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Luna Miguel afirma que leer mata, que hiere, que apuñala. La lectura era tradicionalmente una práctica silenciosa que se desarrollaba en ambientes íntimos, en lugares privados. Una se entrega así al texto por completo, se refugia de la realidad entre las letras escapa de las cuatro paredes entre las que está recluidas y viaja lejos, a través de esta ventana literaria hacia la libertad. Luna se fragmenta en cinco a través de la lectura y de los modos de lectura. Luna se convierte en Bulímica, Enfermiza, Sumisa, Somática y Amorosa y a través de ella traza la historia de la lectura, que es la misma que la historia del amor, del sexo y de la amistad. Bulímica es una autodidacta feroz que a veces no recuerda lo que lee, que no estudia, que no es atenta, ni precisa ni ordenada en su lectura; que se entrega a los designios del otro y que no encuentra la salvación en lo que lee. Y a partir de esa entrega llegamos a Enfermiza, a quien los libros someten obsesivamente. Sumisa es poseída por la lectura, la lectura manda y se hace a través de su cuerpo y con su cuerpo que cuenta historias, la lectura es una daga que fulmina. Sumisa le pertenece al texto, se contagia del texto. Sumisa somatiza y se convierte en Somática, en una lectora insatisfecha de no encontrar en su vida lo que encuentra en la novela. Somática es una lectora con bovarismo. Y, por último, Amorosa lee con y por amor, lee de manera distraída. Amorosa no sabe leer, ella devora el conocimiento y se alimenta de la inteligencia ajena. Luna, a través de sus cinco alter egos, traza la genealogía de la historia de la literatura, que no es otra que la historia de la lectura. Porque una autora pierde el control sobre su propia obra una vez la suelta al mundo y, a partir de ese momento, la historia de la literatura comienza cada vez que una lectora lo lee. Leer mata es un libro intimista breve sobre la lectura, es leer sobre leer; Leer mata es le primer título de la nueva colección de la Caja Books y sienta el precedente sobre lo que podemos esperar de ella. |
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