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ISBN : 8435061612
384 páginas
Editorial: Edhasa (01/08/2008)

Calificación promedio : 0.5/5 (sobre 1 calificaciones)
Resumen:
En 1483, dos jóvenes desaparecieron sin dejar el menos rastro de la Torre de Londres. No tendría quizá mayor importancia si no se tratara de dos príncipes, Eduardo y Ricardo de York, y el misterio no parece haberse resuelto todavía: ¿Qué fue de estos dos niños?, ¿fueron vístimas de una cruel trama urdida por su tío el duque de Gloucester, coronado como Ricardo III? En una espléndida recreación de la insidiosas intrigas palaciegas y sirviéndose de unos personajes per... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (1) Añadir una crítica
Celia_0504
 11 November 2021
Típico libro que tienes desde hace siglos cogiendo polvo en una de las estanterías de tu habitación y que lo tienes totalmente olvidado. Hasta que alguna circunstancia hace que de pronto te acuerdes de él y te decidas a cogerlo de una vez por todas. En mi caso ha sido que estoy viendo una serie sobre la Guerra de las Dos Rosas donde, por supuesto, se trata el tema del misterio de la desaparición de los príncipes de la torre.

Seré sincera: no esperaba nada de este libro, y lo he terminado sin encontrar nada realmente interesante en él. de ahí que ni me haya decepcionado. Lo mejor que tiene es lo rápido que se lee; es una lectura muy ágil en la que vas pasando página tras página sin darte cuenta, y cuando te quieres enterar ya te lo has acabado. Y hay que reconocer que lo que es entretener, entretiene en el momento de la lectura. Un entretenimiento fácil y que no cansa para nada.

Hasta ahí todo lo bueno que tiene la novela, para que mentir. Me cuesta ser dura con el libro por la sencilla razón de que no me parece que el pobre sea en si mismo sea deficiente, ya que la historia que propone es realmente interesante.

Todo lo que lo echa perder es el mal hacer de la autora, que no me parece especialmente buena en su trabajo. A lo tonto esta es la cuarta novela que leo de Robin Maxwell, y puedo decir que es una autora bastante malota para mi. Creo que el único libro que me ha convencido mínimamente de ella es “El Diario Secreto de Ana Bolena”. El resto me han parecido bastantes mediocres. No entiendo cómo es posible que las editoriales tengan el valor de publicitarla como una escritora soberbia y una excelente historiadora. Sí esto último lo es, desde luego, sus novelas no lo demuestran. Es bestsellera a más no poder en todos los sentidos.

Vayamos por partes: para empezar su ambientación histórica me parece básica en el mejor de los casos. En ningún momento me siento transportada a la Inglaterra del final de la época medieval y de la Guerra de las Dos Rosas. Me falta que se profundice en este aspecto, que se muestran las características y curiosidades intrínsecas de esa Inglaterra. Si no fuera por ciertos detalles y comentarios la novela podría haber sido perfectamente ambientada en cualquier otra época y lugar. Y no solo eso: muchas veces la autora admite tropiezos históricos bastante importante, da pocos datos y encima los pocos que dan muchas veces son erróneos. Y quizás esto es lo que más pena me da de todo, porque las hipótesis que defiende Maxwell no me parece que sean del todo descabelladas para una ficción histórica. Se ha escrito e investigado mucho sobre la misteriosa desaparición del niño rey Eduardo V y su hermano Ricardo de York, sin que se sepa al día de hoy que fue de los dos príncipes. En ese sentido sí que tengo que reconocer que percibo que Maxwell ha investigado bastante sobre qué pudo pasar con los dos niños.Y la verdad es que quien dice la autora (a su manera) que pudo estar detrás de la desaparición resulta un candidato muy interesante para creérselo, a mí desde luego esa idea me ha gustado. Y la manera en que lo ha manejado Maxwell me ha parecido interesante, aunque este mal ejecutada. Pero tengo que reconocer que quizás esto se deba a que siempre he sentido cierta debilidad por Ricardo III. Creo que se debe a que es el protagonista y da nombre a una de mis obras favoritas de Shakespeare, y a la debilidad que siento por los personajes que suelen ser vilipendiados por la historia a lo largo de los siglos.

Y luego están las dos protagonistas. Por un lado tenemos a la princesa Elizabeth, Bessie, hija del rey Eduardo IV y futura reina de Inglaterra como esposa de Enrique VII, padres de Enrique VIII. Y por el otro a Elizabeth Caxton, Nell, hija de William Caxton, primer impresor de libros en ingles de la historia de la isla, y uno de los personajes más interesantes de su época. Pese a su diferencia de posición, las dos son muy buenas amigas. Ahí encontré la primera incongruencia, porque sinceramente no me creo que se permita a una princesa destinada a casarse con un rey el ser amiga de una joven que por más que sea la hija de un personaje tan culto, apreciado e importante, sigue siendo de una posición social inferior. Eso podría haberlo pasado por alto si las dos hubieran estado bien caracterizadas. Pero es que no lo están. Creo que el que las dos se llame Elizabeth, si bien esto no es cosa de la autora sino que es verídicamente real, es, en cierto sentido, lo más sincero que he leído en toda la novela. Las dos me han parecido en personalidad exactamente cortadas por el mismísimo patrón sin ningún rasgo que las individualice. No he visto ninguna diferencia en su comportamiento o en su personalidad, las dos me han parecido siempre el mismo personaje. Y me ha escamado mucho sus actitudes, demasiado modernas y liberales para la época en la que vivieron. Lo siento, pero no me las creo, me parecen más dos adolescentes de la actualidad que dos jóvenes de finales de la Edad Media. A poco que sepas un poco como era la sociedad de esa época sabes que es imposible que esas jóvenes pudieran ser tan avanzadas del pensamiento y pudieran tener ciertas actitudes que serían impensables para la época, como irse de su casa cada vez que les pareciera. Esa pretendida y artificial modernidad en sus caracteres que, supuestamente, debería hacerlas unas chicas muy avanzadas para su época, solo logra que sean unos personajes minimamente interesantes, ya que ni siquiera es posible empatizar con ellas, ya que demasiado listas, generosas y heroicas para ello. Y tampoco lo consigue esos romances que la autora les adjudica a cada uno. Y no porque se den entre el mejor amigo del padre de una y el tío de otra, hombres casados y que le saca muchos años a las jóvenes (hay que recordar que esto es la Edad Media, amigos). Son historias de amor que no aportan nada a la trama, ni hacen que las protagonistas evolucione o cambien a lo largo del libro. Parece que están ahí simplemente para darle un poco más de salseo y gracia a la historia, en ningún momento te crees que puedan ser posible, básicamente porque simplemente las dos jóvenes conocen a sus respectivos amores y son instant love de órdago que no se explican ni tienen ningún sentido, por lo que dejan al lector frío. Y que sea así en el caso de Nell lo puedo llegar a entender, pero con el romance entre Bessie y Ricardo III se podría haberle dado mucho jugo a la historia, ya que los rumores de la época apuntaban a que si hubo algo entre tío y sobrina.

Y todo lo que he dicho hasta ahora se puede usar para hablar del resto de personajes. No hay ninguno que destaque, que tenga una personalidad con matices o aristas. Son personajes de lo más planos y tópicos, que dejan totalmente indiferente al lector. Ni siquiera los que prometen ser un poco más interesantes, como es el caso de Margarita Beaufort, madre de Enrique VII, llega a despegar totalmente y se queda en un rol oscuro sin que la autora se digne a aportarle algo que la haga más interesante, cuando detrás de ella hay mucho, lo suficiente para convertirla en el alma de la fiesta.

Y como si de una maldición se tratase, la forma en que la obra está escrita pone el foco aún más en todo lo anterior. Todo está planteado, articulado y narrado de la forma más infantil y poco elaborada posible. El estilo narrativo es pobre no, lo que sigue, con frases cortas y simples. Hay situaciones y momentos que dan vergüenza ajena leerlos, que parecen forzados o que ocurren porque sí, sin ninguna explicación coherente (¿ como si no se explica que a Nell no se le haya ocurrido enseñar cierta carta antes de que se cometa cierta ejecución?). Los diálogos parecen sacados de un fan fic escrito por adolescentes o de una novela de críos; hay ideas que se manejan que resultan pueriles; hay muchos asuntos que no se explican del todo y los giros de guión que, supuestamente, debían haber sido un revulsivo para la trama y dar sal a los acontecimientos, son ridículos por lo simple que resultan y lo poco que impactan o cambian el panorama argumental. de ahí que las escenas con más acción, que supuestamente deberían hacerle subir la adrenalina al lector, pasen sin pena ni gloria. Ni siquiera está bien finalizada, dejan muchas cosas al aire como para dar a entender (o amenazar) que va a ver una segunda parte de las aventuras de las dos amiguis del alma.

Creo que Maxwell podría aprender unas cuantas lecciones de mi guilty pleasure literario personal, Philippa Gregory, una autora que también ha escrito novelas sobre los Tudor y la guerra entre los York y los Lancaster. A ver, Gregory tiene sus cosas y está lejos de ser perfecta. Sus obras no son históricamente exactas muchas veces, se inventa muchas cosas y siempre acaba optando por abogar por rumores y datos que los historiadores consideran que son falsos o inexactos, pero que son los más curiosos y escandalosos. En el fondo sus libros son obras románticas enmarcadas en un contexto histórico. Pero al menos eso lo hace muy bien. Sus novelas están muy bien ambientadas, y cronológicamente son muy exactas. Sus personajes están muy bien trazados, son hijos de su época y de sus circunstancias y deberes familiares y sociales, pero dándoles un toque de modernidad que resulta plausible. Y al menos se toma la molestia de bucear lo que se sabe al respecto de cómo eran psicológicamente aunque luego se permita alguna licencia artística en cuanto a su forma de ser (y dicho sea de paso, en cuanto a los acontecimientos que narra). Cuando hay algún dato que no sabemos, o alguna personalidad que las crónicas han dejado en las tinieblas, siempre opta por un camino que convence al lector, sabe rellenar con mucha gracia los huecos que están más oscuros. Y tiene un ritmo narrativo y una forma de escribir bastante buenas sin llegar a ser soberbios. Sus novelas se leen realmente muy bien, y son muy adictivas. Personalmente es una de esas autoras que recomiendo leer en inglés cuando uno no se maneja muy bien en este idioma, porque no es difícil de leer y porque aunque ha escrito muchos libros, al español hay pocos traducidos.

Gregory y Maxwell han tratado en una novela los mismos acontecimientos y misterios, y hay una gran diferencia en cómo lo han hecho una y otra, principalmente basadas en una mínima pulcritud que le hayan puesto al estudio histórico pese a las licencias que se tomen y la forma de escribir.

En fin, que por lo menos el libro se lee bastante rápido y engancha algo, y, además, me costo bastante barato en su momento (lo compre de oferta). Me ha entretenido, para que mentir. Pero vamos, en cuanto acabe esta reseña y lo devuelva a la estantería, lo voy a olvidar totalmente. Y es, de lejos, mi peor lectura de lo que llevo de año
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