La planta carnívora

Un relato breve y violento.

La escritora Flavia Company escribe bajo el seudónimo de Andrea Mayo una novela que retrata una relación de amor tóxico entre dos mujeres, una de ellas es la planta carnívora quien «nunca florecería inofensivamente».

El libro es una especie de testimonio, manual de procedimiento y alegoría sobre las relaciones de poder, la violencia física y psicológica, sobre lo que implica vivir siendo devorada por una pareja depredadora quien es representada, no tan metafóricamente, por una planta carnívora que sabe cómo atrapar a su presa, como escupirla y volverla a tragar, mientras la presa, poco a poco, intuye sus armas, recupera la fuerza e imagina diferentes estrategias para llegar a su liberación.

El estilo de la autora es directo, abunda la utilización de frases cortas. No hay mayor complicación en la trama ni detalles en las descripciones, esto no quiere decir que el libro no te alcance en emocionalidad e intensidad, ya que reproduce todo lo que una persona maltratada siente, piensa y experimenta. El libro está dividido en varias partes: Crueldad, Ira, Abuso, Aislamiento, Humillación, Liberación, cada una formada por capítulos bastante cortos. Además está cargado de ironía y tiene algunos destellos poéticos que se agradecen.

Tal vez la lectura sea dura, sobre todo si a medida que avanza el libro te reconoces siendo uno de sus personajes.

Cuando pensamos en una relación sentimental de maltrato instintivamente nos viene a la cabeza la violencia física. Sin embargo, una relación de abuso se compone de muchas más fases. Antes de llegar al plano físico, hemos tenido que pasar por todos los aspectos del psicológico, donde tu autoestima es destruida, tu núcleo de amigos y familiares es apartado de tu vida y el agotamiento mental pesa sobre el cuerpo físico. También, de forma habitual, nuestro imaginario colectivo sitúa al hombre como agresor y a la mujer como víctima. Es lógico, es lo más común, pero, ¿acaso las mujeres no somos también capaces de ejercer violencia? ¿No es labor del feminismo visibilizar también esta realidad, aunque sea más minoritaria? Andrea Mayo (un personaje creado por Flavia Company) nos recuerda en La planta carnívora que la violencia también se puede dar en las parejas homosexuales entre mujeres.

A través de una serie de episodios independientes de maltrato, el libro va construyendo una historia protagonizada por dos mujeres, en la que una de ellas actúa como una planta carnívora que devora a cualquiera que se acerque a ella. En este sentido, el libro aporta un testimonio muy valioso. Sin embargo, me ha costado mucho conectar con la forma de narrar de la autora y, en ocasiones, he echado en falta una estructura en la historia. Es posible que este fuese el propósito de la autora, pero a mí me ha resultado algo repetitivo.

A pesar de que me hubiera gustado disfrutar más del libro, porque me parece un tema importantísimo, me quedo con lo novedoso que resulta visibilizar el maltrato en relaciones homosexuales entre mujeres.

La planta carnívora habla de una relación de abusos y maltratos entre dos mujeres desde el punto de vista de la víctima, Andrea, a manos de su pareja, Ibana. La autora hace una analogía con una planta carnívora para explicar cómo se vio atrapada en una relación así: al principio te ves atraída por sus llamativos colores. Enseguida, antes de que te des cuenta, la planta se ha cerrado a tu alrededor, sus zarcillos te han atrapado y te ve envuelta en sus jugos digestivos. Cuando la planta te ha digerido, espera tranquilamente a su próxima presa. Así se siente Andrea.

Cuando pensamos en una relación tóxica nos viene a la cabeza el maltrato físico, y sin embargo este libro deja patente que todo empieza mucho antes, con el maltrato psicológico: pequeños desprecios, silencios, plantones, comentarios que van minando tu seguridad, aislamiento del entorno. Llega un momento en que solo quieres evitar el conflicto a toda costa, un conflicto que se cierne sobre ti igualmente, porque eso es lo que la maltratadora quiere: imponer esa relación de poder, dominación y sumisión sobre la otra. Y qué bien lo refleja esta lectura.

Es un libro muy breve formado por una red de capítulos también cortos, de apenas un par de páginas, y todos llevan el mismo número: el I, para reforzar esa sensación de laberinto, de que no se avanza y es imposible salir de ahí, de que una es una presa. Y en los relatos se narran episodios del día a día, sobre todo aquellos que llevaban a la inevitable tormenta y que casi siempre empiezan con un comentario nimio, casual, que para Andrea ya no es tan casual porque sabe que cualquier cosa que diga jugará en su contra. al principio cuesta un pelín meterse en la historia porque la narradora va contando sus recuerdos tal cual, intercalando las conversaciones de una y otra directamente, tal como las recuerda, sin rayas de diálogo ni nada.

Es un libro que se lee con el corazón encogido porque describe con mucho acierto esas pequeñas situaciones cotidianas que de un modo u otro todos podemos reconocer, incide mucho en el tema de la culpa y también habla del «espectador», esas personas que lo ven desde fuera y piensan que nunca les pasará a ellos. «Yo no lo aguantaría». Ese es precisamente el tema, que uno se ve involucrado en una relación así y sin hallar la salida de la forma más casual; le puede pasar a cualquiera.

El libro lo escribe Flavia Company bajo el heterónimo de Andrea Mayo, uno de los muchos personajes creados por la autora. Está tan bien contado que, durante la lectura, me daba la impresión de que la autora hablaba en primera persona, aunque lo cierto es que esta novela no es autobiográfica.

Una cosa más que destaca de este libro es que oculta nueve microrrelatos independientes, detrás de sendas ilustraciones, que giran en torno a las diferentes fases del maltrato (crueldad, ira, abuso, violencia, aislamiento...). Una lectura que no es fácil, sobre todo cuando captas escenas aquí y allá en las que te ves reflejada, pero que considero totalmente necesaria. Uno solo quiere leer y leer para ver si finalmente Andrea logra salir del laberinto. La empatía hacia Andrea es brutal, solo a la altura del odio que una llega a sentir hacia Ibana, la iguana que te devora.
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CATALÀ:

Vaig descobrir Flavia Company amb Haru i vaig poder gaudir d'una lectura tranquil·la i serena, i aquest Sant Jordi, gràcies a la recomanació entusiasta de @brisafacultura al seu programa de la mà de la Cultura a República TV, vaig assabentar-me que havia escrit aquest nou llibre amb l'heterònim d'Andrea Mayo i vaig decidir auto regalar-me'l.

Quin encert! A través del símil amb les característiques d'una planta carnívora se'ns descriu la crueltat d'un amor tòxic. L'autora ens remarca que aquest tipus de relacions no són amor, sinó trampes i que deixen moltes seqüeles psicològiques.

Descriu aquest tipus de relacions com un laberint del que costa sortir a través de la vivència de la persona sotmesa (empresonada per aquesta planta carnívora). La despulla, ens estripa els seus pensaments i les seves sensacions, la seva lluita i la seva rendició, en definitiva, les seves emocions.

No és una lectura agradable, però crec que sí que és necessària, per tant, us animo a llegir-la i que en traieu les vostres pròpies conclusions.

ESPAÑOL:

Descubrí a Flavia Company con Haru y pude disfrutar de una lectura tranquila y serena, y el día de Sant Jordi, gracias a la recomendación entusista de @brisafacultura en su programa de la mà de la cultura de República TV, me enteré que havia escrito este libro con el heterónimo de Andrea Mayo y decidí autoregalármelo.

Menudo acierto! A través del símil con las características de una planta carnívoras nos describe la crueldad de un amor tóxico. La autora nos remarca que este tipo de relaciones no son amor, sino trampas y que dejan muchas secuelas psicológicas.

Describe este tipo de relaciones como un laberinto del que es difícil salir, a través de la vivencia de la persona sometida (presa por esta planta carnívora). La desnuda, nos destripa sus pensamientos y sus sensaciones, su lucha, su rendición, en definitiva, sus emociones.

No es una lectura agradable, pero sí que es necesaria, por lo tanto, os animo a leerla y a que saquéis vuestras propias conclusiones.
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Flavia Company, amb l'heterònim d'Andrea Maig, ens descriu la història d'amor tòxic entre dues dones, l'Ibana i l'Andrea. Una història narrada des de la perspectiva de la víctima, qui compara la seva relació amb un laberint del qual costa molt sortir-ne. Un pou cada vegada més profund i allunyat de la llum.

L'agressora és comparada amb una planta carnívora que atreu mitjançant nèctar les seves presses, atrapant-les fins a la inevitable deglució.

El llibre també reflecteix les seqüeles i danys psicològics que aquest tipus de relacions deixen en les víctimes. A més, l'obra m'ha sorprès amb nou microrelats amagats i aïllats de la trama que representen les diferents fases del maltracte (aïllament, ira, humiliació, etc).

Lectura ràpida, colpidora i sense floritures, tot un encert.