Un cuento muy divertido en el que las imágenes no tienen nada que ver con el texto. La protagonista de este cuento nos presenta a su gato Orlando aunque... no es un gato es un elefante. Sin embargo ella trata de hacernos creer una y otra vez que Orlando es un gato y no un elefante. Es maravilloso para que los niños interactúen y contradigan el texto pues las ilustraciones que son una delicia y por algo han sido premiadas enseñan justo lo contrario. Sin duda un libro para pasar un buen rato con los más pequeños. |