Rojo, blanco y sangre azul

Había visto tanto este libro en redes, que me decidí a leerlo. Además, tiene una cubierta preciosa. Menudo error, siempre digo que no voy a caer en ese error. Pero que hago, los colores pasteles me pueden….

La historia en conjunto es bonita, divertida y te hace pensar quizás en futuro no muy lejanos.

Pero me parece que la historia entre Henry y Alex, aunque bonita, está rodeada de demasiados personajes que engordan la trama, pero que no aportan mucho.

También me resulta extraño cuando la sexualidad de los personajes se tiene que etiquetar, nombrar y recalcar. Por lo pronto, ninguna de las otras novelas que leo de parejas heterosexuales van proclamando a los cuatro vientos que lo son; así que me resulta rarísimo ver dos chicos que se quieren pero que tengan que justificarse. Pero eso es super personal.

En este tipo de novelas creo que debería ser también natural y simplemente hablar de dos chicos que se aman (como en esta historia concreta), y de su complicada historia; porque ambos pertenecen a lugares destacados en la política de sus respectivos países. EEUU e Inglaterra.

Esa es otra, no me apasiona leer sobre política, y aquí el sesenta por ciento lo es, entre senadores, votación y trapiches de la casa blanca se pasa medio libro.

Creo que si las tramas, entresijos y gossips hubieran sido desde la perspectiva de la corona británica hubieran sido mucho más jugosos.

Eso sí los correos y el jueguecito entre ambos es lo que más me ha gustado. Y puede que, por eso, la he dejado reposar y ahora tengo un recuerdo de la novela bastante neutro.

Casey, Gracias por la tinta*
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