Bueno, la verdad es que me quedo con un sinsabor. He echado mucho en falta el tono jocoso, la fina ironía a la que el autor me tiene acostumbrada. Es un libro que cuenta mucho, porque narra acontecimientos importantes de los años 70, pero al mismo tiempo no me cuenta nada. Nada, porque espero que a Rufo, su protagonista, le pasen cosas interesantes, emocionantes y no. El libro comienza con ritmo en las primeras páginas, pero va decayendo conforme avanzas, y al final me acabo saltando páginas porque cuando empieza a hablarme de Rusia pierde todo mi interés. En resumen, es la primera vez que Eduardo Mendoza "me defrauda" porque me ha costado acabar este libro pese a sus pocas páginas. A pesar de ello, le concedo tres estrellas porque está muy bien escrito. |