Rabbit Hayes es una mujer luchadora, positiva y familiar. Una mujer que tendrá que enfrentarse a una dura enfermedad y lo hará con uñas y dientes, siempre contando con el apoyo de toda su familia. Rabbit no estará sola en el peor momento de su vida. Sin embargo, ya no le queda tiempo. Y sus últimos días serán la muestra perfecta del amor incondicional de su familia y de sus amigos. Hablar de esta novela es reflexionar sobre el significado de vivir, de luchar por lo que uno quiere y de disfrutar de esas personas que están a nuestro alrededor. La vida se le escapa a Rabbit, pero ella encuentra la fuerza para despedirse de cada una de esas personas que forman parte de ella, sabiendo, sin ninguna duda, que su hija se quedará en buenas manos. Por otro lado, mientras vivimos los últimos días de Rabbit, también conoceremos, gracias a ella, su historia con su primer y único amor, Johnny Faye, el joven que marcó su vida desde que era una enana. El chico al que persiguió durante muchos años. El joven del que se enamoró incondicionalmente. La historia de Rabbit me ha roto el corazón. Pero, a pesar del dolor que sufre, y de la dureza de la situación, la autora consigue hacernos reír a carcajadas, regalándonos unas reflexiones sobre la vida que son mágicas, haciéndonos entender que cada segundo que pasamos con los que nos quieren es valioso. Esta es, sin duda, una historia de personajes y sentimientos. No importa lo que pase: la familia está unida y sorteará cualquier obstáculo con tal de ayudar y estar ahí, en los últimos días de Rabbit Hayes. Ha sido de esas lecturas que llegan para quedarse, y recordaré a esta familia tan entrañable, y a Rabbit, durante mucho tiempo. Les recomiendo muchísimo que se adentren en una historia llena de amor, familia y amistad. |