Miguel Delibes consigue con "Madera de héroe" hacer una novela sobre la guerra civil española desde el punto de vista de un niño. Un niño que según sus familiares directos ha nacido predestinado para convertirse en héroe, merced a unas curiosas reacciones físicas que tienen lugar siempre que el referido candidato tiene contacto con marchas militares emotivas o hechos que enaltezcan sus fuertes convicciones religiosas y patrióticas, inspiradas desde la cuna por su familia materna, principalmente un abuelo veterano de la guerra carlista y un tío militar de carrera. Gervasio (que así se llama el futurible paladín de las más nobles causas) tendrá en contraposición la figura paterna, médico de profesión con fuerte tendencia al naturismo y razonamientos más igualitarios y cercanos a los fundamentos de la República, así como dos tíos tenderos autónomos de profesión, poco afectuosos y efusivos en el trato pero que cuando se "arma la gorda" toman decidido partido como firmes defensores del gobierno republicano elegido en las urnas. Iniciando el relato en los primeros años 30, iremos conociendo a los diferentes miembros de la familia de Gervasio, constatando a medida que la situación se va poniendo más difícil, los diferentes posicionamientos a la hora de afrontar esos momentos decisivos y como reacciona Gervasio cuando presiente que se aproxima el momento estelar que confirme su condición de firme candidato a las más altas cotas del heroísmo (a ser posible sin menoscabo de su integridad física). de manera inteligente y hábil y con una prosa cuidada y certera, Delibes narra hechos y circunstancias de uno y otro bando con el fin de que el lector vaya tomando conciencia y cavile sobre el sentido y la lógica de lo que significa la mayor de las sinrazones que puede cometer el ser humano: la falta de entendimiento y de respeto a las ideas del que no piensa igual con el resultado trágico de una contienda militar, dónde siempre los más débiles acaban siendo los más perjudicados. + Leer más |
Miles de personas han acudido este domingo a la catedral y al teatro Calderón para despedirse de Concha Velasco que falleció este sábado a los 84 años. El cortejo fúnebre ha llegado este mediodía a Valladolid, la ciudad natal de la actriz. Tras oficiarse el funeral en la Catedral de Valladolid, los restos de Concha Velasco serán depositados en el Panteón de Personas Ilustres del cementerio de la ciudad, junto a otras personalidades destacadas de la ciudad como Miguel Delibes, José Zorrilla y Rosa Chacel.
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