Ah, la felicidad busca la luz, por eso juzgamos que el mundo es alegre; pero el dolor se esconde en la soledad, por eso juzgamos que el dolor no existe.
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Ah, la felicidad busca la luz, por eso juzgamos que el mundo es alegre; pero el dolor se esconde en la soledad, por eso juzgamos que el dolor no existe.
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-Preferiría no hacerlo. Con cualquier otro hombre me hubiera precipitado en un arranque de ira, desdeñando explicaciones, y lo hubiera arrojado ignominiosamente de mi vista. Pero había algo en Bartleby que no sólo me desarmaba singularmente, sino que de manera maravillosa me conmovia y desconcertaba |
Una mañana apareció un joven apacible ante las puertas de la oficina, que al ser verano estaban abiertas. Todavía puedo ver aquella figura, pálidamente pulcra, lastimosamente respetable, incorregiblemente desolada. ¡Ese era Bartleby!
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Lo que vi esa mañana me convenció que el amanuense era la víctima de un mal innato e incurable. Yo podía dar una limosna a su cuerpo; pero su cuerpo no le dolía; tenía el alma enferma, y yo no podía llegar a su alma.
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De otros copistas yo podría escribir biografías completas; nada semejante puede hacerse con Bartleby.
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Ah, la felicidad busca la luz, por eso juzgamos que el mundo es alegre; pero el dolor se esconde en la soledad, por eso juzgamos que el dolor no existe.
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Preferiría no hacerlo
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Nada exaspera mas a una persona seria que una resistencia pasiva
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Preferiría no hacerlo.
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Como una vez dijo Italo Calvino, un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir.
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¿Cómo se llama el barco ballenero en el que se narra la travesía?