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Con este libro me doy por vencida con los clásicos. Por más ilusión que le pongo a un clásico al final termina aburriéndome, Momo no es la excepción, es más, de todos los que he leído, es el con el que más he bostezado. Realmente, no sé qué esperaba de esta historia, pero estoy segura que nada de lo que hay entre sus páginas. Que sí, que es un clásico infantil que llega al corazón y bla bla pero no todos tenemos esa capacidad de sumergirnos en esta historia o cualquier otro clásico con la misma facilidad y profundidad que otros lectores. El argumento es muy sencillo pero peca de dar demasiados conceptos súper complejos. Me entró sueño. Es una obra lenta y sí, densa, que tiene frases bonitas pero nada más. Según la historia, Momo tiene un mensaje profundo de la vida pero yo lo vi como un personaje más, que no hacía nada, que no me aportó nada trascendental para mi vida, lo mismo con los hombres grises, que, más que personajes, los visualice como un concepto de sociedad actual cuadriculado y aburrido pero que están ahí y que nadie puede (o no le da la gana) hacer nada para cambiarlo. Y entre todas las personas que conforman la novela, Momo es la única que no cae bajo las garras de esos hombres y sus locuras. Es una novela que plantea una problemática que me desconcertó y me aburrió, por temas personales que no vienen al cuento escribir aquí. No creo que termine de leerlo, tampoco perdí mi tiempo, pero dejo claro que no pienso volver a leer nada del autor, por muy famoso y clásico que sea. |
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