Los niños de Irena

De la segunda guerra mundial y de los campos de exterminio mucho se ha escrito, son muchas las historias que se conocen, de dolor, de amor, de heroísmo, pero también son muchas las que aún no son contadas, son muchos los personajes de gran valor de los que poco se habla, o que son desconocidos para una gran parte de la población, afortunadamente gracias a la ardua labor investigativa de la autora, no solo rescata, también exalta y de el lugar de reconocimiento que merece la labor realizada por Irena Sendler en el gueto de Varsovia, organizando una resistencia ciudadana cuya labor era salvar niños, logrando sacar de este pabellón de la muerte a más de 2500 menores y encontrándoles un hogar.
El personaje más reconocido en esta labor de salvar seres humanos durante la ocupación nazi es Oskar Shindler, en gran medida gracias a la película de 1993 que relata su historia, pero no fue solo él quien arriesgara su vida para ayudar a los demás, la historia de Irena Sendler una especialista en salud pública, es tanto igual o más apasionante que la de Oskar.
Puso en riesgo su vida, fue sometida a torturas, arriesgo incluso la vida de su familia y puso a consideración de la suerte la consumación del amor de pareja, organizo una red tráfico de medicamentos, alimentos y documentos, brindo asilo en su hogar a refugiados, pidió el mismo sacrificio a sus amigos, creo códigos secretos para salvaguardar la información de las personas que lograban salir del gueto, les busco nuevos hogares cambiando sus nombres y enseñando sus propias creencias ya que ella no era judía, memorizo una enorme cantidad de datos con el anhelo pleno de que al terminar la guerra aquellos niños que salvo alejándolos de sus familias, logran encontrar de nuevo el camino a casa y a la unidad familiar.
Una historia de fortaleza maravillosa situada en medio del horrible entorno de la guerra.

Uno de los libros más duros que he leído pero más clarificadores acerca de las condiciones de vida dentro del gueto de Varsovia. No es una novela nacida de la imaginación de su autora, es un recuento de hechos reales en la vida de Irena Sendler una joven polaca que lideró la red que salvo cerca de 2500 niños judíos de una muerte segura. Ella junto a un grupo de personas arriesgaron sus vidas durante años para ayudar a las familias dentro del gueto.
Fue un verdadero honor haber conocido la historia de esta mujer, una de las tantas personas anónimas que dieron su vida por un mundo más justo. Un homenaje más que merecido a todas ellas

El trabajo social, profesión olvidada y necesaria, hecha para aquellos que tienen clavado en el corazón la vocación de servir. Irena fue una mujer con una profesión y una vocación que fueron su pasión y esa pasión la lleve a enfrentar el miedo y el temor, llenarse de valentía y ayudar y salvar niños judíos.
Contra todo pronóstico guió, alimentó, ayudó, sanó, confortó y liberó a cientos de niños y personas, mientras a ella le golpeaban el orgullo y le fracturaban no solo sus huesos, sino también su corazón.
Este es un libro de valientes y de héroes, de manos que se unen para constituir y ayudar mientras la maldad acecha, destruye y mata.
Es una historia grande llena de pequeños momentos, de pequeños encuentros, de abrazos y lágrimas que necesitan salir, es una historia de amor al prójimo, al otro.

Un libro que cuenta la lucha de Irena y gente en quien confiaba. de cómo lucharon por lo que creían justo, y dieron todo, algunos perdiendo la vida.
Me parece que Irena fue ADMIRABLE, una mujer valiente, inteligente, fiel a sus ideales, íntegra... Estas historias me hacen dañito en el corazón, pero saber que realmente existió y existe gente tan valiente me hace creer un poquito más en la bondad humana.

El libro nos lleva a conocer la labor de ésta mujer, Irena. Para los que no la conocíamos, dado su régimen político y ocultación de sus hechos, sorprende la trama en que se vé envuelta. Fiel a sus ideales logró salvar a miles de niños retenidos dentro y fuera del gueto de Varsovia. Aunque es su historia, aparecen mucha más gente colaboradora que hicieron lo mismo y no vivieron para contarlo.