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Todos hemos crecido, en mayor o en menor medida, oyendo historias de princesas que han de esperar a ser rescatadas por un apuesto príncipe azul para alcanzar así el ansiado «… y vivieron felices para siempre». Pero hoy les quiero hablar de un libro en el que es la protagonista quien debe escribir su propio cuento: La pequeña princesa de Elena Medel, y con ilustraciones de María Hesse. Aquí, la princesa deberá encontrar su camino y también su final feliz. “La pequeña princesa había aprendido que alguna vez le tocaría estar en peligro y que un príncipe azul la salvaría”. Nos encontraremos en el Palacio de Mil habitaciones, donde vive una pequeña princesa sin nombre que, el día en el que cumple los quince años, recibe una noticia que la deja completamente asombrada. El rey le ordena que debe abandonar las comodidades de su hogar y viajar a los reinos vecinos para encontrar así un príncipe y un nuevo palacio para ella. Debe dejar atrás todo lo que le es conocido y empezar la búsqueda de un compañero que la transforme en su futura reina. Pero como el mundo le es ajeno y completamente desconocido, nuestra protagonista no viajará sola. Podrá contar con la compañía de su maestra, una mujer que hasta ese momento se había limitado a impartirle clases sobre los temas que se consideraban adecuados para una princesa, pero que poco a poco, durante su viaje, se irá transformando en una verdadera guía y amiga. “A la pequeña princesa se le podría haber ocurrido visitar las mil habitaciones, de las cuales desconocía al menos novecientas ochenta, o pasear una vez más por los jardines… Sin embargo, durante esa última noche se encerró en su dormitorio y lloró sin parar”. La primera parada es un reino vecino, donde pronto nuestra protagonista descubre que allí las otras princesas no tienen voz. Todas las mujeres del reino habían prometido dos años de silencio por cada uno de los hombres caídos en batalla, y con un rey al que le gusta la guerra pueden sacar ustedes mismos las conclusiones. En el segundo reino que visitará, lo que hallará son muchas mentiras. Palabras superfluas que no permiten discernir entre la verdad y lo que no lo es. Así mismo, encuentra un reino donde las princesas ejercen las más diversas profesiones, donde solo se casan si lo desean. Un lugar en el que lo único que importa es hacer lo que realmente las hace felices. Pero quizás allí no esté su lugar. En cada una de las etapas de su viaje, además de descubrir el mundo, la pequeña princesa logra algo mucho más importante: conocerse a sí misma. Aprende también que los cuentos muchas veces ocultan algo de verdad, pero que hay que mirar con atención para hallarla. “—Llamamos «hogar» a esos sitios en los que podemos ser libres”. La pequeña princesa, de Elena Medel, es una bonita historia en la que se nos demuestra que el primer paso para ser felices es aprender a vivir nuestra vida más allá de las expectativas impuestas por otros, y las que nosotros mismos nos obligamos a crear por miedo al fracaso o al qué dirán. Además, las maravillosas ilustraciones de María Hesse son el complemento perfecto para esta historia de una princesa que debe tomar las riendas de su vida y escribir su propia historia. Necesitamos más obras así, que nos inviten a desafiar todas las convenciones. Enlace: https://inthenevernever.blog.. |
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