La invitada

A poco más de un kilómetro del centro de un pequeño pueblo llamado Hartsboro, en Vermont, hay un terreno que linda con el bosque. Un sendero lleva desde el terreno hasta el pantano y solo un pequeño y viejo remolque servirá de refugio a Helen y Nate mientras construyen allí la que esperan que sea su casa. Ambos han decidido mudarse desde la ciudad al campo, dejando sus trabajos y acomodadas vidas para cumplir el sueño de crear desde cero el que será su hogar, desechando la idea de comprar cualquier otra construcción que ya hubiera sido habitada y optando por hacer su propia casa tal y como ellos la imaginan.

"Todo empezó con el murmullo de los juncos que crecían en el extremo oeste del pantano".
Jennifer McMahon, La invitada

El terreno viene con historia. Una de la que, en un principio, nadie quiere hablar demasiado. La leyenda de una mujer llamada Hattie Beckenridge que habitó aquellas mismas tierras y a la que se acusó de brujería. El oscuro destino de Hattie y su legado en forma de historia de terror parece haber marcado a los habitantes del pequeño pueblo que mantienen vivo el recuerdo de Hattie a golpe de superstición, anécdotas y hasta un poco de miedo.

El proyecto de Helen y Nate empieza, como toda nueva aventura, con muchas expectativas e ilusión. Saben que renuncian a mucho marchándose de la ciudad y dejando sus trabajos, pero aún así vemos cómo se van deshinchando poco a poco y los roces derivados del cansancio, la incomodidad de la vida en el remolque y las diferencias de opinión aumentan a medida que avanza la novela. Pero como lectores estamos convencidos al pasar las páginas de que las tiranteces entre Nate y Helen están en gran parte alimentadas por la sombra que sobre ellos proyecta la leyenda de Hattie y cómo les afecta de formas muy distintas. Si bien Helen, profesora de historia, siente una atracción irresistible por conocer más sobre la mujer acusada de brujería que encontró un funesto final en las tierras en las que ahora levanta ella su hogar, Nate se muestra mucho más escéptico a la hora de dar crédito a alguno de los episodios que Helen dice haber vivido y que cree que están relacionados con Hattie.

"Algo se estaba comiendo el remolque".
Jennifer McMahon, La invitada

Hay un tercer personaje del que no desvelaré su identidad que es fundamental para el desarrollo pero sobre todo lo es para el desenlace. Acompañamos a través de la lectura a distintos personajes y un narrador omnisciente en tercera persona nos sumerge en la acción. También hay algún que otro salto en el tiempo, pero para nada resulta complejo y la autora logra que el relato se vuelva más y más adictivo a medida que se descubre la verdad sobre Hattie y su descendencia.

La construcción de la casa es el hilo conductor. Sirve a la autora para dar nombre a las distintas partes de la novela que a su vez están divididas en capítulos claramente identificados con el nombre del personaje que lo protagonizará. Desde "Los cimientos" hasta "Los acabados", la narración se apoya en el proceso de construcción y nos habla de los avances que la pareja hace en el trabajo mientras el resto de acontecimientos se arremolinan alrededor.

La invitada es una novela de tintes oscuros. Se fragua a fuego lento y está salpicada de sucesos inquietantes que hacen dudar al lector sobre la naturaleza de algunos de los acontecimientos vividos por los personajes. El interrogante sobre si hay algo de verdad en la leyenda de Hattie, sobre si se sigue apareciendo a los lugareños o si en realidad es todo fruto de la sugestión supersticiosa es un punto de partida fascinante sobre el que los hechos y la investigación de la protagonista irán dando respuestas.

"Parte de ella deseaba creerle. Creer que lo había imaginado todo.
Porque eso tendría sentido. Eso sería sencillo".
Jennifer McMahon, La invitada
Una novela que ofrece una perspectiva muy diferente sobre las casas embrujadas. Nate y Helen no se mudaron a una edificación con misterios y sospechas de fantasmas; ellos están construyendo su hogar en un lugar habitado por una fuerte presencia, ya sea en forma de fantasma o en el imaginario colectivo local. Es casi imposible querer etiquetar de un solo género esta historia. Con un terror muy sutil que adopta la forma de pequeñas perturbaciones en la vida diaria; en cosas que se pierden, otras que cambian de lugar, imágenes que creemos ver por el rabillo del ojo... Una historia contemporánea sobre una pareja que decide construir, literalmente, una vida muy distinta a la que ya tenían. Una novela de misterio que parte de una leyenda y se va desenredando hasta dar con la verdad. McMahon ha tejido una narración que atraviesa géneros y nos engancha sin que nos demos cuenta, con descripciones del paisaje muy acertadas que, sin ser demasiado extensas, logran ubicarnos con precisión entre la bruma del pantano tratando de discernir la realidad de la ilusión.

Jennifer McMahon es ganadora del Premio Internacional de Escritores de Novelas de Suspense. Es autora de otras novelas que se convirtieron en best sellers como Island of lost girls, Promise Not to tell y The winter people.
Enlace: http://lacopela.blogspot.com..

Primer contacto con la autora y tengo que confesar que estoy gratamente sorprendida, lo primero es que no estamos ante una novela que tiene una casa embrujada sino que en este ocasión vemos cómo se va fabricando desde cero la casa embrujada y eso me ha gustado muchísimo. Poder acompañar a los protagonistas mientras la van construyendo y con ello develan la historia del pueblo y sus habitantes es todo un acierto.
El aura oscura, la atmósfera intrigante y el modo lento pero atrapante en el cual nos vamos sumergiendo para conocer que es lo que ha pasado a lo largo de la historia en este lugar está muy bien desarrollado y mantiene al lector con la expectativa de develar el misterio de que fue lo que sucedió años atrás.
A menudo, las tramas que incluyen aspectos sobrenaturales, no me terminan de convencer, principalmente porque en ocasiones abusan de ciertos detalles y los vuelven forzados, pero en esta ocasión no tengo ninguna queja al respecto.
La angustia de los personajes se puede sentir en el ambiente mientras vas leyendo, la desesperación por encontrar las respuestas a las preguntas que se van planteando la vas a experimentar y si bien, el final tal vez no ha sido todo lo que esperaba, el modo en que culmina la trama me ha manteniendo atrapada hasta el momento en el que cerré el libro.
Si estás en la búsqueda de una novela de misterio con tintes paranormales y que te mantenga en constante estado de intriga, este es tu libro.

Esta novela juega con la temática de las casas embrujadas y cómo influye en sus habitantes, pero con una novedad: la casa se tiene que construir desde sus cimientos. Esta idea general marcará los pasos de la historia y la estructura del libro.

Helen y Nate son dos de los protagonistas, y futuros dueños de la casa. Son muy diferentes: uno metódico y racional, la otra soñadora y con la mente abierta. Olive, forma el triángulo protagonista junto a ellos. Lo mejor de la novela es que a través de los personajes te vas preguntando que es realidad o no, que pertenece a un mundo imaginario o desconocido. La autora canaliza muy bien el suspense con los toques paranormales y lo subjetivo.

El libro está ambientado en un pueblo pequeño, con un bosque frondoso y oscuro y un pantano que es el epicentro de todo. Me ha gustado que las descripciones sean precisas aunque sin excesos que hagan lenta su lectura. Dentro de la trama principal encontraremos otras subtramas igual de interesantes y que gradualmente se enlazan hasta llegar a un final correcto y acorde al libro y a la idea principal.

La novela tiene su punto de terror y paranormal, nada que asusté en sí o de mucho miedo (algo más de esto me hubiera gustado, la verdad). Es más bien un thriller.

Es un libro que si recomiendo: engancha, tiene trama clásica, pero renovada, personajes subjetivos que invitan a varias hipótesis y un repique de aura oscura.

Me atraen los temas sobrenaturales y no me importa encontrarlos en mis lecturas, pero lo cierto es que a menudo su tratamiento no me convence, de hecho la mayoría de las veces no lo hace, y ese es el motivo por el que solo en contadas ocasiones me animo con este tipo de lecturas y afortunadamente en esta ocasión he acertado. Hoy os hablo de la invitada.
Helen y Nate son una joven pareja de profesores que decide abandonar la ciudad y cambiar su forma de vida. Han adquirido un terreno en medio del bosque en Vermont y allí se disponen a construir su nuevo hogar con sus propias manos. Lo que no saben es que en ese mismo lugar vivió y murió Hattie Breckenridge, una mujer acusada de brujería a principios del siglo pasado.
La invitada es una original novela que da una vuelta de tuerca a la clásica historia de casas embrujadas y es que en esta ocasión la casa aún no existe, se irá construyendo y se irá convirtiendo en una puerta a otro mundo, en una especie de lugar de reunión para seres que habitan esas tierras, aunque no todo el mundo pueda verlos. La construcción de la vivienda no solo sirve como hilo conductor de la misteriosa trama, sino que a través de ella se arma la estructura formal de la novela dividiéndose en grandes partes, a su vez subdivididas en capítulos generalmente cortos, que van desde “Los cimientos” hasta “Los acabados”.
Un narrador omnisciente será el encargado de conducirnos por esta historia que, aunque sigue una cronología lineal, cuenta con algunos saltos al pasado que permiten que el lector conozca un poco más de lo que van sabiendo los personajes. Con un ritmo pausado la lectura nos invita continuamente a preguntarnos si esos sucesos extraños que se van viviendo son reales o son el fruto de la sugestión y obsesión que parece estar poseyendo a Helen, empeñada en construir una casa con invitación incluida a los fantasmas. Y es que Helen y Nate representan las dos actitudes totalmente opuestas que ante un tema así podemos encontrarnos. Ella de mente abierta, dispuesta a no dar nada por imposible, se siente irresistiblemente atraída por la historia de Hattie, mientras que Nate es el escéptico de mente científica que cada vez se muestra más preocupado por su mujer. Estos dos puntos de vista tan opuestos van minando poco a poco la relación entre ambos, ya bastante maltrecha con los continuos roces que levantar una cosa conlleva.
Aunando con acierto los fantasmas y la misteriosa desaparición de una mujer un año atrás, en La invitada destaca especialmente la ambientación con una magnífica recreación tanto del entorno, sin grandes descripciones que pudieran suponer un lastre a la lectura, como de la atmósfera sobrenatural que impregna el ambiente desde el principio con algún pequeño susto perfectamente llevadero para los miedicas como yo.
En definitiva, La invitada es una interesante novela que bebe de diversos géneros y que a buen seguro os deparará unas cuantas horas de entretenida lectura al tiempo que denuncia el miedo que siempre ha existido hacia lo desconocido.


Enlace: https://entremislibrosyo.blo..

Una pareja abandona la ciudad para trasladarse al campo y construir allí la casa de sus sueños. Pero lo que no saben es la oscura historia que guarda el lugar donde van a construir la casa, incluída la leyenda local de Hattie Breckenridge, acusada de brujería hace más de un siglo y que sigue planeando el lugar y sus alrededores. La construcción de la casa irá pareja al descubrimiento de sorprendentes hechos allí acaecidos y todo ello nos desvelará la increíble verdad.
.
Thriller con toques sobrenaturales y con una bruja protagonista, que es lo que me animó a leerlo. Se lee fácil y es una lectura ideal cuando no se esperan grandes sorpresas y no queremos meternos en lecturas más densas. Se disfruta gracias a una ambientación lo suficientemente misteriosa como para mantenerte atrapada, con las dosis justas de intriga y escalofrío, aunque ya os digo desde ahora que no esperéis nada nuevo que no hayamos leído antes: el deja vu nos va a acompañar en todo momento.
.
Lo mejor sin duda es el personaje de Hattie, la bruja, y ver cómo se va desgranando poco a poco su historia. Como casi siempre pasa, son este tipo de personajes los que ganan cuando se van desvelando momentos de su vida que son sumamente interesantes, a veces atroces, y muchas veces reveladores de la complejidad humana y de sus oscuros recovecos. También me ha gustado la forma en que se vincula la construcción de la casa con el descubrimiento de los hechos: ladrillo a ladrillo y viga a viga, se va transformando poco a poco la vida de los protagonistas, descubriendo lo que sucedió a la vez que descubren cosas de sí mismos.
.
Lo dicho, no esperéis nada del otro mundo, pero se lee con gusto, y aunque no nos va a dejar un gran poso hay momentos en los que es eso precisamente lo que nos hace falta.