Me han dado, una por una, todas las horas de las horas todas: las mil de mil que hay en las veinticuatro. |
Me han dado, una por una, todas las horas de las horas todas: las mil de mil que hay en las veinticuatro. |
Tener razón es triste, y aún más triste es que de esa razón no exista duda. |
La vida estaba en otra parte, de esa forma en que ciertas mujeres no están para nosotros, de esa idéntica forma en que nos negamos a estar para ciertas mujeres.
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Mi corazón se lo he dado a las ratas, en vista de que nadie lo merece.
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Es extraño, es curioso, es sorprendente: no estoy del todo en mí, y cuando acudo a lo que debí ser, todo ha cambiado.
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Perderemos el tiempo y perderemos el uno por el otro la cabeza, pues la más cierta de cualquier certeza es que es buena ocasión para perdernos. |
Quizá nunca entendimos el libro de la vida, o, entendiéndolo, nos negamos a admitir su desenlace.
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La locura tiene un orden un ritmo y un idioma.
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Ninguna tarde lleva a ningún puerto, en ningún puerto atraca la fortuna que no recuerdo bien dónde perdimos, en la deriva de otra tarde absurda. |
De esa manera, por obra de tu sangre, creo en lo que no creo, y olvido lo que sé. |
Marinero en tierra