Si estás familiarizado, más o menos, con el personaje de Circe, nada de lo que hay aquí te sorprenderá, todo te parecerá conocido. Así que no, aquí no hay una reinterpretación del mito de Circe como el que esperaba. No hay una aventura en la que embarcarse, no hay acción, ni representación de nada. Aquí hay una biografía que me ha costado horrores seguir por el puro aburrimiento que me estaba causando. Supongo que fue un error mío el pensar que me iba a topar con una historia similar a la que, siempre, nos tiene preparada Rick Riordan. Un viaje por los diferentes reinos, palacios y mares que ocupan el gran mundo de los dioses, luchas por allí, batallas por allá. Es que ni eso. Circe no participa en nada de lo que le cuentan salvo en esa ocasión con el Minotauro. Vivimos las guerras a lo lejos, de manera superficial, mientras los años pasan como los segundos en la vida de Circe. Conocemos datos a través de los hijos o conocidos de estos héroes que llegan a la isla y a la casa de Circe. Y, cuando llega Odiseo, ese personaje que promete unos acontecimientos de infarto, dinámicos y con movimiento, a mi pesar la historia se vuelve más soporífera si cabe. Te doy de comer, te doy de beber, te quedas una estación más mientras nos acostamos y piensas en tu mujer e hijo allí en Ítaca, comiendo y bebiendo y NADA MÁS.

Sí que hay dos cosas que me han gustado y es lo que han hecho que el libro no fuera un completo suspenso. Por un lado tenemos la prosa de Madeline Miller. Era la primera vez que leía algo de ella y me ha gustado mucho su manera de narrar. Lo hace todo con delicadeza, con una magia propia de la mitología, te da ese toque para que sientas que están ante héroes, dioses y diosas. Se ha notado muchísimo el gran trabajo que ha hecho a la hora de documentarse, siendo una conocedora de la mitología, capaz de contar mil y una historias y relacionar, con exactitud y sin fallos, quizás con algunas libertades, todo ese mundo legendario. Gracias a esto puedes indagar más dentro de todo este inmenso mundo, tienes una cercanía muy buena con la que ganarás conceptos, nuevas ideas y una nueva visión. Eso me ha gustado mucho. Lo otro es que, gracias a esas historias que contaban esos viajeros que llegaban a la costa de Eea y que justamente se relaciona con lo que os acabo de decir de la pluma y el conocimiento de la autora, el libro ha tenido algo de vida. Si no llega a ser por esos héroes y heroínas, arriesgando sus vidas para enfrentarse a criaturas marinas, al cíclope, a arpías y más seres de pesadilla, si no llega a ser por esos príncipe y princesas que van a por objetos de toda clase, codiciosos, y si no llega a ser por esos dioses y diosas, desde luego, el libro se hubiera hecho imposible de leer. Esos han sido mis momentos preferidos del libro que, aunque algunos se me hacían lentos, al menos dejábamos aparcada la rutina de la vida de Circe para ponernos, momentáneamente, en la piel de diferentes personajes como pueden ser Dédalo, Escila, el rey Minos, Jasón.... Sin embargo, tener de pasada estas historias y tener a Circe como punto central de todo, un personaje que tampoco es que sea la mar de interesante, no ha sido suficiente para mí.

Es por eso que, desgraciadamente, Circe se convierte en la gran decepción del año. Una historia en la que no pasa absolutamente nada salvo la narración de esas leyendas mitológicas de otros personajes, el libro es el día a día de Circe, un personaje que tampoco me ha dicho gran cosa, creando un libro aburrido a más no poder que no aporta nada interesante, ni nuevo, ni nada a lo que engancharse.
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