Como siempre, Megan Maxwell no me ha decepcionado. He disfrutado de cada una de las palabras que hay en esa historia. A su protagonista lo adoro, desde el inicio, desde su aparición en anteriores novelas de Maxwell. Ágil de leer y adictivo, en todo momento he necesitado saber más y en más de una ocasión tanto él como ella me han roto el alma a pedacitos. Menos mal que han sabido recomponerlos si no, no sé que hubiera sido de mi. Sé lee muy rápido pero tengo la sensación de que será largo en el tiempo no echarlos de menos. Leedlo si no lo habéis hecho ya, merece mucho la pena.
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