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ISBN : 8499304796
496 páginas
Editorial: Labutxaca (20/03/2012)

Calificación promedio : 4.27/5 (sobre 161 calificaciones)
Resumen:
Nadie que conozca la película basada en esta novela podrá olvidar la voz en off que recita la frase inicial de la obra más lograda de Daphne du Maurier: Rebeca. Así comienzan los recuerdos de la segunda señora De Winter, que la transportan de nuevo a la aislada y gris mansión situada en la húmeda y ventosa costa de Cornualles. Con un marido al que apenas conoce, la joven esposa llega a este inmenso predio para ser inexorablemente ahogada por la fantasmal presencia d... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (73) Ver más Añadir una crítica
AGamarra
 12 January 2022
"Rebeca cobraba forma frente mí, salía de su mundo de sombras, como una figura que de pronto cobrara vida y descendiera de un cuadro. Rebeca fustigando a su caballo; Rebeca tomando ventaja de todo en la vida; Rebeca la triunfadora, asomándose desde la galería de trovadores con una sonrisa en los labios"

Me alegra por fin haber leído este libro y haber empezado a leer a Daphne du Maurier, espero desde luego poder seguir leyendo otros libros de ella para poder juzgarla adecuadamente.
Creo ser justo al ponerle tres estrellas ya que me gustó la trama y el desenlace, sin embargo, leyendo todo el libro hay muchas partes que a mi gusto sobran y el estilo no me ha convencido del todo.
Debo decir que fui a la lectura prácticamente ignorando todo, no leí reseñas ni vi adaptaciones previamente. Sí estuve influido por una introducción a un clásico inglés del siglo XIX que comentaba que esta obra era imitación de aquel clásico. Debo diferir y quizás eso en parte ayudó a que me sorprenda más todo el desenlace que no deja de ser sorpresivo a pesar que estoy seguro a muchos les puede decepcionar.
Lo primero que me chocó enterarme era que Rebeca no era un personaje presente en la obra. Pensaba que aquella chica tímida de las portadas era ella. Bueno, la historia en realidad trata de esta muchacha tímida, pobre y sin familia; de la cual nunca sabemos el nombre pues la autora se cuidó muy bien de no pronunciarlo en toda la novela entera , lo que me disgustó a pesar que le encuentro el sentido.
Me gustó mucho la introducción desde que vemos a nuestra heroína como una corriente acompañante de la señora van Hopper, tratándose de ganarse la vida ya que no tiene otro empleo ni familia que la proteja. Ellas van a Montecarlo donde pasan un tiempo entre las diversiones del lugar. En ese ambiente paradisíaco es que conoce al Sr. Maximilian (Maxim) de Winter quien se sabe hace unos meses ha quedado viudo. Él parece ser una persona extraña y muy retraída pero rápidamente gana afecto por la protagonista. Ese tiempo allí es divertido y ligero. Es desde luego la calma antes de la tormenta. Maxim es muy rico y posee una propiedad muy envidiada por todos en Inglaterra: Manderley llena de criados y rodeada de mar y excelentes jardines.

"Pensaba demasiado en Manderley. Puse a Manderley por encima de todo. Y esa clase de amor no lleva a ninguna parte. En la iglesia no enseñan acerca de este amor. Cristo no dijo nada sobre el amor a las piedras, ladrillos y muros, ¡el amor que un hombre puede tener por su tierra, por su pequeño reino, no entra en el credo cristiano!"

Vemos a nuestra heroína tan sencilla y tímida tomar el enorme reto de convertirse en la nueva señora de Winter y ahí es donde se centra casi las 2/3 partes de la novela. En hacernos notar su gran inexperiencia y hasta torpeza, su gran sentimiento de inferioridad con relación a la anterior esposa del Sr. de Winter. Esto casi es el hilo de la novela y particularmente me resultó un tema de poco interés salvo por el interés que tiene para la autora y la historia en sí. Tendrá a la Sra. Danvers que es la ama de llaves de Manderley a una persona que desde un inicio se le mostrará sospechosa y llena de deseos quizás negativos. Por otra parte cuenta con Frank Crawley, amigo y administrador de Maxim, quien se porta muy amable con ella y le ayudará a desentrañar todo el secreto y asunto de Manderley.
Rebeca, la difunta, parece estar por todas partes y es notorio aunque a mí no me llegó a impresionar tanto ni a agobiar ese sentimiento como sí a su protagonista. al inicio de su estadía parece que todo el mundo quería mucho a Rebeca por la gran clase que tenía, deferencia, entrenamiento en diversos deportes, anfitriona, por su hermosura y un largo etcétera.
Veremos a la protagonista crecer a medida que pasa la novela aunque este "crecimiento" puede parecer en parte controversial.

"No podía evitar que ella se presentara en mis pensamientos y en mis sueños. No podía evitar sentirme como una huésped en Manderley, mi casa, caminando por donde ella había caminado, descansando donde se había recostado. yo era como una invitada, aguardando el momento en que regresara anfitriona"

El relato está hecho en primera persona. Todo lo que conocemos es a partir de la protagonista, eso le da mucha subjetividad al relato y hace que a veces tengamos que esperar mucho tiempo para saber lo que hace o piensan los demás personajes. Considero que no fue usado magistralmente este recurso y más bien considero que le baja a mi puntuación. Creo que me hastió mucho el estilo de pensamiento interior de la protagonista pues creo la autora abusa terriblemente de ese recurso. al inicio me pareció interesante pero cuando lo usaba muy seguido el hecho de conocer exactamente lo que pensaba la protagonista era ya aburrido. Es un estilo considero del cual actualmente y posteriormente al siglo XX se ha abusado demasiado. Descripciones muy largas y sobre todo con poco sentido y que no aportan absolutamente nada a la trama y pueden llegar a saturar. Más aún considerando el eterno sentimiento de inferioridad de la protagonista que particularmente me agobió. Pongo como ejemplo este fragmento:

"Morir en la horca era rápido. No dolía. Se rompía el cuello y ya ... Pero no, no era así. No sé quién dijo que no siempre funcionaba. Alguien que había conocido al director de una prisión. Te ponen una bolsa en la cabeza, te paras en una pequeña plataforma, y luego el piso se abre debajo de ti. Son tres minutos exactos los que se requieren para ir desde la celda hasta la horca. No, en realidad son cincuenta segundos, creo que había dicho alguien. No, eso es absurdo. No podían ser cincuenta segundos ..."

En muchas ocasiones ella piensa qué puede estar pensando el vecino, el cuñado, la servidumbre, Etc, Etc y eso también llegó a cansarme. Esto es en parte el hecho de tener una narradora en primera persona pero desde luego he leído otras obras en las cuales no me llegó a pasar lo mismo.
La heroína creo casi siempre llega a simpatizar. Es muy humilde y aunque parece meter la pata muchas veces sus sentimientos son verdaderos y el amor que siente por su esposo es encomiable (hasta cierto punto). Por su parte Maxim de Winter es sencillamente insoportable, uno llega a odiarlo por sus cambios de estado de ánimo y sus actuaciones inconexas.
Sin embargo debo decir hay un gran giro de trama que yo no me esperaba y en el final también lo que ha hecho que me guste aunque estoy seguro a muchos no. Estos giros de trama realmente a mi parecer le quitan mucho de interés o de fuerza a la trama aunque a mí sí me gustaron mucho. También me gustó que se explique muchas cosas que venían siendo vistas por la protagonista y que no guardaban ningún sentido. Por lo que puedo considerar a este libro quizás en el género de misterio pero para nada de horror o suspenso. También me ha gustado un poco los tiempos que maneja la autora a lo largo de la historia, usa bien el pasado o presente y a veces creo no se entiende pero estoy seguro que en una segunda lectura todo encajaría como anillo al dedo de una forma casi magistral.
Me faltó bastante de Rebeca a pesar que está "omnipresente" en la obra. Sobre todo con la explicación final que se hace de ella y su manera tan peculiar de ser. Creo que debió haber sido explotada aún más esas actitudes de ella y su doble sentido.
No he sentido que Manderley sea un personaje como muchos afirman, me ha faltado mucho para considerar aquello o tal vez será mi percepción personal.
Luego de haber visto las películas me quedo definitivamente con ellas. Creo que las imágenes logran más que las descripciones de la autora y definitivamente la sustracción de los pensamientos de la protagonista le da mucho mayor agilidad a la obra sin quitarle el verdadero interés.
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Inquilinas_Netherfield
 12 May 2021
Leí Rebecca por primera vez en inglés en mi adolescencia, desde entonces han sido ya otras tres veces más las que he visitado Manderley, y sigue pareciéndome una novela maravillosa.

La protagonista de la historia, de la que nunca conocemos el nombre salvo alguna alusión a que resulta peculiar, tiene 21 años y está en Montecarlo acompañando a la señora van Hopper. Huérfana y sin familia, ejerce como su dama de compañía hasta que aparece Maxim de Winter en el mismo hotel en el que se alojan. Maxim es famoso por su propiedad, Manderley, y por ser viudo desde hace unos meses de su mujer, Rebecca. A pesar de su caballerosidad se muestra hosco, burlón, reservado y propenso a la ironía, y no parece tolerar demasiado bien la hipocresía que dictan las etiquetas sociales, por lo que huye de la compañía de la gente... a excepción de la de nuestra humilde jovencita. Cuando Maxim le propone casarse con él, ella no duda en aceptarlo, y mientras pasan su luna de miel en Europa todo parece ir a las mil maravillas... pero su llegada a Manderley lo cambia todo. No sabe cómo ser la señora de una casa como esa, le superan todas las cosas que todo el mundo da por hecho que debe hacer y de las que ella no tiene la más mínima idea; la señora Danvers, ama de llaves de la mansión, se muestra hostil desde el primer momento, y todo el mundo no hace más que repetir lo diferente que es de Rebecca y lo fascinado que esta tenía a todo el mundo, incluido su marido. Rebecca, Rebecca, Rebecca... y si la protagonista lo piensa detenidamente, Maxim jamás le ha dicho que está enamorado de ella, ¿verdad? La nueva señora de Winter empieza a obsesionarse con su antecesora en el puesto, y eso que todavía no sabe lo que está por venir.

¡Allí estaba Manderley! ¡Nuestro Manderley!

Ahora que me siento a hablaros del libro, sinceramente creo que no tengo mucho que aportar (que es una de las razones por las me veis hablar muy poco sobre clásicos universales archimegaconocidos). Se ha hablado tanto sobre Rebecca, hay tantísimas opiniones disponibles para quien quieras leerlas o verlas, que no sé qué puedo deciros que marque una mínima diferencia (pista: nada). Sí, os voy a dar mi opinión, obviamente, pero no va a diferir de montones de opiniones ya dadas con anterioridad. En definitiva, que no sé muy bien qué os voy a contar, y que sea lo que sea lo voy a ir separando en ¿secciones? No sé cómo llamar a esta cosa que estoy escribiendo sobre la marcha. Poneos cómodos con unas aceitunillas, unas papas y una cervecita bien fría (que dicho sea de paso, menudo asco de calor hace ya).

Rollo macabeo 1. ¿Qué me fascina de Rebecca? Podría deciros que todo, pero quedaría muy simplista, así que allá vamos.

Su ambientación, que ya deslumbra desde ese primer capítulo que solo adquiere pleno significado cuando termina el libro y que conviene releer al finalizar la lectura para comprenderlo en toda su magnitud. Misterio, suspense, toques góticos y una narración sugestiva con escenas simplemente magistrales. El ritmo narrativo, que va de menos a más, a mucho más, dando una lección maestra del manejo del suspense: comienza de una manera tranquila poniendo todos los peones sobre el tablero para, una vez acomodados en Manderley, empezar a establecer un círculo alrededor de una trama que se nos mantiene oculta pero que de vez en cuando abre pequeñas ventanas para que el lector vaya atisbando a través de ellas; y llega un punto que ese círculo decide que ya está bien, que ya vale de dejar al lector sentado en la silla estudiando la situación, y el círculo comienza a apretar, a apretar, a apretar... y no puedes dejar de pasar las páginas hasta el final para ver cómo estalla esa trama ante la imposibilidad de soportar la presión de ese cerco. La señora Danvers, personaje creepy donde los halla y que la literatura no ha dejado de copiar, emular, imitar y reinventar desde que vio la luz. Esta señora protagoniza algunas de las escenas más memorables del libro, y sin ella nada sería igual en esta historia. Ojalá pudiera hablaros de algunas de esas escenas. No puedo. Maxim de Winter, y esto puede sorprender porque quizás es el personaje accesorio, el nexo de unión entre las dos señoras de Winter que resulta un misterio para el lector durante buena parte del libro. No es un gran personaje de cara al lector pero es un personaje determinante para el modo en que lo percibe todo la protagonista, y en esa construcción ambigua, fría y opaca está toda su genialidad. Y como de la propia protagonista os hablo después, no puedo dejar de nombrar aquí a Rebecca. Emulando a Shrek (profunda que es una), Rebecca tiene tantas capas como una cebolla, y el modo en que esa cebolla va perdiendo sus capas conforme avanzan las páginas es una genialidad que du Maurier se sacó de la manga, porque además nunca sabes quién va a ser el personaje que en cada momento va a usar el cuchillo para ir haciendo la escabechina. Rebecca no necesita estar presente para ser la dueña de la función.

Rollo macabeo 2. El punto de vista narrativo, uno de los grandes logros del libro (y sé que en esto muchos lectores no estarán de acuerdo. pero para eso estoy en mi casa: para dar mi opinión).

Daphne du Maurier era una maestra al crear los puntos de vista desde los que narraba sus libros, y el del personaje principal de Rebecca no iba a ser menos. Ay, este pajarillo asustado jamás ganaría un premio a la autoestima. Todo lo vemos a través de sus ojos, tanto lo que hacen y dicen los demás como sus propias interacciones con el resto de personajes, por no hablar de su percepción personal sobre todo lo que ocurre a su alrededor. A sus 21 años habla de sí misma como si fuese una cría, no le gusta su pelo, no le gusta su aspecto, no tiene experiencia en la vida, no tiene conversación, es demasiado tímida, viste muy mal... Si a una mujer así, demasiado joven, inmadura e impresionable, la meten en una mansión como Manderley, eje central de la vida social de la zona durante generaciones, y todo el mundo nada más verla suelta lo de "¡No te pareces nada a Rebecca!", con tono estupefacto, lo normal es que te obsesiones por saber cómo era la tal Rebecca y que te pongas a preguntar e indagar. ¿Qué descubre? Pues que si no quería taza, se va a atragantar con dos. Rebecca era la mujer más hermosa que jamás se hubiese visto, alta, delgada, elegante, fascinante, simpática, inteligente, afectuosa, amada por todos, deseada por todos, el centro de las miradas allá donde iba... ¿cómo no se va a poner nuestra prota a la defensiva? No tiene armas con las que luchar (y si las tiene no sabe usarlas), le gustaría ser mayor y tener más mundo, y encima no se siente segura del amor de Maxim y está convencida de que la compara continuamente con Rebecca... La protagonista nace con la piedra atada a los pies desde el principio, la autora hace toda una declaración de intenciones titulando al libro con el nombre de su rival y negándole a ella su propio nombre, y su misión durante todo la novela es encontrar el modo de sobreponerse a un entorno que le intimida para encontrarse a sí misma y sacar tarde o temprano a la señora de Winter que debe ser, da igual si la lleva dentro innata o no.

Rollo macabeo 3. Pegas de otros lectores al libro (que no son en absoluto las mías) al hilo de la protagonista.

Una de las cosas que creo que menos gusta a muchos lectores de este libro es precisamente la protagonista principal. No la soportan, les parece tan tontorrona y tan acomplejada que no conectan con ella, y yo me pregunto: si la protagonista no fuera así, ¿tendríamos historia? ¿De qué serviría que tuviese una fuerte personalidad y una gran confianza en sí misma para el propósito de la narración? Si nuestra aquella-que-no-tiene-nombre fuera diferente, llegaría a la casa y se comería a la Danvers, a los criados y a todo el que se le pusiera por delante con papas, que para eso es la nueva señora de Winter... pero es que entonces Rebecca como novela no tendría razón de ser. Necesitamos a una protagonista insegura que dude de sí misma y se hunda bajo el peso del fantasma y el recuerdo de su antecesora en el puesto. Necesitamos a una protagonista tan atemorizada de meter la pata en su nueva posición social que tenga hasta miedo de hablar con los criados. Necesitamos a una protagonista tan inmadura que rompa una figura y esconda los pedazos en un cajón como si fuera una cría pequeña para que no se entere nadie. Estamos dentro de su cabeza toda la narración, sabemos que es solo una muchacha que iba para dama de compañía y de repente se encuentra ejerciendo de señora de una mansión cuando sigue usando sus bragas remendadas y no sabe ni peinarse con algo de gracia, teniendo que lidiar encima con el recuerdo de una mujer pluscuamperfecta que no tiene la más mínima intención de esfumarse. ¿Resulta exasperante a veces! ¡Sí! ¿Es la intención? ¡También! ¡Dadle un respiro! Tiene mucha novela por delante para demostrarle al lector si es capaz de madurar, crecer y superar tanto complejo y tanto miedo.

Rollo macabeo 4. ¿Por qué hay que leer más a Daphne du Maurier?

O, cambiando la pregunta, ¿por qué no se lee más a Daphne du Maurier? Esta autora ha tenido que cargar durante mucho tiempo con el sambenito de escritora de segunda por el mero hecho de dedicar la mayor parte de su obra a los géneros de misterio y suspense. Desde hace algunos años esto ha cambiado, muchas mujeres son hoy en día un referente en este mercado literario, pero du Maurier sigue sin poder escapar del todo de esa burbuja de infravaloración en la que ha estado metida mucho tiempo. Aun así desde hace unos años se está apostando por la recuperación de su obra en castellano, algo que sus lectores entusiastas no podemos más que agradecer de corazón. Que pase de ser una autora subestimada a una valorada y apreciada en su justa medida depende en su mayor parte de la posibilidad de acercarse a su obra, y eso es algo que hay que agradecer a editoriales como Alba. ¿Y qué podrán encontrarse los lectores en esos libros? Una prosa elegante, sugestiva, atmosférica, sutil y lúcida; una inteligencia aguda a la hora de crear personajes, meterse en sus cabezas y hacerles pivotar de manera precisa en sus tramas; una capacidad extraordinaria para enlazar escenas, detalles, insinuaciones, diálogos... que funcionan como un reloj a la hora de dar sentido a los giros de trama sin que jamás se la pueda acusar de sacarse nada de la manga; y una dedicación absoluta a las ambientaciones de sus novelas, a sabiendas de que su éxito dependía de su singularidad y magnificencia a la hora de coger al lector de la mano y llevarlo hasta el mismo corazón de la historia.

Fin de los rollos macabeos. Diréis que estoy hablando mucho sin contar realmente nada, ¿no? Bien, es la intención, así que antes de que me vaya de la lengua sin darme cuenta, voy finiquitando. Os lo comentaba al principio, son ya cuatro veces con esta las que he leído el libro, he visto otras tantas adaptaciones diferentes, y lo sigo disfrutando igual. Me sigue pareciendo una joya, lo releeré cuantas veces más se tercien, seguirán fascinándome las mismas escenas y seguiré defendiendo la novela porque mi adoración por ella es totalmente genuina. No he tenido tiempo de revisionar la peli de Hitchcock, si no también la hubiese metido y os esperarían otros cuantos párrafos más (grandísima adaptación, por cierto, aunque tiene una diferencia importante y muy concreta con respecto al libro).
Enlace: http://inquilinasnetherfield..
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Aitor_Castrillo
 29 December 2020
Novela leída en el grupo “Libro de cine” del Club literario Atreyu, donde cada mes leemos un libro, vemos “su” película y comentamos ambas.

La novela me ha encantado. al principio me pareció lenta con tanta descripción, pero era una "lentitud agradable", como cuando bailamos una balada agarrados a nuestra pareja y estamos a gustito. Cuando ya me había acostumbrado a ese ritmo pausado, a mitad de libro comienzan a pasar cosas… y me sorprende… y siguen pasando cosas… y me vuelve a sorprender… y llega el final… ¡El final!... y siento que he leído una gran historia. He disfrutado más con la segunda parte del libro, pero es complicado llegar a ese clímax tan intenso sin los prolegómenos iniciales.

La narrativa de la autora es excepcional y me parece impresionante que las dos grandes protagonistas de la novela no tengan ninguna línea de diálogo: Rebeca (o más bien su recuerdo) y Manderley, una palabra que sentí que pesaba como si estuviera tallada en piedra. Manderley.
M A N d'E R l'E Y.
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aguacalibros
 24 June 2021
Esta es la historia de una joven que se casa con el dueño de una mansión que aún parece conservar los recuerdos y la esencia de la primera mujer de este hombre, la famosa Rebeca de Winter.

En esta novela, el peso de la trama recae sin duda no solo sobre la figura ya ausente de Rebeca, sino sobre la propia mansión “Manderley”. Es increíble la ambientación que logra la autora, consigue que el lector perciba con detalle cada uno de los rincones y elementos que conforman el entorno, hasta tal punto que una parece estar dentro de ese lugar.

A su vez, los personajes están muy bien construidos, si bien es cierto que es difícil empatizar con algunos de ellos; pero no por falta de detalles sino al contrario, precisamente porque sus actitudes y personalidades están tan bien dibujadas que pueden provocar rechazo o inquietud.

Me ha parecido una novela excelente con una notable calidad literaria. Eso sí, me han chirriado algunos episodios referidos a la relación entre el matrimonio por la concepción que tienen ambos sobre la figura de hombre y mujer y la dependencia tan perniciosa que muestra la joven hacia su marido. En este sentido precisamente, no he podido empatizar con ella porque me sacaba de mis casillas con algunos de sus razonamientos y comentarios, ya que la obra está narrada en primera persona por ella.

En definitiva, una lectura que recomiendo sin lugar a dudas por su excelente atmósfera, sus peculiares personajes y la exquisita composición que se hace del escenario donde principalmente transcurre, un lugar con el que sin duda tras esta lectura podré también afirmar:

“Anoche soñé que volvía a Manderley”
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Imp
 26 May 2022
Esta reseña contiene spoilers. Por favor, tenedlo en cuenta antes de seguir leyendo.
Un libro que se ha llegado a describir como gótico, algo hasta cierto punto comprensible porque su principal mérito está en la ambientación tan cuidada que nos lleva a compartir la angustia de la protagonista, la segunda señora de Winter, de la que no sabemos nunca su nombre, solo que termina perteneciendo al Sr. Winter. En cambio, el nombre de la primera señora de Winter es tan prominente que da título a la novela. Todo ello en una mansión tan decadente como el apellido de la familia, tan hermética que se rodea de un bosque que no permite que se vea hasta que la tienes encima. Como los giros de la narración.
La historia es curiosa y el libro me ha gustado mucho, pero si presentamos un resumen y con la visión de hoy, nuestra interpretación debe ser muy diferente a lo que la autora pretendía.
Veamos: el señor de Winter se casa con una mujer deslumbrante y con gran personalidad, que le indica desde el principio que va a mantener una relación abierta a cambio de mantener las apariencias y que se le vea como la mujer perfecta en el matrimonio ideal. al marido no le hace gracia y el día en el que finalmente ella le cuenta que está embarazada, él la asesina, hace que parezca un accidente. Pasados unos meses, se va de vacaciones y conquista a una jovencita con la que se casa y a la que trata de un modo extraño. Parece (¿es?) un bipolar. Para él la joven es una niña, cosa que la narración repite con frecuencia. de hecho, su relación es de todo, menos de marido y mujer: se les compara con un amo y su mascota y la mayoría de las veces como padre e hija. Maxim la llama Alicia varias veces, incluso insiste en que se ponga un lazo para disfrazarse de Alicia. Me pregunto si a la condición de asesino, le deberíamos añadir la de pederasta. Sigamos: cuando no le queda más remedio, Maxim le cuenta la verdad a su segunda mujer, que al descubrir que su marido es un asesino decide apoyarlo y se alegra en saber que él no adoraba a Rebeca, sino al contrario, la despreciaba.
Bueno… A día de hoy la trama se entendería como una historia de violencia de género, que encima culpabiliza a la víctima. Deberíamos reflexionar que hace apenas unas décadas consideraríamos el comportamiento de los protagonistas como aceptable o incluso nos pondríamos en su piel. Eso me recuerda la última vez que vi la trilogía del padrino y cuando el personaje de Diane Keaton le dice al de al Paccino que los mafiosos son unos asesinos con un código ético ridículo, no podía estar más de acuerdo con ella. Cuando los ves como lo que son ya no sientes simpatía alguna por la familia Corleone. Maxim es tan cobarde y miserable que mantiene a la señora Danvers como ama de llaves, pese a saber que van a saltar chispas cuando lleve a su nueva esposa a la casa, y solo cuando el asunto está resuelto, se alegra de que el ama de llaves se haya ido por su pie porque iban a tener que despedirla de todas formas.
El libro está lleno de este tipo de incongruencias.
Dicho esto, si las pasamos por alto o las aceptamos con normalidad, la novela tiene su mérito. El paso de niña a mujer de la narradora es muy claro y como muchos de los elementos de la novela ocurre textualmente de la noche a la mañana. Está en su psicología, en su ropa, en la mansión. Y si lo pensamos ella nunca pierde su esencia. No se tiene que disfrazar de nada para ser ella misma. Es la única que la autora pretende retratar como inocente en esa historia. Digo pretende porque al encubrir a su marido, no sé muy bien cómo entender a la protagonista, pero soy consciente de entenderla con la visión actual.
Ella es la única que no pretende ser lo que no es y sin embargo es una mujer desprovista de identidad, que se mantiene anónima hasta que Maxim muestra su amor por ella (si se le puede llamar así). Ocurre justo cuando los rododendros han terminado su floración y empiezan a abrir las hortensias azules, como azul era el vestido que se puso para el baile, el que alguien sugirió ser un nomeolvides: esa Rebeca que se agarra al recuerdo en la figura de la impresionante señora Danvers, y que, no obstante, como todo en la vida se termina diluyendo para dejar paso a nuevas flores, hasta que al final, simulando una invernal aurora boreal se hunde con la mansión en llamas.
El personaje de la “perversa” señora Danvers me dejó con mucha pena. Se ve que vivía a través de Rebeca todo aquello que ella jamás podría experimentar por sí misma. Hasta creo que le tiene envidia a la nueva señora de Winter, ya no por ocupar el lugar de Rebeca, sino porque en realidad pertenece a su misma categoría: no era más que una dama de compañía cuando Maxim se fijó en ella. La presentación de esa mujer es hasta cierto punto injusta porque al igual que la muerte de Rebeca y los motivos para matarla son los que cuenta Maxim, lo que sabemos de Danvers, lo sabemos a través de los ojos de la protagonista, que no confiaba en ella y le tenía miedo. Esa malvada señora Danvers, a la que Rebeca llamaba Danny incluso tenía un nombre cariñoso. Quizás estuviera tan huérfana de cariño como la huérfana protagonista de la novela.
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Citas y frases (73) Ver más Añadir cita
SoniaghSoniagh29 May 2022
Una nube, antes no vista, cubrió de repente la luna y se detuvo un instante, como mano sombría que escondiera una cara. Desapareció la ilusión con ella y las luces de las ventanas se apagaron. Volví a ver solamente un caserón desolado, inanimado, abandonado hasta de los fantasmas, sin que ni un eco del pasado se agarrase a sus paredes desnudas.
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AGamarraAGamarra12 January 2022
Manderley, tan apacible y elegante ... Quienquiera que viviera dentro de sus muros, cualesquiera que fueran sus problemas y sus luchas, sus inquietudes o dolores; sin importar las lágrimas que derramaran o los dolores que soportaran, la calma ancestral de Manderley no podría romperse ni su belleza destruirse
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AGamarraAGamarra25 December 2021
Allí estaba Manderley, nuestra Manderley, oculta y silenciosa como siempre, sus piedras grises brillando a la luz de la luna que presidía mi sueño
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LenaLena15 August 2021
Era como si ya hiciera mucho tiempo que nos conocíamos y ahora nos hubiéramos vuelto a encontrar después de una separación de varios años
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Cuatro_de_SeisCuatro_de_Seis22 August 2023
Si pudiera inventarme algo -dije impulsivamente- para embotellar los recuerdos, como los perfumes... Para que no se disipasen, para que nunca pudieran ponerse rancios. Cuando quisiéramos, podríamos destapar el frasco y sería como vivir de nuevo el momento guardado.
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