Los indeseables

—Y por favor, no pienses mal de mí por lo del Comité. —Acaricia con el pulgar el dorso de mi mano—. Que quiera un trabajo mejor, una vida mejor —continúa con una voz más suave—, no significa que vaya a volverme en contra de la gente que me importa.
—¿Te importa Drake?
—Me importas tú.

¿A quién le importa? Drake y yo estaremos más seguros si lo destierran, pero no puedo contar con que lo atrapen. Además, debe saber dónde vivimos. Necesito un nuevo lugar para esconder a Drake.
Y lo que es peor, Burn no es el único peligro al que nos enfrentamos. Alguien de la Dirección sabe lo de Drake, y aunque Cal crea que puede advertirnos antes de que los ejecs lleguen, no puedo fiarme. No puedo arriesgar la vida por sus promesas.
Ya no estamos a salvo.

—Ése tiene habilidades —dice el sargento estudiando mi rostro. Tengo cuidado de no establecer contacto visual—. Son en parte humanos, en parte trituradores. Cuando están en peligro, o enfadados, su monstruosa naturaleza les controla. Algunos son lo suficientemente fuertes como para matar a trituradores —dice, y me retuerce el brazo—. Si no, sus gritos nos ofrecen un buen sistema de alarma.