Sistema nervioso

Lina Meruane es una escritora y docente chilena , hija de médicos (lo que explica algunos de sus tópicos), con un doctorado en Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Nueva York.

Se tiende a clasificar a esta autora chilena dentro del grupo llamado "literatura de los hijos« , un término que proviene del tercer capítulo del libro del chileno Alejandro Zambra, Formas de volver a casa, una generación que vivió la adolescencia después de la dictadura, con autores nacidos en los años 1970-1980.

Sistema nervioso sería la tercera parte de una trilogía de la enfermedad junto con Fruta podrida (2007) y Sangre en el ojo (2012). Incluso se podría decir que hace parte de una tetralogía con el ensayo Viajes virales (2012).

Me he llevado una enorme sorpresa con esta autora que no había leído, porque no se semeja a nada de lo que conozco; me ha impactado el uso que hace de la lengua española, más que por el contenido del texto, el que por lo demás, también representa una mirada original entre cosmos y cuerpo humano, un cuerpo humano siempre dolente. Porque caramba ! este libro es casi un compendio de medicina.

La escritora prona que aunque seamos un cuerpo único, estamos conectados a otros cuerpos, a otras especies y a otras galaxias. « Somos polvo de estrellas" (minerales y otros componentes del sistema solar).

Hay en este libro varias historias y relatos en un estilo fragmentado (muy de moda), y son los fragmentos que gravitan y sostienen el problema de la enfermedad y de los cuerpos. La escritora tiene una vision filosófica de la enfermedad y se percibe el interés que suscita en ella, el caso clínico como relato.

Meruane citó en una conferencia, la correspondencia de sus escritos con el de otras escritoras chilenas que hablan de tramas « cosmopolíticas », como Nona Fernández que trabaja el viaje en el cosmos, o María José Navia y sus metáforas con la tecnología, o Constanza Ternicier y sus enfermedades del espíritu. Hay una racha de escritoras chilenas que están cambiando el panorama de la escritura, todas enfrentadas a un mundo en plena mutación, acercándose al apocalipsis.
Los personajes de esta novela son arquetípicos, no tienen nombre porque podrían ser cualquiera de nosotros. La autora los llama Ella, Él, los Mellizos, el Padre, la Madre, la Señora, etc.

Ella trabaja (y mal) una tesis de doctorado en Astrofísica y tiene remordimientos porque ha agotado los ahorros del Padre para costearse los estudios. Ella tiene pareja con un forense que trabaja con osamentas para para calcular la edad con carbono 14, la pareja esta en fase de deshacerse. No hay una línea clara en el relato entre los vivos y los muertos porque se habla del Padre y de la Madre con respecto a sus enfermedades y a veces con respecto a la fase terminal y con una temporalidad poco clara. Por lo general todos los personajes están definidos por sus falencia físicas, tienen todo tipo de enfermedades, a veces psicosomáticas.

En tiempo de crisis, como dice Lina Meruane, hay que encontrar las palabras que puedan expresar esta forma de crisis y Meruane buscó una forma de expresar su novela, estructurarla con el sistema cosmológico, familiar y social. En Sistema Nervioso el sol radiante es la enfermedad y todos están enfermos, hasta el perro que se llama Gastroenteritis.

Ella quisiera avanzar su tesis y para ello ruega que le caiga una enfermedad (aunque no muy letal) que justifique su poco rendimiento y le de tiempo libre para la redacción. Ella tiene una pareja, pero no se llevan bien, comunican poco. El también tendra sus problemas de salud y graves. La familia de Ella está compuesta por el Padre y la Madre, que no es la madre biológica sino la segunda esposa del Padre y madre de los Mellizos. Todos enfrentarán la enfermedad en un tiempo que no está muy definido en el relato, pero lo atañente a las patologías esta definido con un lenguaje digno de un médico, preciso y up to date.

El uso que hace la escritora del español es muy singular y hasta divertido, porque frente a una situación, ella saca todos los sinónimos o términos que se acercan a su tema. A veces suena genial. Un ejemplo página 25 : a Ella siendo una niña se le atranca un brazo en la puerta del ascensor y Madre gritando rugiendo berridos de cabra…O sobre el cuaderno que Ella escribía cuando chica que sería ese cielo de cometas que iban dejando su estela de polvo clara fugaces babosas...(nunca hay comas).

Una lectura singular, de contenido inteligente y planteamientos que suenan nuevos en la constelación literaria chilena. Una autora que habría que releer.
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No tengo ni idea de cómo hablar de este libro pero sé que nunca he leído nada igual.

La historia comienza cuando la protagonista, incapaz de escribir su tesis doctoral sobre astronomía, desea enfermarse para dejar de dar clases de física y poder centrarse en la escritura de su manuscrito. de repente algo desconocido duerme su brazo derecho y los médicos empiezan a investigar qué está produciendo dichos síntomas. En su relación de pareja, con un antropólogo forense, se ha creado una distancia insalvable. Y tanto la madre como el padre empiezan a padecer toda clase de males.

La estética literaria de este libro está poblada de particularidades. Los personajes no tienen nombre propio. La protagonista es "Ella", su pareja "Él", su padre el "Padre", su madrastra es la "Madre", y así con todos. Los lugares donde se desarrolla la acción son: el país del presente y el país del pasado. Y la escritora introduce pequeños temblores en el texto: en cursiva aparecen ideas encadenadas en medio de los párrafos, tres palabras afines, a modo de pequeños versos.

Este es el retrato de una familia por medio de sus enfermedades. Una biografía clínica que va abriendo en canal la complejidad de las relaciones familiares y de pareja, cuyo lenguaje es incisivo y su estructura un tanto compleja. Meruane intercala reflexiones rigurosamente técnicas sobre la enfermedad, el dolor, el cuerpo o la medicina con un lenguaje puramente estético y descarnado. Pese a lo complejo, sumergirse con atención en este texto, apreciando sus singularidades, es disfrutar de su belleza.
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"Porque el dolor era la conciencia de estar vivo. Había que estar un poco muerto o un poco sordo para descansar el cuerpo"