Olvidado rey Gudú

Empece a leer esta novela con todas las ganas y llena de curiosidad. Curiosidad porque, por un lado, hacia tiempo que quería leer algo de Ana Maria Matute y , en concreto, este libro. Y me llamaba la atención que por las reseñas que había leído, sabia que era un libro que era difícil de clasificar en algún genero y que entre los lectores despertaba mucha controversia, ya que a unos les encantaba y a otros se les hacia imposible de acabar, no había termino medio.
¿Y que puedo decir? Desde las primeras páginas ( que pueden llegar a hacerse un tanto pesadas) te das cuenta de que no estas ante una novela al uso o fácilmente identificable con un solo genero. Cuando hablamos de fantasía pensamos lo primero que suele venirnos a la cabeza es, inevitablemente, obras anglosajonas como El señor de los anillos de Tolkien o Canción de hielo y fuego de George R.R. Martin. Matute no solo se aleja de la épica como la han hecho estos autores, la lleva a su terreno, creando una obra diferente y original, demostrando que no hay nada escrito en este genero, que en España se pueden hacer cosas increíbles en esta materia y que se pueden hacer obras diferentes a lo ya conocido. Personalmente, mientras leía el libro, se me venia a la cabeza escritores como Gregory Maguirre y T.H. White, ya que sus libros y forma de escribir me parecían similares a lo que encontraba en el libro que me ocupa.
Teniendo en cuenta que entre mis libros favoritos figuran algunos de estos autores, no debería haberme sorprendido que este libro me haya encantado como lo ha hecho. Desde las primeras páginas supe que estaba destinado a ser uno de mis preferidos.
La prosa de Matute me ha encantado, me ha parecido que esta tan llena de fuerza, belleza, sensibilidad y crudeza como las estepas que nos presenta. Pero reconozco que no es una prosa apta para todos los públicos y que es densa, muy densa, ya que describe minuciosamente la psiques de sus personajes. Esto , muchas veces, puede resultar pesado y entorpecer la narrativa, a lo cual también ayuda el que haya pocos diálogos.De hecho, yo tuve que dejar el libro unos días de lo denso que me resultaba, y leerme otro antes de acabar el que nos ocupa. Pero la autora sabe atrapar al lector y llevarlo hacia el punto que busca: mostrarle un fresco sobre la humanidad por medio de la historia de la gestación, expansión y declive del reino de Olar. Y todo esto por medio de la historia de la familia de sus reyes, con toda la poética tragedia de los dramas de Shakespeare y las mejores obras del ciclo arturico cuando tratan de su final. de hecho, al final de la novela no podía evitar pensar en la obra de la muerte de Arturo de Mallory, era difícil para mi no relacionar ambas conclusiones.
Los personajes son tan realistas como humanos, acabas conociéndoles y viviéndolos al dedillo. Son todos una buena muestra de lo peor y lo mejor de la humanidad, con sus virtudes y defectos. Es muy facil odiarles, sufrir con ellos, emocionarte y enternecerte con lo que viven, y que lleguen a crisparte los nervios.
En definitiva, Olvidado rey Gudú da una vuelta de genero a la fantasía, convirtiéndose en un libro que abarca diferentes géneros, único y especial , que logra hacerte vivir la trama y las personalidades de sus personajes con una intensidad pocas veces conseguida. Ana María Matute, sin duda alguna, logro hacer una de las piezas de la literatura española más destacables, no ya del siglo XX, sino de toda la literatura española. Estoy deseando leer otros libros de esta autora, especialmente los dos de la trilogía medieval que tiene.

Cuando una lectura se dilata mucho en el tiempo, hasta casi parecer que no se va a acabar nunca, se corre el riesgo de que la impresión que el lector saca de ella sea más negativa que la que la obra realmente merece. Y eso es lo que me ha ocurrido con la lectura de esta magna obra.



Sumada a la extensión de esta novela está el que la historia que nos narra es bastante densa y la complejidad de la estructuración de las frases que la componen hace que, si bien se pueda leer y comprender sin dificultad, ésta letura requiera su tiempo. Aún así, tengo la sensación de que esta gran novela se quedará conmigo mucho tiempo y que mi impresión sobre ella irá mejorando con el paso del mismo.



Esta novela se encuadra en el género de la fantasía épica, con ambientación medieval y toques de cuento de hadas. Es la obra magna de esta autora, y tanto su extensión como su complejidad narrativa la llevan a ser considerada como un clásico de culto dentro del género.



En ella la autora nos cuenta la historia del Reino de Olar, desde sus orígenes como condado, hasta su posterior expasión y conversión en reino independiente bajo el reinado del rey Gudú. A lo largos de sus páginas se sucederán las distintas generaciones que culminarán en Gudú, que será el rey que extenderá el reino hacia tierras ignotas y lo llevará a su época de máximo esplendor. Pero aunque Gudú es el rey que personifica dicho hito en la historia de Olar es su madre, la reina Ardid, la que proyecta el futuro del reino, dándole una educación a su hijo acorde a lo que esperaba de él y ejerciendo el buen gobierno del reino mientras su hijo se dedica a la conquista.

La reina Ardid con la inestimable ayuda del hechicero, su maestro, y del trasgo (un duende que la ayuda con sus poderes mágicos) es la verdadera protagonista de esta historia, en la que su inteligencia, astucia, capacidad de liderazgo y de sacrificio y su gran belleza, serán vitales para conseguir los objetivos que ansía y ver a su hijo en el trono de Olar. Éste personaje es mi preferido de todo el libro y e encanta que la autora le diera tanto protagonismo a un personaje femenino.

Esta novela está estructurada en cuatro partes, y éstas a su vez están divididas en capítulos bastante largos narrados en tercera persona y desde varios puntos de vista. al comenzar la lectura choca bastante que casi en la totalidad de la primera parte no haya diálogos, lo que conlleva que el progreso lector sea muy lento y que haya partes muy densas y se hagan eternas.


Es una lectura extenuante, pero no porque no esté bien escrita ni porque no sea interesante lo que cuenta, sino por la forma en la que está escrita (con frases complejas y muy largas), y estructurada. A mí me ha llevado un mes leer esta novela, lo que para mí es una eternidad.



Pero con esto no quiero decir que no me haya gustado, sino que ha requerido un gran esfuerzo y disciplina por mi parte. Estoy muy contenta de haberla leído y puedo decir que me ha gustado bastante, aunque el proceso lector haya sido agotador. de hecho, cuanto más tiempo pasa desde que finalicé su lectura, mejor recuerdo tengo de la novela.



Pero esto me lleva a ser cauta con la recomendación de este libro. Sólo lo recomiendo para aquellos lectores que disfruten leyendo fantasía, porque para lectores que no son muy aficionados al género puede ser una lectura demasiado lenta y densa, y con muchas papeletas de acabar en abandono.
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Ana María Matute y Carmen Martín Gaite son dos de mis escritoras favoritas desde que era adolescente. He leído casi todo lo que ambas han escrito, pero este libro era mi eterno pendiente, llevaba muchos años esperando en mi estantería.

"Olvidado rey Gudú" es, desde mi punto de vista, un libro muy complejo. Hace muchos años leí "Aranmanoth", también escrito por Ana María Matute y de género fantástico. No tienen nada que ver. "Aranmanoth" es un libro muy corto y su lectura me pareció muy sencilla.

Sin embargo, "Olvidado rey Gudú" es todo un alarde de fantasía, la autora se explayó en su momento y demostró la gran imaginación que tenía. Es un libro extenso, tiene más de 800 páginas, pero no deja de ser un cuento (muy largo, eso sí) en el que encontramos príncipes, princesas, reinas, reyes, magos, hechiceros, trasgos, animales fantásticos...

Las primeras cien páginas del libro me han resultado muy confusas por la gran cantidad de frases subordinadas que tiene y que dificultan mucho su lectura. Una vez me he acostumbrado al estilo en el que está escrito debo decir que he disfrutado mucho de esta obra.

Es un libro para leer con calma y disfrutarlo.

Baste decir que lo dejé sin leer... ¡después de 300 páginas (que bastante aguanté)! Un cataplasmazo épico del que no comprendo que se hable tan bien. le he dado la segunda estrella porque a nivel estilo el libro es impecable. Pero los personajes no atraen, la historia (salvo quizás los primeros compases) no atrae, y terminas abandonándolo en la mesita días y días y después de varias semanas descubres que has perdido el gusto por la lectura.

He tenido ocasión de leerme un libro y medio de Ana María Matute y puedo decir que, para mí, hay dos clases de autoras:

La Ana María que me enamoró con "Paraíso inhabitado", un libro absolutamente delicioso, cuyo lenguaje sencillo, cálido, sincero y casi etéreo me sobrecogió, hasta el punto de llorar de profundidad ante ciertos pasajes.

Y luego está la Ana María que, como en el libro que nos ocupa, parece que pretenda bombardearnos con una verborrea tan complicada, tan repetitiva, tan innecesariamente detallista en ciertos aspectos... todas esas letras, sin término medio ni fin, parecen tan egocéntricas que, al menos a mí, ha conseguido saturarme y aborrecer su lectura.

Bueno, "Paraíso inhabitado" es posterior a éste. Hay una cambio tan radical entre uno y otro que se me ocurre que quizá la experiencia de la vida te hizo ver que en lo sencillo se halla la auténtica riqueza.