Reloj sin manecillas

Una historia de una pequeña ciudad sureña estadounidense (Milan) allá por los años 50, donde todavía se perciben las posturas supremacistas de una parte de la población blanca que se niega a asumir, casi un siglo después, los cambios producidos a consecuencia de la Guerra de Secesión en Estados Unidos.

Hay cuatro personajes principales y cada uno de ellos tiene unas características personales que contribuirán a dar forma y acabar confluyendo en un suceso trágico de la trama.

El anciano juez Clane es incapaz de renunciar a su concepto del orden y considera que es su deber sagrado seguir defendiendo sus ideas reaccionarias y si es posible, conseguir restaurar los intereses económicos de los perdedores (casualmente su familia se vería muy favorecida).

Jester y Sherman eran dos jóvenes de parecida edad y hasta aquí llegaban las similitudes. Jester era el nieto del juez Clane aunque no compartía sus ideas, era partidario de favorecer la igualdad racial y tenía poco definida su identidad sexual, con serias dudas sobre su orientación. Sentía atracción y simpatía por Sherman aunque no fuera correspondida. Sheldom era un joven negro y con ojos azules, que había sido abandonado siendo bebé en los bancos de una iglesia. Era una persona instruida, con un carácter difícil forjado por múltiples adversidades vividas y por el vacío de no saber quienes eran sus padres.

J. T. Malone poseía una farmacia en Milan y su vida había transcurrido de manera anodina y convencional hasta que un día le es diagnosticada una leucemia. A partir de ese momento reflexionara sobre cuestiones que creía inamovibles y firmes y que le llevarán a cuestionarse alguno de sus principios básicos.

Un libro que refleja los tópicos de la sociedad sureña de los Estados Unidos con la pugna continua entre los cambios sociales y los individuos que se resisten a cambiar su primitiva forma de pensar. Además a nivel personal los personajes de la novela tendrán que hacer frente a sus problemas propios en busca de su auténtica identidad. En un punto preciso y decisivo de la trama, cada uno tendrá que tomar partido de acuerdo a su manera de pensar y actuar.