Una historia sencilla pero arriesgada, sobre todo en la época en la cual fue publicada. La manera en la que se describe a Don Manuel te hace sentir empatía por él, aunque la historia trate sobre hipocresía, engaño y falsas ilusiones. El argumento es original y creo que beneficia la idea que quiere transmitir el autor sobre la necesidad y/o beneficios de tener fe en Dios, cómo esta se utilizó para mantener el orden dentro de las sociedades católicas, las crisis existenciales y de identidad, etc. Es un libro que te hará reflexionar sobre la fe, la religión, el dogmatismo y su uso en nuestra sociedad como forma de controlar la población. |