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Crítica de Celia_0504


Celia_0504
19 October 2021
Desde hace algún tiempo llevo dandole vueltas a la reseña que hice de este clásico de las letras. Recientemente, debido a otro libro clásico que estoy leyendo y a todo lo que pasó en las Redes Sociales con él y las opiniones que generó, he meditado. Creo que un libro puede ser muy bueno y no gustar a todo el mundo. Y esto es lo que me paso con “Moby Dick”. Lo siento, pero, sin quitarle sus amplios méritos literarios, está novela no me gusto nada. Sufrí mucho leyéndolo, para que al final terminara por no aportarme nada en ningún sentido.

Digo que no me gustó nada esta lectura. Más bien debería definirla como una auténtica y lenta tortura, que un año más tarde me sorprende aún haber logrado finiquitar.

Por eso no tenía sentido que le hubiera puesto, en su momento, cinco estrellas. Para mí son dos, y no le doy una porque le reconozco a Melville que sabe escribir muy bien y que hizo una obra atemporal y con un sentido del simbolismo muy potentes y unos temas centrales increíbles. Si le puse cinco fue porque me sentí obligada a alabar este libro por ser tan importante para la historia de la literatura y porque mucha gente lo ponía por las nubes. Pero para mi no fue una lectura tan buena, sino todo lo contrario. Y tampoco tengo porque sentirme mal si un libro de los que denominamos clásicos (un cajón de sastre que usamos, y yo la primera, para meter todo tipo de obras, y que es muy amplio) no me gusto.

Dicho esto, dejo mi reseña tal y como se ha podido leer hasta ahora, y me quedo ya tan a gusto.
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Tercera vez que cojo este libro e intento acabármelo, y por fin lo he conseguido. No me lo creo, pensé que nunca lo terminaría, hasta que me quedaron como cien páginas, o así, no vi nada claro que pudiera finiquitarlo.

Sin duda alguna es una lectura difícil, una de las que más me ha costado en toda mi vida. Y no exagero. Si lo he logrado ha sido a base de mucha fuerza de voluntad; paciencia; combinar este libro con otras lecturas más ligeras; y racionarme las páginas que leía cada día,obligándome a leer una cantidad determinada de hojas, ya que me era imposible leer más de treinta en una sola jornada. A veces incluso menos. Y no creo que el problema sea la edición que yo he manejado (Austral es uno de los mejores sellos en lengua castellana, y el tomo que he usado estaba muy cuidado en todos los sentidos) ya que por lo que he visto esto nos ha pasado a muchos lectores. Y es que es una novela densa, muy densa. Ya su principio nos avisa de lo que vamos a poder encontrarnos dentro, y no hablo de ese celebre “Llamadme Ismael”, sino de las más de 70 citas que hay solo antés de que empiece la historia propiamente dicha. Durante la mayor parte de la narración uno siente que la misma no avanza, ya que Melville tiene una prosa oscura, tupida y poco ágil, en la que se enfatiza mucho en detalles y temas que no son lo que el lector puede llegar a esperar de esta obra, por la idea que pueda tener de ella y de lo que va, y que releentizan la narración. Y es que la mayor parte de la obra es un compendio de ensayos sobre temas varios, lo que es la trama no avanza hasta casi el final, como explico más adelante.

Estamos ante una novela que por su temática y simbolismo no se queda solo en la simple narración de una obsesión, o una historia marina. Es mucho más de eso. Es cierto que tenia asumido que la pesca ballenera iba a ser uno de los temas centrales de la obra. Pero me resulto muy frustrante (no podéis imaginar cuanto) que la mayor parte de la obra fuera un tratado sobre la importancia y maravillas de la pesca de ballenas, la vida marítima y la magnificencia de esos animales tanto biológica como simbólicamente. Esperaba que se centrase más en lo que es la persecución contra Moby Dick y su antagonismo con el capitán Ahab, que no deja de ser el motor de la novela, aunque las enciclopédicas e interminables partes sobre cetología, o descripciones sobre las partes de un barco o el instrumental de pesca ballenera (entre otros varios temas que se tratan con extremaaaaaaa profundidad a lo largo y ancho del libro) a veces solo logren hacernos perder esto de vista...a la par que desesperarnos en sumo grado. Melville no se deja nada en el tintero, habla de todo lo que se le ocurre o le interesa y se queda tan pancho, eso esta claro, después de componer una novela llena de vericuetos e impasses que acaban por aturdir al lector.

Sin duda alguna, lo que resulta fascinante de esta historia, es su indudable motor: la relación de odio y obsesión que el capitán Ahab desarrolla hacia Moby Dick, la Ballena Blanca. El gran Leviatan es algo más que un fin, es una figura que representa todo lo que es insondable e inalcanzable para el ser humano y contra lo que este no puede competir. Es un personaje en si mismo no solo por su astucia y brutalidad, casi humanas, si no por lo que supone tanto en la trama, como a modo de símbolo y fin. Y Ahab representa la tragedia que es intentar tocar esa luna con los dedos, conquistar esa montaña cuya cumbre llega hasta las nubes. Es un personaje realmente muy bien construido, uno de los más dramáticos de toda la literatura, trágico hasta el exceso pero muy humano a la vez, en el que se conjugan lo peor y lo mejor del género humano con todos sus matices. La forma en la que da su vida y sacrifica cualquier cosa cosa en pos de la venganza no puede dejar de conmover y de remover por dentro al lector, tiene una sobrehumana fuerza poética. Una de las cosas que más me han sorprendido y si, porque no decirlo, decepcionado, de esta novela ha sido que Ahab, pese a ser (por si no lo he repetido aun lo suficiente) la fuerza de esta obra, no es tan importante como podría pensarse dada su importancia dentro de la literatura universal y su fama. A veces da la impresión de que está incluso muy desaprovechado. En varios momentos de la obra, en contra de lo que podía esperarse, varios de los secundarios le eclipsar, hay que reconocer que estos secundarios están muy bien caracterizados también, pero sorprende la importancia que se les da en la mayor parte de sus interacciones dentro de la trama, más que al propio capitán.

Me da rabia no haber podido disfrutar plenamente este libro, ya que los clásicos suelen gustarme mucho y realmente quería que este me fascinase como lo ha hecho con muchos otros. de hecho estoy convencida que las últimas 150 páginas , o por lo menos el último cuarto del tomo, las he disfrutado sobremanera por este motivo en concreto, y esa es una de las cuestiones que salvan esta obra de desagradarme del todo. Creo sinceramente que el que este libro se me haya atragantado en su mayor parte se debe mas a que soy intelectual y literariamente más incompetente de lo que siempre me he creído. Se ve que no solo los protagonistas de esta obra (o de cualquier otra) pueden recibir al final una lección de humildad, ya veis. Solo lo he saboreado realmente en el último cuarto, porque es cuando realmente la narración se enfoca en la persecución de Moby Dick y la trama avanza. Todo lo demás son diversos ensayos aderezados con pequeñas escenas narrativas que permiten que la historia avance muy lentamente. Desde luego, el libro tiene un sentido de la trascendencia y la simbología increible, que sobrepasa, incluso, a la propia obra. Si “Moby Dick” es y será por siempre uno de los libros más importantes de la literatura universal es por que trata sobre temas imperecederos que siempre acompañaran a los humanos, como la lucha incansable del hombre contra aquello que le supera, el destino, la ambición, la venganza, el papel de cada uno en el universo, la lucha entre el bien y el mal. y lo que suponen el orgullo y la humildad, mezclada con otros temas y reflexiones de índole filosóficas.


No es un libro fácil y placentero de leer, hay momentos en que no sabes que es lo que te estas tragando en vena y te preguntas internamente si merece la pena, y llegas al final con una gigantesca sensación de desconcierto y de no saber muy bien que pensar o sentir hacia él, Preguntándote cómo es posible que tanta gente lo defina como una maravilla de libro o incluso lo considere su novela preferida, y cuestionándote si hay algo que te has perdido. No voy a negar que dudo que nunca llegue a considerarle mi libro preferido, precisamente. Pero desde luego, indiferente no te va a dejar si lo coges, es un libro al que hay que dar una oportunidad si o si, no solo por su importancia cultural sino por como Melville (un hombre que intuyes que ha vivido mucho y tiene un rico y atormentado mundo interior, que sin duda es el requerimiento esencial para escribir una novela así) reta al lector al obligarle a continuarlo aunque solo sea para ver como terminará el fatídico (y como se puede adivinar desde el principio, yermo) duelo entre Ahab y la Ballena Blanca. Y es que leer muchas veces es equivalente a placer, sí, pero eso no siempre tiene que ser así, a veces es bueno que lo que lees sea un reto para ti en algún sentido, o no te guste, o te incomode.
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