Cáscara de nuez

Llegué a 'Cáscara de nuez' y a Ian McEwan gracias a @carmenisreading (fue su propuesta para nuestro pequeño club de lectura con @zoeshiva @m.hita y @momo.casiopea) y también gracias a ella y sus comentarios después de la lectura he sabido apreciar lo excepcional de esta novela.
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Lo primero, y más evidente, lo original de su narrador. 'Cáscara de nuez' tiene un narrador interno. Pero no es un personaje cualquiera. Es un feto y, como tal, su punto de vista está limitado a su sentido del oído y al del tacto a través de las percepciones que tiene dentro de su madre. Y será a través de ese punto de vista que seremos testigos de las maquinaciones de su madre y el hermano de su padre (también amante de su madre) para asesinar a su padre.
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Lo segundo, el dominio del lenguaje que demuestra McEwan. Y es que contiene una gran riqueza de vocabulario y una construcciones muy elaboradas y elegantes que me han obligado, en más de una ocasión a volver atrás y releer.
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Lo tercero, los soliloquios del feto sobre temas tan universales como el amor, el odio, la venganza, la libertad de expresión, la identidad personal o el orden mundial. Unos soliloquios que, debo reconocer, en algunos momentos me desconectaron de la historia, pero que después he sabido valorar. Porque es de aquellos libros que te gustan mientras los lees y te lo hacen pasar bien, pero que mejoran mucho después de haberlos dejado reposar.
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Si bien coincido con @momo.casiopea y @zoeshiva en que la historia (con una premisa tan original) va de más a menos (el principio es buenísimo mientras que el final te deja un poco descolocada), también reconozco que la historia en sí deja de ser importante cuando pones el foco de atención en el lenguaje y las reflexiones que se esconden entre sus páginas. Todo ello para conseguir una reinterpretación de 'Hamlet' que me ha dejado con ganas de aproximarme también a Shakespeare.
Os dejo algunas de las perlas que he subrallado.

Para empezar el narrador es muy original, una historia contada a través de un feto, nos narra todo lo que ve, bueno, más bien lo que percibe. La trama, si bien el plantel de personajes es mínimo, es bastante entretenida. La única pega que le veo es que, a veces, nuestro protagonista es demasiado pedante y usa un lenguaje, creo, demasiado culto para alguien que no ha salido aún del vientre materno. Pero lo recomiendo, la historia merece la pena.

Una historia contada desde una perspectiva poco habitual. e sorprendió como el autor nos lleva a sentir y a “pensar” como nuestro narrador. Tuve que esperar un tiempo para leer este libro ya que un mega spoiler me lo había saboteado en algún momento, pero con todo y eso lo disfruté y ocurrieron cosas que no esperaba. En ese sentido felicito al autor. El argumento puede tenerías cuantas pegas, pero todas los cuestionamientos de la vida, la muerte, la justicia, el amor, el perdón, y tantos otros que se exponen hacen que valga la pena. En líneas generales me gustó.

Excelente novela. Los temas que elige McEwan tienen que ver siempre con el mal. Su manejo del lenguaje es lírico. Su narrativa es lúcida y poderosa. La combinación de estos elementos en una misma novela es inusual. En este caso, el mal está narrado en primera persona por un bebé en gestación, testigo de lo inexplicable. El recurso es muy eficiente porque un bebé no puede luchar contra el mal desde su mundo amniótico. La abyección de su madre y de su tío toma la forma de una confabulación para matar a su padre, un poeta vulnerable. McEwan genera climas narrativos insoportables. Creo que la lectura de este libro es rápida no por su brevedad, sino por la atmósfera hamletiana que le impone al lector. There is something rotten in Denmark. El mal prolifera, la lectura se angosta hasta la iluminación.

"¿Qué es un criminal sino una alma desordenada?"
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Mi primer libro de Ian McEwan, un autor por el cual sentía curiosidad, aunque no hubiera empezado por este si no se hubiera propuesto en el grupo de lectura.
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Una novela ingeniosa, divertida, original (el narrador es, nada más y nada menos, que un feto), fácil y rápida de leer pero a la vez exigente con el lector. No diría que es exactamente mi tipo de lectura, pero he pasado un buen rato leyéndola y comentándola con mi grupo de lectura.